Lunes, 8:15 a.m. Mario, un maestro de sexto grado en un área de bajos ingresos de su país, está sentado al frente de su salón. De repente, se escucha el familiar sonido de una llamada de Skype saliendo de su computadora.
¿Aló? ¿Marta? ¿Me oyes?
Si, Mario. ¡Qué Bueno verte! ¿Estás listo para la sesión? – responde la voz desde la computadora.
¡Si, estoy listo! – responde Mario, mientras los niños en su salón toman asiento.
Aunque los niños se emocionan de oír la voz de Marta al inicio, después de un tiempo se olvidan de que está allí. Para Mario, sin embargo, la presencia de Marta hace toda la diferencia.
A través de un avanzado dispositivo móvil, un líder instruccional en una ubicación remota, como Marta, puede observar la lección y dar feedback en tiempo real a maestros principiantes como Mario. Aunque Mario y Marta son personajes ficticios, ellos demuestran escenarios reales que ocurrieron en una serie de sesiones piloto organizadas por un grupo de investigadores financiados por el Departamento de Educación de Estados Unidos. Este equipo encontró que este método no es solo efectivo para mejorar la calidad de los docentes, pero además incrementa la motivación, promueve el trabajo en equipo y genera interés en encontrar nuevas soluciones pedagógicas.
Esta estrategia de apoyo docente es solo una de las muchas maneras en las que la tecnología puede ser llevada al salón de clases para así mejorar la calidad educativa en América Latina y el Caribe. Y es que la idea de “tecnología en educación” es un término versátil: programas de educación a distancia pueden legar a incluir recursos que van desde redes de fibra óptica, radio o satélite hasta pizarras inteligentes, y cursos en línea. También incluye los conocidos programas “uno a uno” que entregan una laptop o Tablet a cada estudiante, generalmente acompañado de facilidades de acceso a internet.
Sin embargo, la discusión que existe acerca del potencial del uso de la tecnología también viene acompañado de un debate sumamente polarizado. Por un lado, algunos consideran que la tecnología puede convertirse en la solución mágica para transformar y repotenciar los sistemas educativos tradicionales; por el otro, los más escépticos ven a los programas como una amenaza para los métodos más convencionales, o simplemente como un mal uso de recursos que podrían usarse con otros propósitos.
Este debate es de suma importancia para nuestra región. De los 26 países prestatarios del BID, 20 han implementado programas o iniciativas “one-to-one” entre 2006 y 2012, y más de 8 millones de computadoras portátiles han sido distribuidas a estudiantes en escuelas públicas de la región. Nuestra posición en el uso de las tecnologías de la información en el aula es, por tanto, no una cuestión de extremos, ni negro ni blanco, sino tonalidades de grises. Esto implica entender que la infraestructura y la tecnología son sumamente necesarias, pero no suficientes; su uso debe estar orientado específicamente a la mejora de los aprendizajes. La pregunta se vuelve entonces: ¿cómo diseñar programas de uso de la tecnología que sean efectivos en mejorar los aprendizajes de los niños y jóvenes?
Muchos de estos programas no han logrado mejorar los aprendizajes en asignaturas como matemáticas y lenguaje. Sin embargo, nuestro estudio encuentra que los programas basados en un uso guiado de la tecnología se vuelven más efectivos en mejorar los puntajes en pruebas estandarizadas, cuando se les compara con otras intervenciones como la reducción del número de alumnos por aula o la adquisición de materiales didácticos.
Del mismo modo, aunque el uso guiado genera, en promedio, resultados académicos más altos, también encontramos que mientras más insumos e información se utiliza al momento de diseñar los programas, más efectivos son en mejorar el aprendizaje estudiantil.
Ahora que damos inicio al Mes de la Innovación en la División de Educación del BID, queremos resaltar el enorme potencial que viene con el uso de la tecnología en la educación. Las experiencias del BID en la region, la nueva evidencia sobre el uso efectivo de las TICs, y las iniciativas innovadoras a nivel internacional como el Plan Ceibal, nos motivan a seguir apoyando a los países en su misión de ofrecer más y mejores soluciones educativas a los niños y jóvenes de la región.
Gracias por este importante punto de vista respecto al proceso que viene desarrollándose y al cual, como docente universitario, debo estar al día. Mi pregunta es si a nivel universitario hay también estudios y puedo encontrar experiencias cercanas…
Este recurso es muy motivador porque hace que los alumnos traten de dar una buena impresión al docente que los observa y actúan como sujetos activos de su propio aprendizaje al igual que le permite al profesor crecer como docente e implicarse más en su puesto de trabajo tratando de buscar diferentes alternativas para tener motivados a sus alumnos. Estoy muy de acuerdo de que las TICS haciendo un buen uso de ellas se pueden conseguir muchas cosas, ya que no están totalmente desarrolladas ánimo a la gente a que se adentren en ellas para innovar.
El artículo es muy interesante, lo que a mi me gustaría saber es a partir de que edad podemos utilizar este método, mi interés directo es en las edades que comprende la primera infancia.
Hoy en día la tecnología es fundamental en nuestras vidas como herramienta de apoyo. Por eso es muy importante reforzar nuestras habilidades con todos los medios posibles, ya sean físicos y virtuales. Lo más importante, es ocupar las aplicaciones disponibles, curso UNAM, contenido digital y de está manera la brecha digital será menor, por que no hay que excluirla en cambio hay que integrarla en el proceso de aprendizaje.