Ante un panorama con más de un millón de personas infectadas y decenas de miles de muertos en todo el mundo, los gobiernos están tomando medidas extremas pero necesarias para contener la COVID-19, dando prioridad en casi todos los casos a alguna forma de aislamiento o distanciamiento social. Los costos económicos, sin embargo, no son los mismos para todo el mundo. La enfermedad deja al descubierto las desigualdades de las sociedades, infligiendo mayores costos económicos a los menos favorecidos desde el punto de vista económico. Esto es particularmente cierto en América Latina y el Caribe, donde trabajar en casa es un lujo que muchos pobres no se pueden permitir, y en donde los altos niveles de informalidad laboral hacen que grandes sectores de la población queden excluidos de las redes de seguro social.
América Latina y el Caribe no se ha quedado atrás con respecto a otras regiones en cuanto a tomar en serio la necesidad de poner en práctica el distanciamiento social. A principios de marzo, la mayoría de los países habían decidido cerrar sus escuelas o limitar severamente sus operaciones, y en varios de ellos se cancelaron eventos que podían atraer a grandes multitudes. En la tercera semana de marzo, muchos países, como Argentina y El Salvador, emitieron la orden de quedarse en casa y otros, como Uruguay y Colombia, impusieron cuarentena para los adultos mayores. Para finales de marzo, la mayoría de los países de la región habían declarado la cuarentena obligatoria para la mayor parte de sus habitantes. Solo se permitía mantener abiertos los negocios esenciales como tiendas de comestibles y farmacias, y se esperaba que la mayoría de las personas, excepto los trabajadores esenciales, se quedaran en casa. Estas medidas tuvieron un efecto inmediato en reducir la mobilidad de las personas. Con algunas excepciones, la gente parece haber cumplido las órdenes de quedarse en casa, como lo demuestra la gran disminución en el uso del transporte público y privado en la región. La Figura 1 describe los tipos de medidas de distanciamiento social en diferentes países al 31 de marzo.
Figura 1: El distanciamiento social en América Latina y el Caribe
Fuente: Las clasificaciones de los autores se basan en noticias de varios medios. Nota: Leve: Se dio instrucciones de no salir de casa y se cancelaron grandes eventos. Moderado: toques de queda a ciertas horas del día, cierre de algunos negocios no esenciales, cuarentena obligatoria para los adultos mayores, y recomendaciones de quedarse en casa en la medida de lo posible para el resto de la población. Obligatorio: órdenes de quedarse en casa (con sanciones).
La buena noticia es que este distanciamiento social parece funcionar. Ya existe evidencia preliminar de Wuhan de que esas medidas han sido eficaces para contener y retrasar la pandemia. La mala noticia es que no está claro si estas medidas pueden sostenerse a lo largo del tiempo. Además, ya se están revelando los enormes costos económicos a los que se enfrentan las personas, y cómo éstos difieren entre altos y bajos ingresos. Hay dos mecanismos en juego.
No todo el mundo puede trabajar desde su casa
En primer lugar, las políticas de distanciamiento social exigen a las personas trabajar desde su casa (cuando sea posible) o dejar de trabajar por completo (cuando no lo sea). Un estudio reciente clasifica las ocupaciones dependiendo de si se pueden realizar desde casa o no y de si requieren una gran proximidad personal. El estudio examina luego quiénes realizan esas diferentes ocupaciones. Encuentra que los trabajadores de las ocupaciones que tienen más probabilidades de verse afectadas por las medidas de distanciamiento social, aquellas que tienen una puntuación baja en el índice de teletrabajo o las que tienen una puntuación alta en la escala de proximidad personal (como el comercio minorista, la construcción y los restaurantes), tienen más probabilidades de ser realizadas por trabajadores económicamente vulnerables: trabajadores con menos años de educación, con una acceso limitado a seguros de salud, y con salarios que se sitúan en la parte inferior de la distribución de ingresos.
