La brecha de participación femenina y masculina en los ámbitos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) es una constante en todo el mundo. Pero la brecha no es solo de participación, sino de menores sueldos y mayores prejuicios. Si eres mujer y estás leyendo esto, piensa en el primer juguete que te regalaron. No sería una excepción que te hayan regalado una cocina y no un libro con experimentos de ciencia para niños. Muchas veces se les ofrece a las niñas juguetes asociados a los roles que se espera de ellas en la sociedad. Lo mismo pasa con los niños, aunque en este caso el libro de ciencia se vuelve un regalo más común. También lo vemos en los disfraces: de princesa para niñas, de astronautas para niños.
En este Día de la Niña, para hablar sobre la formación de expectativas en la primera infancia y cómo influyen años después en la elección de carrera hemos invitado a Melina Masnatta, Directora Ejecutiva y Co-fundadora de “Chicas en Tecnología” y especialista en educación y tecnología. Chicas en Tecnología es una organización sin fines de lucro que busca reducir la brecha de género en tecnología a nivel regional.
¿Cuál es la principal consecuencia de la falta de participación de mujeres en STEM y por qué debemos incentivar a que las niñas se interesen en este campo?
La principal consecuencia es que el 50% de la población mundial no está representada en las producciones científicas y tecnológicas. El 89% de lo que hacemos en internet (previo al COVID) está relacionado con una aplicación móvil, y sólo el 6% de las aplicaciones móviles en el mundo fueron desarrolladas por mujeres.
En el campo de la medicina, por ejemplo, la mayoría de los estudios médicos son liderados por hombres, y por esto en algunos casos no consideran contraindicaciones en mujeres. Este es un ejemplo cotidiano que explica por qué es importante saber que las mujeres no estamos representadas.
Tenemos que incentivar a las niñas en estos campos, primero, porque son en donde actualmente hay mayor producción y desarrollo. Por otro lado, si bien los estereotipos de género se terminan de constituir a los 7 años, se perpetúan en la adolescencia, que es cuando nos encontramos la proyección de los tipos de carreras en las que las jóvenes quieren desarrollarse.
En Chicas en Tecnología, logramos investigar a la par de generar proyectos para que se integren más jóvenes y niñas en este campo, enfatizamos también que no solamente no podés querer ser lo que no ves, sino que también no podés elegir aquello que no experimentas. Las experiencias vinculadas con tecnología y con ciencia tienen un amplio enfoque vinculado a la experimentación y son muchas jóvenes y niñas las que no están experimentando estas propuestas, porque desde temprana edad en las familias, en los círculos más íntimos y también en las escuelas no se las incentiva a participar.
¿Cómo pueden padres, madres y cuidadores estimular a las niñas para que se interesen en STEM desde la primera infancia?
Esta pregunta tiene que ver con los estereotipos que se inician desde frases que yo defino como “killer phrases” (frases matadoras en inglés), que suelen decir algunas personas como: “esta es una carrera para hombres” o “va a ser muy difícil porque vos no sos buena en matemática”. Esas frases limitantes van construyendo caminos también limitantes para estas jóvenes.
Otro punto se relaciona con la poca confianza en los recursos digitales que tienen las niñas y jóvenes. Muchas veces en sus familias la primera consola de videojuegos o los estímulos tecnológicos, matemáticos y científicos se lo suele regalar a los varones y no a las niñas. Esto impacta la confianza que se va adquiriendo en esos recursos digitales.
En 2015 UNICEF hizo en Argentina una investigación llamada “Chicos Conectados”. Los resultados muestran que en la adolescencia comienzan a distinguirse estas diferencias. Si bien todos los adolescentes están en plataformas digitales, las actividades que realizan son diferentes. Mientras las chicas se sacan selfies—que de alguna manera genera una presión social sobre el cuerpo, un estereotipo y un estándar sobre cómo hay que ser para ser aceptado socialmente, y los algoritmos reproducen eso— los varones juegan videojuegos y van adquiriendo confianza en estas plataformas. Todo el entorno, el familiar y el escolar, suele perpetuar estos estereotipos. Independientemente de que la mayoría de las personas que educan son mujeres, hay un sesgo que se produce, por ejemplo, cuando le pedimos a un varón que muestre cómo resolvió la ecuación matemática o un determinado ejercicio en la sala de computación.
Numerosos estudios muestran la asociación entre estereotipos de género de padres, madres y cuidadores y sus creencias sobre las habilidades matemáticas de sus hijos. Siendo estos procesos mayormente inconscientes, ¿cómo podemos luchar contra el prejuicio de que las niñas son menos habilidosas en terrenos STEM?
- El primer desafío es que las personas que educan y sus entornos más cercanos empiecen a descubrir, a imaginarse que estas jóvenes son potenciales profesionales en estos ámbitos.
- El segundo punto es acercarle a las niñas y jóvenes diferentes experiencias relacionadas con estas disciplinas porque en general no hay un estímulo desde lo lúdico ni desde otros roles, se los empieza a vedar desde temprana edad.
- El tercer punto, y esto es un desafío más regional, es que hay un gran desconocimiento sobre qué significa trabajar en STEM. Existe este estereotipo que aleja mucho porque nos imaginamos a alguien que está en Silicon Valley. Muchas veces en nuestros países no nos imaginamos, por ejemplo, lanzando satélites. Si bien la falta de conocimiento sobre cuáles son los desarrollos y las carreras que se pueden estudiar es un tema que no distingue de géneros, sí hay una fuerte barrera de género en la participación en STEM. Por ejemplo, varias investigaciones demuestran que las mujeres se dedican más a tareas vinculadas con el cuidado como la medicina. Y dentro de la medicina, en general, van a determinadas áreas. Eso también habla de un camino sesgado en el recorrido.
