¿Cuáles son los factores críticos que permiten que las personas acumulen habilidades desde la niñez hasta la adultez?
Brindar las respuestas correctas a esa pregunta vital es clave no sólo para asegurar el bienestar y la prosperidad individual. También hace la diferencia para criar a generaciones que aumenten la productividad, fomenten el crecimiento, y reduzcan la pobreza para América Latina y el Caribe en su conjunto. Por eso el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo dedicará su próximo informe insignia a evidencia empírica de formas costo-efectivas de potenciar las habilidades.
Entre otros enfoques, el libro, Aprender mejor: Políticas Públicas para el Desarrollo de Habilidades, analiza de qué forma distintas intervenciones que mejoran las aptitudes de los jóvenes luego afectan sus ingresos de adultos. Este tipo de análisis, que asume que los salarios están ligados a la productividad y la productividad a las habilidades, brinda una ventana fascinante al proceso de aprendizaje. Muestra cómo la educación y el apoyo al desarrollo de habilidades desde la más temprana edad puede tener un efecto de bola de nieve, mejorando notablemente los resultados a futuro.
Por ejemplo, los científicos sociales asumen desde hace tiempo que los programas que les enseñan a los padres a brindarles a sus hijos pequeños estímulos intelectuales y emocionales adecuados a través del habla y juegos podrían impulsar el desarrollo. ¿Pero hay pruebas? Nuestros análisis de varios de esos programas para padres en América Latina y el Caribe muestran que esos programas tienen efectos cognitivos sustanciales. En un programa, aumentaron las ganancias de los adultos entre los beneficiarios —comparados con un grupo de control— en 25%.
La matriculación en la escuela primaria es casi universal en América Latina y el Caribe. La alta calidad no lo es. ¿De qué forma mejorar la enseñanza en esa etapa de escolarización podría afectar a los estudiantes y su eventual capacidad de ganar un buen salario? Analizamos un estudio que muestra que cambiar a un estudiante de una clase con un maestro promedio a otra con un maestro en el 84vo percentil de la distribución de calidad docente en un grado puede aumentar las ganancias de los adultos en 1%. Y esas ganancias podrían crecer si las mejoras en la capacidad de los maestros continúan a través de los años posteriores de educación.
Con la adolescencia llegan otros desafíos, incluidas las tentaciones de las drogas recreativas, el sexo sin protección y el comportamiento criminal. Pero dos programas, analizados en nuestro estudio, muestran que los mentores y el apoyo académico pueden guiar a los adolescentes hacia un lugar más seguro. Pueden aumentar las eventuales ganancias de los adolescentes al convertirse en adultos entre 1% y 3% por cada año de ayuda recibida.
La clave está en descubrir qué funciona y qué no, e insistir en las intervenciones basadas en evidencia. Por eso nuestras conclusiones se apoyan principalmente en estudios de intervenciones gubernamentales de gran escala, siempre con metodologías rigurosas.
Lo que surge con claridad del informe es que la educación es importante a lo largo de toda la vida; que el apoyo de los padres y los mentores pueden hacer la diferencia, y que la cantidad y la calidad de la educación son clave. Todos estos elementos están reflejados en las ganancias de los adultos. Consideremos otro puñado de descubrimientos: cada año extra de escuela secundaria lleva a un aumento de 5% en las ganancias de los adultos; cada año de educación post-secundaria aumenta esas ganancias 11%, y un título universitario de una carrera relacionada con ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas aumenta los salarios 11% por año de estudio más que un título de ciencias sociales.
Las ganancias no son las únicas medias del desarrollo de habilidades; consideramos resultados de pruebas y muchas otras formas de juzgar el progreso. De todos modos, son una buena referencia. Brindan un ejemplo concreto de cómo las políticas y los programas pueden poner a los niños y los adolescentes en el camino al éxito o al fracaso cuando se trata de los desafíos inevitables de ganarse la vida en la economía moderna.
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