Además, incluso cuando se trabaja en un sector o empresa que fomenta el teletrabajo, los trabajadores de bajos ingresos pueden ser mucho menos capaces de hacerlo. Esto se debe a las condiciones de vivienda y a la infraestructura de la que disponen. Por ejemplo, es posible que muchos trabajadores de bajos ingresos no tengan computadoras personales. También es probable que vivan en condiciones de mayor hacinamiento. En América Latina, en los hogares de bajos ingresos (los del primer quintil de ingresos) cerca de 2,5 personas comparten una habitación individual, en comparación con la media de 1,3 personas en los hogares del quintil superior. Eso, para empezar, hace que las condiciones sean más peligrosas para los pobres que para los ricos.
La informalidad dificulta el distanciamiento social
En segundo lugar, en los países en desarrollo, independientemente del tipo de ocupación, la modalidad del trabajo informal hace más difícil que los pobres se refugien en sus casas. Muchos trabajadores no tienen acceso a licencias por enfermedad o a beneficios de desempleo, tienen un acceso precario a beneficios de salud, y sus ahorros son inexistentes o extremadamente limitados. La gran mayoría de los trabajadores informales viven con lo justo. Por ejemplo, menos del 15% de los hogares en la parte inferior de la distribución de ingresos en América Latina tienen ahorros para cubrir los gastos de emergencia, y la mayoría de los miembros de estos hogares se dedican a alguna forma de actividad informal. A falta de políticas sólidas de mantenimiento de ingresos, para muchos de estos trabajadores quedarse en casa no es una opción viable. Este problema ya ha sido reconocido en varios comentarios (por ejemplo, aquí y aquí) pero, ¿cuánta informalidad hay realmente en las calles?
Figura 2: La informalidad y el trabajo autónomo en América Latina
Fuente: Cálculos del personal del BID basados en “Encuestas de hogares armonizadas de América Latina y el Caribe” del BID. Los datos son para 2018 para todos los países, salvo para Bahamas (2014), Chile (2017), Guyana (2017), Surinam (2017) y Nicaragua (2014).
Analicemos dos indicadores de la informalidad del trabajo. El primero considera trabajadores informales a aquellos empleados que no tienen acceso a los beneficios de salud o de pensión a través de sus trabajos. La informalidad no es sinónimo de ilegalidad (esto dependerá de la legislación de cada país), pero es un indicador que describe una condición precaria en la que un trabajador no tiene acceso a los servicios básicos o a la estabilidad laboral. Un segundo indicador de la informalidad es la proporción de trabajadores autónomos con un nivel de educación inferior a la terciaria. De acuerdo con estas medidas, casi la mitad de los trabajadores de América Latina y el Caribe son informales (Figura 2); alrededor de una cuarta parte de ellos son empleados sin acceso a un seguro de salud o a una pensión, y alrededor del 24% son trabajadores autónomos sin un título terciario. Obviamente existe una enorme variación entre los países. En Bahamas, Chile, Costa Rica y Uruguay, menos de un tercio de los trabajadores son informales. En Bolivia, Nicaragua, Perú y Paraguay, más de dos tercios lo son. Ninguno de estos trabajadores está bien preparado para resistir un encierro prolongado.
La mitad de los hogares Latinoamericanos son completamente informales
La gravedad del problema es aún mayor si se considera que en América Latina, como en la mayoría de los demás lugares del mundo, existe el emparejamiento selectivo. Este es el nombre que los economistas le dan al fenómeno por el cual las personas eligen casarse con personas similares a ellas, en términos de nivel educativo, origen étnico y otras características, incluida la propensión a ser informales. Si la primera fuente de ingresos en un hogar fuera formal y la segunda o la tercera fuera informal, el hogar contaría con estabilizadores automáticos durante un encierro temporal. También sería más probable que contara con cobertura de seguro médico, a través de la cobertura del trabajador formal. Desafortunadamente, este no es el caso típico.