- En cuarto lugar, faltan redes y comunidades que incentiven y se conecten con otros ecosistemas. Muchas universidades dan charlas para incentivar la inscripción en carreras STEM pero esto también se desconoce y no hay una articulación con el nivel educativo medio y con el nivel inicial. Los museos de ciencia en diferentes países, por ejemplo, en Colombia, tienen muchísimas actividades y desarrollos para niños y niñas pero tampoco hay una articulación con otros niveles ni con las familias.
- Por último, hay desconocimiento sobre las oportunidades profesionales y sobre qué significa trabajar en STEM y qué habilidades se precisan para estos campos. Por ejemplo, tecnología, es un ámbito muy requerido y los salarios son, en promedio, un 33% más altos. Esta es una oportunidad profesional que las familias deberían incentivar porque para las mujeres puede significar lograr un balance entre trabajo y vida personal y les permite desarrollarse a la vez que tener un sueldo competitivo en el mercado.
¿Cómo pueden las políticas públicas especializadas en desarrollo infantil incentivar la participación de las niñas en STEM desde edades tempranas?
Se pueden mostrar roles modelo cercanos de diferentes países articulando con un proceso que a veces es muy difícil que es reconocer dónde están esas mujeres, quiénes son. En nuestra organización solemos entrevistar y hacer mapas para que se escuchen los diferentes acentos que tienen las mujeres en Latinoamérica y el Caribe para eliminar el prejuicio de que una científica tiene que ser una persona de determinado aspecto físico, estudiando en un lugar determinado.
Uno de los puntos nodales en la región es generar datos y armar campañas para que la población entienda que si no tenemos ingenieras o ingenieros, si no tenemos capacidad productiva, estamos perdiendo como países y como región. Algunos de esos incentivos se pueden realizar desde las políticas públicas: campañas de comunicación, de tomar datos, de medir, de decirle a la sociedad por qué es importante que haya mujeres en estos sectores.
La organización que co-fundaste, “Chicas en Tecnología” tiene programas para desarrollar habilidades técnicas-tecnológicas para jóvenes mujeres en Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Colombia y México. ¿Tienen pensado adoptar programas para niñas?
No solo trabajamos habilidades técnicas y tecnológicas sino también trabajamos habilidades blandas y de impacto para que las jóvenes puedan identificar problemas en su comunidad y puedan desarrollar soluciones tecnológicas con las herramientas que tengan a disposición. Articulando estos tres niveles de habilidades, logramos que ellas mismas puedan identificarse como líderes de sus comunidades. Tenemos ejemplos donde las jóvenes han diseñado una aplicación móvil para acompañar a una adolescente que tuvo un embarazo para que pueda recordar el calendario de vacunación de su bebé y que pueda estimularla o incentivarla para que pueda seguir estudiando.
A partir de la pandemia, entendemos que la tecnología no solo tiene que estar al servicio de aumentar ganancias, sino que debe servir para generar impacto en otra escala. En general trabajamos a partir de los 13 años pero también trabajamos con otros programas para niñas, en este caso hablamos con docentes y educadores para incluir en sus manuales prácticas que incentiven estas temáticas desde temprana edad.
Muchas veces las jóvenes con las que trabajamos son las que asumen la tarea del cuidado de sus familias, de sus hermanos y hermanas. Ellas suelen ser la puerta de entrada para que más niñas se involucren en estas carreras. Todo lo que hacemos en nuestra organización es libre y gratuito.
¿Conocías estos datos? ¿Cómo incentivas a las niñas de tu familia para que se interesen por diferentes disciplinas como la tecnología y STEM? Déjanos un comentario o menciónanos en @BIDgente
Freddy Coronel Alvarez dice
Felucitaciones a las profesionales argentinas, desde alli pueden apoyar al desarrollo de capacidades en todos los sectores sociales de latinoamerica primero, trabajar con los niños es un privilegio para todo profesional hagamoslo tambien en Ecuador.
Lauri Márquez dice
Es una excelente y valiosa información. El enfoque y el desarrollo de la entrevista es objetivo y va al punto de siempre mostrar los beneficios que el mundo entero está perdiendo, al dejar de promover las carreras científicas en niñas, jóvenes y mujeres.
Muchas gracias por compartir estas experiencias.
Lauri Márquez
Victoria Kenny dice
Excelente artículo! gracias por compartir y brindar este tipo de perspectiva tan enriquecedora no solo para America Latina pero para el mundo entero!
Caro dice
Me encantó la nota!!! Me quede con ganas de mas, por ejemplo como poder introducir a mis hijas de 3 y 5 años, a la tecnologia y ciencia- Muchas gracias!
Ana Daniela Chavez dice
Excelente artículo. Felicitaciones. Siempre digo que nuestro mundo necesita más niñas con pensamiento científico, matemático, artístico y de biólogas. Por esto a mi hija desde que era bebé le estimulo a jugar con todo tipo de juguetes (incluso lo los que los varones usan más) y le leo de tanto en tanto un cuento muy bonito que titula: “Las Niñas Serán lo que Quieran ser” Edit. Lumen.
Ida dice
Excelente información que nos lleva a entender que los regalos y juguetes de su primera infancia contribuyen a formar su visión de futuro, ojala puedan brindar información para mas pequeños entre los 4 y 7 años.
Gracias por compartir sus conocimientos.