Escrito por: Jorge Mahecha*.
Es cierto: si hay una epidemia de “Enseñas” en Latinoamérica, como acertadamente señala Marcelo Cabrol en una entrada previa de este blog. Enseña por Colombia (ExC), en existencia desde inicios de este año, y después de un año y medio de desarrollo previo, es una joven organización que marcha a todo vapor para tener su primera cohorte de profesionales docentes trabajando en colegios de alta necesidad en enero de 2012. Todos los Enseña por, vale la pena recordar, son programas que buscan reclutar profesionales líderes de excelencia, recién graduados de su pregrado, para que durante sus dos primeros años de trayectoria profesional se desempeñen como docentes en colegios que atiendan población vulnerable.
Este 2011 es entonces nuestro año cero, de alistamiento, y hay muchos procesos que estamos haciendo por primera vez. En particular, hace poco en el equipo de ExC se discutía en el marco de los procesos de selección de aspirantes al programa, cómo construir una especie de “coeficiente de selectividad” de las carreras de las que provienen nuestros aspirantes. Me explico: Enseña por Colombia, todos los “Enseña por”, para el caso, se ven avocados a seleccionar aspirantes, y al hacer esta selección en busca de los mejores potenciales docentes, se debe dar respuesta a preguntas complejas, como por ejemplo: ¿Son los promedios de calificaciones equivalentes entre universidades y carreras? ¿Reviste la misma dificultad obtener un 4 en la universidad A o en la universidad B? Y qué hay de distintas carreras en una misma universidad: ¿Promedios iguales deben valorarse por igual?
Contestar esta pregunta requirió un análisis complejo, que aunque no es el tema de esta entrada, si nos llevó a revisar varios factores, y uno de ellos el que motiva esta entrada: ¿Qué tan selectiva es la entrada a los programas de pregrado en Colombia? ¿Qué tanto en educación?
Examinar los datos me hizo volver a revisar una de las razones por las cuales surge Enseña por Colombia: La selectividad de los pregrados en docencia en Colombia es baja. Es baja en dos aspectos clave. El primero son los puntajes del examen de estado para el ingreso a la universidad en sí mismos. Aquí el problema es sencillo y grave: en docencia, estos puntajes se cuentan entre los más bajos para entrar a cualquier pregrado. Numerosas investigaciones muestran que un docente efectivo –efectivo es que sus alumnos logran aprendizajes significativos- tiene dos características básicas. Por un lado, tiene una alta aptitud académica general, y comando de su disciplina, sea esta ciencia, matemática, etc. Por el otro, tiene una serie de habilidades interpersonales que le permiten liderar efectivamente y empoderar grupos de personas en dirección al aprendizaje. El examen de estado no dice nada con respecto a este último componente, pero en cambio si dice mucho respecto al primero. No era un secreto. Es sabido que los estudiantes de trayectorias académicas más ricas y de mayor calidad no consideran la docencia como opción profesional. Yo diría que lo más probable es que nunca lo hayan hecho.
El segundo aspecto clave son los requerimientos del estado colombiano a las entidades encargadas de formar a sus docentes. En Colombia el Consejo Nacional de Acreditación, que debe acreditar la calidad de los programas académicos de la educación superior en el país, hizo disponibles estadísticas según las cuales en el año 2009, tan sólo el 6% de los programas que ofrecen formación para la docencia en Colombia, tenían esta acreditación de calidad, que es un requisito mínimo.
La ecuación es sencilla: Para tener buenos docentes debemos verificar en los candidatos dos características. Para una de ellas, el liderazgo, el actual sistema de selección docente no ejerce proceso de selección alguno. Para la segunda, aptitud académica, el sistema selecciona candidatos lejanos de lo óptimo, por decir lo menos. Luego a estos potenciales docentes se les somete a una oferta de programas de entrenamiento en docencia que en un 94% no cumplen con requisitos mínimos de calidad, ¿Qué se obtiene entonces?
Ya sabemos que buenos resultados en pruebas como PISA y TIMMS, no. ¿Transformaciones sociales? ¿El desarrollo de la sociedad por medio de educación de calidad? Yo me pregunto, en el marco de este sistema ¿de dónde vienen o porqué surgen estas expectativas, francamente irreales? Mientras no se pongan en marcha transformaciones estructurales en estos sistemas, pensar la educación como agente transformador de la sociedad, será como pensar con el deseo, y sentiremos de nuevo esa frustración continua que tantas veces hemos sentido, y cuyas razones parecieran misteriosas y complejas, excepto que en alguna medida, no lo son.
Enseña por Colombia y otros programas similares representan, creo yo, un esfuerzo en la dirección correcta: estamos reclutando activamente candidatos de altísimas credenciales académicas, y con un manifiesto perfil de liderazgo para ser sometidos a un muy intenso programa de formación en pedagogía. Después de esto queremos acompañarlos para que sean los mejores docentes. Si la educación es tan importante para el desarrollo social, y yo sinceramente, creo que lo es, se requiere de unas transformaciones sistémicas importantes en nuestros países. Una, tan sólo para empezar, tiene que ver con los requerimientos de entrada a la profesión docente: no pueden ser los más bajos posibles. Que la docencia recupere su estatus en la sociedad es un proceso complejo que va a tomar mucho tiempo, en el cual Los enseñas y otros programas similares tienen la importante misión de mostrar que, combinando los factores adecuados de la forma adecuada, más la tonelada de trabajo habitual en la docencia, se pueden lograr resultados transformadores para los niños que más lo necesitan.
* Jorge Mahecha es Magister en educación con énfasis en administración y gestión de instituciones educativas de la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia. Microbiólogo, con opción en Matemáticas de la misma universidad, Jorge tiene una trayectoria de 14 años en el sector educativo, en los cuales ha trabajado como docente en primaria y secundaria, directivo docente, evaluador de programas y proyectos educativos, y también como formador de docentes en el sector público. Como emprendedor social ha participado en la fundación de dos organizaciones sociales, la Corporación Educación y Desarrollo, en el año 2009, y junto con otros dos emprendedores sociales, fundó en el año 2010 Enseña por Colombia, un programa colombiano inspirado en la exitosa experiencia de Teach for America. Contacto: jorgemahecha@ced.org.co
fer dice
Que buen contenido, felicitaciones.
Les recomiendo visitar esta convocatoria y registrar proyectos para desarrollarlos, hay sección de comunidad http://on.fb.me/pdi2i23