La Figura 3 muestra que la proporción de hogares en los que ningún miembro trabaja en el sector formal casi imita la proporción de trabajadores informales: el 46%. En los países más pobres, como Bolivia, El Salvador, Honduras y Nicaragua, esta cuota sobrepasa el 60%. Pero incluso en países de ingresos medios altos como Paraguay y Perú dos tercios de los hogares son informales. Estas cifras son abrumadoras.
Figura 3: Porcentaje de hogares sin trabajadores formales
Fuente: Cálculos del personal del BID basados en “Encuestas de hogares armonizadas de América Latina y el Caribe” del BID. Los datos son para 2018 para todos los países, salvo para Bahamas (2014), Chile (2017), Guyana (2017), Surinam (2017) y Nicaragua (2014).
La informalidad es un ejemplo clásico de cómo las políticas de distanciamiento social afectan de manera diferente a los hogares de altos y de bajos ingresos. La proporción de hogares sin ningún trabajador formal suele ser dos o incluso tres veces mayor en el quintil de ingresos inferior que en el superior (Figura 3). En muchos países, más del 95% del primer quintil está compuesto por hogares en los que todos los miembros trabajan de manera informal o no están trabajando. Seguramente algunos de estos hogares de bajos ingresos son beneficiarios de algunos de los programas existentes, por ejemplo, las transferencias monetarias condicionadas, pero sabemos que estas tienen grandes problemas de cobertura y que no están particularmente bien diseñadas para lidiar con shocks severos, pero (con suerte) temporales, como esta pandemia. Muchos gobiernos de la región ya han reconocido la necesidad de ayudar a estas familias a través de mayores transferencias, y están poniendo en marcha programas de emergencia.
No hay dudas de que la epidemia del coronavirus ya está revelando cómo las profundas desigualdades y la persistencia de la informalidad hacen que América Latina y el Caribe sea más débil en su capacidad de responder a los shocks extremos, incluidos los relacionados con enfermedades. En una próxima nota, analizaremos las medidas que está adoptando la región para proteger los ingresos de los trabajadores del sector informal, y evaluaremos su idoneidad para prevenir una crisis humanitaria a gran escala en la región.
Juan Ruiz dice
Muy buen articulo y enfoque, pero le hizo falta hacer un análisis de cadena de valor productivo, ya que, en mi caso, tengo acceso a la tecnología, puedo trabajar desde mi casa, con la limitante que mis productos y servicios no tienen demanda debido a la paralización de los mercados, lo que implica, que en una economía, ya no importan cuanto acceso puedo tener a los recursos tecnológicos, si no mas bien, como se asegura el flujo de la cadena de valor….creo que se deben hacer análisis mas integrales de todos las variables y conectividad de los sectores.
ROMULO dice
GRACIAS , MUY INTERESANTE Y MUY CONCRETO EN SU CONTENIDO
Alma Irene González dice
Excelente análisis, únicamente deseo resaltar que Guatemala fue uno de los primeros en la región centroamericana en poner medidas obligatorias de distanciamiento social y las medidas implementadas por el gobierno de Guatemala han sido incluso puestos por otros países de América del Sur, como modelo apropiado. Agradecería considerar los aportes que Guatemala ha aportado al Sistema de Salud.
Daniel Defant dice
Muy buen articulo, altamente recomendable!!!
Felix Fariña dice
Ver el lado positivo de una crisis, nos puede ayudar a salir adelante por medio de la creatividad y la innovación, teniendo esa premisa presente, quisiera compartir con ustedes un cuestionamiento que siempre me hice.
¿Qué política de gobierno motivaría a los sectores informales; registrarse a un programa social, estadística nacional o base de datos que pueda garantizar una ayuda inmediata en tiempos de crisis, como la que estamos viviendo?
Sabemos que este sector informal, es el más golpeado, pero también sabemos que no sabemos nada de ellos…
¿Qué podemos hacer, cuando no existe un motivo real para formalizarnos?
