* Por Anouk Ewald
Ella es una mujer que viene de un rincón helado de la desarrollada Europa. Él es un hombre de una isla cálida del Caribe en vías de desarrollo. ¿Qué pueden tener en común? ¿De qué hablan? Esas mismas preguntas nos asaltaban a todos los que los veíamos boquiabiertos, mientras ellos charlaban en voz baja, uno al lado del otro, como si fueran viejos amigos. Sorprendentemente, sólo se habían conocido hace apenas unos minutos.
Mientras ellos conversan les cuento que, desde hace un tiempo, en Haití hemos hablado de que es necesario dar un salto hacia la calidad de la educación. Es decir, después de muchos años de trabajo para aumentar el acceso, parecía que todos logramos ponernos de acuerdo en que ahora es el momento de mejorar el aprendizaje estudiantil. Por supuesto, tomar acción inmediata es una tarea difícil para enfrentar el desafío. Hasta que, recientemente, el Ministerio de Educación haitiano anunció la creación de 12 medidas para reformar el sector educativo en Haití y mejorar la calidad por medio de formación docente, certificaciones para las escuelas y políticas nuevas para la medición de los aprendizajes estudiantiles.
Luego, en julio de 2014, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el gobierno de Haití inició un diálogo con el Ministerio de Educación y Comunicaciones de Finlandia en un esfuerzo para aprender de otros países. Después de una hora de introducciones, 2 más de formalidades y 3 días de presentaciones escuchamos cómo funcionaba el sistema educativo finlandés; un sistema tan fascinante que hasta parece irreal.
Pero… volvamos a nuestros misteriosos personajes, ¿quiénes son y qué tienen que ver con todo esto? Quizás ya sospechen que se trata de la Ministra de Educación y Comunicaciones de Finlandia, Krista Kiuru, y del Ministro de Educación de Haití, Nesmy Manigat. Tampoco es muy difícil imaginar de qué hablan: ¡están conspirando para mejorar la calidad de la educación en Haití! Se han confabulado para brindar a todos los niños haitianos un porvenir más próspero y para ofrecer a la nación caribeña una oportunidad prometedora de convertirse en un país desarrollado, a través de la mejora de los aprendizajes.
En septiembre de 2014, la Ministra Kiuru viajó a Haití para firmar un acuerdo con el Ministro Manigat para fortalecer las relaciones bilaterales entre los dos países a fin de cooperar en áreas de interés estratégico, tales como desarrollo de currículo, formación docente y evaluación de desempeño estudiantil.
El salto hacia la calidad será muy positivo para el sector educativo en Haití, donde 1 de cada 4 estudiantes de sexto grado, y 3 de cada 4 de duodécimo grado reprobaron los exámenes nacionales. Estos resultados muestran que la calidad de la educación es claramente el principal desafío que enfrenta el sistema educativo haitiano. Además, de acuerdo con el censo escolar 2013/14, más de la mitad de los maestros, tanto del sector público como del privado, no cuentan con las calificaciones necesarias para ejercer la docencia. De las 17,120 escuelas en Haití, el 85% son privadas y, de ese porcentaje, sólo el 30% dispone de algún tipo de permiso para operar por parte del Ministerio de Educación. Definitivamente necesitamos un cambio.
Entonces… ¿Qué tienen en común la Ministra de Educación y Comunicación de Finlandia y el Ministro de Educación de Haití? Comparten la visión de brindar a todos sus ciudadanos igualdad de oportunidades. Por eso, ahora le toca a una delegación de Haití visitar Finlandia. Las acciones adoptadas por el Ministerio de Educación en los últimos meses abonarán el terreno para finalmente sembrar la semilla que impulse en Haití un salto hacia la calidad. ¿Cuánto crecerá? Sólo el tiempo lo dirá.
Mientras tanto… ¿Próxima parada? ¡Finlandia!
* Anouk Ewald es especialista en educación del BID en Haití.
Pues a ver si hay suerte, los haitianos que quieran trabajar consigan elevar el nivel de educación y poco a poco levanten la isla. En eso estamos todos, nuestro ánimo y apoyo.
El proceso enseñanza-aprendizaje debe estar sostenido en la educación de calidad, y hablar de calidad significa que tendremos que aplicar modelos y mecanismos de medición de esa calidad, de cara a evitar que la calidad se convierta en cantidad únicamente. Cuando hablamos de medición nos referimos al enunciado de que lo que no se mide (evalúa) no se mejora, la política educativa deber ser la mejora continua pues la educación estará orientada a formar ciudadanos del mundo en este contexto global tan competitivo.
Geovanny Vicente Romero, Académico.
Bien por Haití, que se nutra de nuevas y buenas ideas educativas. Ese es el comienzo del cambio, tan necesario en la isla. Todo mi apoyo!