Los primeros cinco años de vida son un periodo crucial en el que un cuidado cariñoso y sensible establece bases sólidas para el desarrollo, el aprendizaje y la salud a lo largo de toda la vida. En un nuevo estudio, mostramos que millones de niños en el mundo —y específicamente en América Latina y el Caribe (ALC)— carecen de acceso al cuidado cariñoso y sensible más elemental, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de estrategias innovadoras y de expandir los programas de crianza integrados.
El cuidado cariñoso y sensible es el principal catalizador del bienestar a lo largo de la vida
Los primeros años de vida son un periodo crítico del desarrollo en el que las experiencias y los contextos moldean la arquitectura del cerebro, la expresión de los genes y el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales fundamentales. De esta forma, las experiencias tempranas pueden influir en resultados como el rendimiento académico, la salud física y mental y el bienestar económico, entre otros.
Los niños pequeños necesitan un cuidado cariñoso y sensible para alcanzar su máximo potencial de desarrollo. Proporcionar ese cuidado implica garantizar que las necesidades de los niños se satisfagan en términos de una nutrición adecuada, buena salud, oportunidades de aprendizaje temprano, protección y seguridad, y atención receptiva.
Pese a la importancia del apoyo holístico a los niños pequeños, poco se sabe acerca de cuán expuestos están los niños en edad preescolar a un cuidado cariñoso y sensible en todo el mundo y en ALC en particular. Esta ausencia de evidencia al respecto puede obstaculizar esfuerzos de acción y de política destinados a promover el desarrollo de los niños en la región y en el mundo.
Una mirada al cuidado cariñoso y sensible en la región
En un nuevo estudio, utilizamos datos de las Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados recogidos entre 2005 y 2019 de más de 425.000 niños de 3 a 5 años que viven en 104 países de ingresos bajos y medianos y aplicamos modelos predictivos para evaluar el acceso de los niños a un cuidado cariñoso y sensible.
A partir de estos datos, seguimos el Marco de Cuidado Cariñoso y Sensible y caracterizamos el acceso de los niños a una nutrición adecuada, que incluye 1) una estatura adecuada para la edad y un peso saludable, (2) la salud, medida por el acceso a agua, saneamiento e higiene adecuados y ausencia de infecciones, (3) oportunidades de aprendizaje, incluidas la participación en la atención y educación de la primera infancia y la disponibilidad de materiales estimulantes (juguetes y/o libros) en el hogar, (4) seguridad y protección, que comprende la ausencia de castigos físicos y negligencia, y (5) atención receptiva, que incluye recibir estimulación por parte de al menos un cuidador adulto.
Encontramos que aproximadamente 182 millones de niños en edad preescolar que viven en países de ingresos bajos y medianos en todo el mundo no recibían cuidados de crianza mínimamente adecuados antes de la pandemia de COVID-19. En ALC, solo el ~54% (o 10,8 millones) de los niños en edad preescolar los recibían, en comparación con el ~47% en Asia Oriental y el Pacífico, el ~68% en Europa y Asia Central, el ~18% en Oriente Medio y África del Norte, el ~10% en Asia Meridional y el ~8% en el África Subsahariana.
Más concretamente, mientras que aproximadamente el 85% de los niños tenían acceso a una nutrición y una salud adecuadas en ALC, seguía siendo escaso el acceso a la seguridad y protección (42%), a las oportunidades de aprendizaje (54%) y a una atención receptiva (56%). De hecho, millones de niños aún no recibían atención y educación de primera infancia, materiales de aprendizaje en el hogar (como juguetes y libros) ni estimulación adecuada por parte de los cuidadores principales (incluyendo el juego, la lectura y otras actividades), mientras que un gran número de niños seguían sufriendo violencia, como el castigo físico.
Nuestros resultados para los países que disponen de datos sobre todos los indicadores de cuidado cariñoso y sensible también muestran que, en general, ya antes de la COVID una mayor proporción de niños de hogares pertenecientes al 20% más bajo de la distribución de la riqueza no tenían acceso adecuado a este tipo de cuidado en comparación con sus pares más acomodados, con una diferencia que oscila entre ~30 y 50 puntos porcentuales.
Estos resultados son preocupantes, especialmente porque datos recientes indican que la situación ha empeorado sustancialmente tras el estallido de la pandemia. En particular, la violencia contra los niños ha aumentado en los últimos dos años, mientras se ha reducido el acceso a la atención y educación de la primera infancia y se han generalizado los problemas de salud y nutrición debido a las consecuencias indirectas de la pandemia en las familias y las comunidades.
¿Hacia dónde vamos?
Este estudio demuestra la urgente necesidad de más servicios y programas para promover el cuidado cariñoso y sensible de los niños en todo el mundo. Es fundamental continuar con los esfuerzos dirigidos a fomentar una nutrición y salud adecuadas. Además, los programas de crianza, la ampliación del acceso a la educación temprana, las políticas favorables a la familia y otros apoyos para las familias y los niños son cruciales para erradicar la violencia contra los niños, promover una crianza positiva y oportunidades de aprendizaje adecuadas, y ayudar a los niños a alcanzar su potencial de desarrollo.
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