EDUARDO AVALOS LIRA dice
EXCELENTE ARTICULO, Y MAS PREOCUPANTE LAS ESTADISTICAS DE INFORMALIDAD
DE LA POBLACION , VEREMOS MAS LOS EXTREMOS DE LA DESIGUALDAD SOCIAL ,ECONOMICA Y DE UNA EDUCACION DE CALIDAD, AHORA MAS QUE NUNCA NECESITAMOS IMPARTIR EDUCACION TECNICA BASADA EN COMPETENCIAS ,PARA APOYAR A LA POBLACION QUE SE QUEDARA SIN EMPLEO , Y PROMOVER EL CONSUMO NACIONAL DE SUS PRODUCTOS , ASI COMO IMPULSAR UNA POLITICA DE APOYO A LOS MICROS Y PYMES , A LOS INFORMALES EN PARTICULAR DARLES COMPETENCIAS LABORALES PARA QUE PUEDAN SUBSISTIR.
Ismael Quijada Cardoza dice
Excelente información.
Nadie esta preparado para una emergencia y los gobiernos hacen lo que pueden cada uno según el nivel de apoyo y recursos que poseen.
El aislamiento impactará mas en la economía informal, micro empresarios, trabajadores independientes, profesionales liberales y aquellos que no cuentan con los recursos y las condiciones para realizar el trabajo desde su hogar.
La educación virtual con muy poca tecnología tanto del maestro como de los estudiantes que viven en condiciones muchas veces de pobreza extrema.
Con la amenaza de que el sector informal se declare en quiebra al no poder cubrir sus costos de operación.
Entre otros problemas que vale la pena analizar.
Gracias por el documental que ilustra la situación de América Latina
EUGENIA BELTRAN dice
EXCELENTE ESTUDIO, ME ENCANTO LA RELACIÓN ENTRE LA MORAL Y LAS DECISIONES POLÍTICAS, DESCRIBE UNA REALIDAD QUE DEBE LLEVAR A PENSAR A LOS GOBERNANTES SOBRE SUS DECISIONES FUTURAS. GRACIAS
Juana dice
Gracias por su pertinente análisis, sumaría que, a esa débil capacidad de responder a los shocks, en algunos de nuestros países, se debe al lento y desarticulado desarrollo digital del Estado (nacional y subnacional). En esta crítica situación está resultando imposible identificar con precisión a varios grupos vulnerables e informales a los cuales les llegue algún programa de emergencia.
Elio Márquez dice
Excelente trabajo de los autores. Agradezco comunicarme cómo obtener este y otros trabajos en PDF para su posterior consulta y referenciación. Gracias
Tom Sarrazin dice
Hola Elio,
Los estudios que se mencionan en el artículo están referenciados con enlaces directos. También te animamos a que accedas a https://publications.iadb.org/es donde encontrarás todos los estudios del BID.
Un saludo,
Tom
Francisco Javier Reyes Carranza dice
Me parece un descripción muy apropiada de los impactos económicos y sociales que podría tener esta pandemia en los grupos sociales informales y muy masivos de la población de los países de AL y C. En algunos de ellos, se tiene 2/3 y en otro 1/3 esta en ese sector. Lo que me preocupa es que solo se esta mirando la “victima” como siempre, y no a los agentes económico que también son víctimas pero no corren riesgo su vida. Es decir las primeras victimas podrían morir y verse afectados en la calidad de su salud (no se sabe como ni en qué medida), pero las segundas víctimas, no esta en juego sin vida ni salud, esta en juego la “salud” financiera de su empresa. Por más sutil hay una enorme diferencia.
Los gobiernos están enfrentando ambos espacios, pero muy pocos en los primeros son perder de vista a las segundas víctimas, y me parece un grave error y estratégico. Esta es una oportunidad para entendernos como un todo-unido de los países y la región. Creo que se debe pensar que todos “hemos perdido frente a esta pandemia” y no es “culpa” precisamente de algún. Si ese es nuestra lectura, de pronto podríamos entender e identificar que le toca hacer en la región a las empresas y al gobierno, pero este problema materialmente no puede enfrentarlo solo los gobiernos. Aquí puede jugar un rol gravitante la banca como el BID para crecer de manera distinta, y no bajo el mismo modelo. El crecimiento en Europa después de la guerras mundiales, pues esta ha sido la tercera guerra mundial de salud y frente a un agente con el que no se sabe luchar, pero sí se puede corregir el modelo.
Esta aproximación ayudará a ser inclusivos y encontrar fórmulas para ambas víctimas puedan enfrentarlo pero con un nivel de respuesta mayor de los segundo que de las primeras. Si no lo hacemos, “recuperarnos” será una tarea titánica y acaso involucre varias generaciones y con costos de vida humanas, se ha perdido señores, y hora debemos pensar en unidad, no hacerlo es ser moral, social y económicamente reprochable.
Miguel Ocampo dice
El análisis es una fotografía de como nos encontramos en America Latina y una confirmación de que independientemente del modelo económico de cada país, las desigualdades económicas son amplias y que una alternativa que han tenido gruesos sectores de la población es la autogeneración a través de la informalidad, pasada la crisis cada quien y en conjunto se tendrá que repensar y reconfigurar los modelos económicos.
Sin embargo en el contexto de la crisis se debe analizar los distintos grados de resilencia de las personas por país y como en países con economías estables y manejos macroeconómicos responsables, ayudan a incrementar el grado de resilencia de la población, por ejemplo en Perú el Estado ha implementado una serie de programas para hacer llevadero el aislamiento social, entregando bonos de dinero en efectivo para los sectores informales, canastas de alimentos para estos sectores a través de los gobiernos locales, liberar fondos de pensiones para las personas que en algún momento fueron formales y que ahora no lo son etc. Para los trabajadores formales, ha liberando la disponibilidad de fondos por compensación de servicios (seguro de desempleo), liberación de fondos en administradoras de pensiones, devolución de impuestos, a las empresas formales les financia hasta el 30% de la plantilla con la condición que no despidan a los trabajadores y habilitación de líneas de crédito para que cuando retomen sus actividades tengan la posibilidad de recuperación. En suma un programa que considera 12 puntos del PBI para afrontar la crisis del aislamiento y el relanzamiento de la economía.
Por todas estas acciones es que la gran mayoría del país, formales e informales, están cumpliendo con la cuarentena y los mensajes que tratamos de llevar son los mensajes constructivos y que no generen pánico ni desanimo, pasada la crisis sera el momento de cuestionar nuestros sistemas y creo que esa es la actitud que todos debemos de tener en un contexto de urgencias. Saludos
DORIS PACHECO SANCHEZ dice
Interesante el artículo, permite analizar la situación de trabajadores formales e informales para afrontar está crisis sanitaria.
Una cruda realidad, ya que la población informal es mayoritaria u dada sus confirmaciones será la población con mayor vulnerabilidad frente al coronavirus COVID 19,lo que ha obligado a los gobernantes a replantear políticas públicas que coadyuven a sostener a la población más necesitadas.
JANICE CECILIA DOMINGUEZ MACHADO[DOCENTE DE TRABAJO SOCIAL] dice
Excelente reflexión, que invita a todos a solidarizarnos y que dese los gobiernos replanteen ploliticas incluyentes sostenibles
Ricardo Vargas dice
Gracias por el artículo. Sin embargo contiene una imprecisión. El primer país Latinoamericano en poner en marcha una medida de distanciamiento social es Perú. Esta medida, obligatoria, se inició el lunes 16 de marzo.
Saludos
wilfredo pimentel dice
Según se puede saber de las experiencias de Corea del Sur, Taiwán, Vietnam; el aislamiento, el distanciamiento social y la higiene; parecen ser las claves para reducir la propagación del coronavirus.
Hay un aspecto que pienso que es de sumo interés. Si en los países que hay informalidad estas claves son difíciles de implementar; los gobernantes deben ver la estrategia para insistir y profundizar al máximo esas medidas antes de que transcurra CUATRO SEMANAS.
Este tiempo es clave, es posible quebrar el crecimiento exponencial del virus. Los esfuerzos en desarrollar estas claves de manera progresiva no darán los mismos resultados, el virus se habrá expandido; a las 8 semanas se pueden tener resultados como en Italia, EEUU, España, etc
Luciana Brito dice
Una pregunta: porque se está considerando que Brasil tiene un distanciamento social leve si las principales ciudades del país están con cierre completo de comercio no esencial, no hay escuelas funcionando en ningún lugar y hay incluso casos de personas arrestadas si van al parque o a las playas. En Brasília, Rio, São Paulo y otras grandes ciudades la cuarentena está bastante severa, igual o peor que en Uruguay, por ejemplo.
Annie Giselle Quintal Rosado dice
Es un buen articulo, que cuenta con una amplia visión, de lo que esta pandemia a nivel social y económico afectara a nuestra sociedad, y mas aun en América latina, que a mi percepción es uno de los países que mas sufrirá, debido a que los ingreses económicos mas vulnerables son precisamente el de las personas que día con día trabajan por un salario mínimo que apenas y alcanza para una familia, y que a consecuencia de esta situación, no pueden salir a trabajar. Creo que es importante recordar que la base económica de este país es el turismo y al bloquear entradas y salidas de fronteras y lugares vecinos, la economía se afectara de manera masiva, sin embargo es una de las medidas que han tenido mayor impacto positivo, al contagio.
Al igual que todos espero que esta situación se pueda estabilizar pronto, y realmente las familias no se vean afectadas a grueso modo.
Jafet Eduardo Alanis Rivadeneyra dice
Estoy de acuerdo que la pandemia y las medidas de distanciamiento han afectado la economía de los miles de minoristas en sus establecimientos, lo que me parece preocupante es que hablando desde la desigualdad tenemos que tener en cuenta la situación que está afectando al país. El gobierno tiene la responsabilidad de salva guardar las vidas de su pueblo, y en estos caso brindar apoyo a las personas que no cuentan con los recursos necesarios para sobrellevar la situación que acontece en estos momentos. Es de suma importancia tener en cuenta que los gobiernos deben estar capacitados y preparados para este tipo de situaciones que está pasando el país, un claro ejemplo de un gobierno capacitado y preparado es el del Salvador, su presidente Nayib Bukele en apoyo a las personas que quedaron sin ingresos económicos, subsidió los servicios de luz y agua, brindado apoyo económico a todo el país, lo que deja ver que para él es preferible levantarse poco a poco económicamente, y priorizando la protección de las personas. Por otra parte es lamentable que en nuestro país no se lleve a cabo el manejo de nuestros recursos y monopolio que existen en el mismo. Cuando se habla de desigualdad hay que entender por qué ocurre esto y no opinar sin saber la situación de las personas que como sabemos en México existen muchas personas que se ganan el pan día a día o que no cuentan con los recursos necesarios para simplemente quedarse en casa y no generar ingresos al hogar. Es por ello que el gobierno debe implementar apoyos para beneficiar a muchas familias mexicanas.
Fernando Domínguez Pelayo dice
Como pudimos aprecie en la lectura la situación actual no es más que el reflejo de las malas decisiones de la humanidad, no podemos decir de los seres vivos ya que el mayor causante es el hombre, desde épocas remotas hemos venido acabando con la naturaleza y esto ah traído sus consecuencias como la que estamos pasando, quizá las invasiones a las áreas naturales la quema y la curiosidad por experimentar probando platillo exóticos han contribuido al desarrollo de virus que amenazan a la existencia humana y es que no respetamos los límites que la madre naturaleza había marcado siempre la ambición por querer más nos orillo hasta la catástrofe que vivimos hoy en día, esta cuarentena a dejado ver que todo reclama su territorio los animales han vuelto a pasearse libremente, la contaminación a disminuido y la capa de ozono se está regenerado, es preciso que se detone la educación ambiental el manejo de recursos sostenible y energía renovable que nos permitan vivir en armonía para evitar un brote de virus desconocidos que ahora sí acaben con nuestra existencia.