Durante el último año nos han escuchado referir muchas veces a Gehl Architects y sus ideas de ciudades de “escala humana” o “para las personas”. Recientemente tuvimos la oportunidad de aprender más sobre estos conceptos durante el estreno en Washington del documental “The Human Scale: Bringing Cities to Life”, del cineasta danés Andreas Dalsgaard. Después de la proyección, ICES invitó a cuatro líderes en la planificación urbana – Jeff Risom de Gehl Architects; Harriet Tregoning, Directora del Departamento de Planificación de Washington DC; Lee Quill, Principal de Cunningham Quill Architects; y Darryl Young, Director de Ciudades Sostenibles en la Summit Foundation – para reflexionar sobre la película y las ideas que propone.
http://vimeo.com/67638874
La premisa es directa: el 50% de todas las personas en el mundo viven hoy en ciudades. Al 2050, esta cifra alcanzará el 80%. Nuestro bienestar, presente y futuro, está íntimamente relacionado a la calidad de nuestras ciudades, al modo en que su diseño promueve intercambios diversos y enriquecedores.
Sin embargo, la película reflexiona justamente sobre la pérdida de espacios públicos de valor en nuestras ciudades debido a la adopción del modelo mecánico de la ciudad moderna, donde la separación de las áreas funcionales y un sistema de movilidad donde el auto es el rey ha supuesto un retroceso para la escala peatonal de las ciudades.
¿Está acaso todo perdido, sobre todo en un contexto donde las ciudades que crecen rápidamente deben satisfacer las necesidades de su gente sin tener suficientes recursos o voluntad? A través de un recorrido por diversas ciudades – Copenhague en Dinamarca, Melbourne en Australia, Nueva York en EEUU, Chongqing en China, Dhaka en Bangladesh, y Christchurch en Nueva Zelanda – el film muestra cómo Jan Gehl y su equipo de arquitectos ponen en práctica sus ideas para lograr transformaciones urbanas capaces de revivir la escala humana. Dicho de otro modo, el film invita a cada a persona a preguntarse:
¿Cómo queremos vivir hoy y cómo queremos que nuestras ciudades se vean en el futuro?
¿A quién o a qué queremos priorizar?
¿Cómo podemos hacer más con menos, a medida que las ciudades y las demandas de sus ciudadanos crecen?
En su travesía por varios continentes, quizás lo más fascinante del film es cómo, al plantearse estas preguntas, y al tomar a la gente como prioridad, líderes políticos y ciudadanos generan diversas ideas que responden a particulares contextos locales. El centro de Melbourne ha visto sus angostos callejones, antes oscuros y vacíos, transformarse en vibrantes espacios, llenos de cafés, galerías y restaurantes. En Dhaka, una de las ciudades de mayor crecimiento del mundo, mantener la escala humana representa un proceso complejísimo. A pesar de que tan solo 5% de la población tiene un vehículo privado, la gran parte de las inversiones de infraestructura se destinan a grandes carreteras, sacrificando en parte las prioridades de peatones o usuarios de transporte público. En New York, donde desde los años 60 la priorización del automóvil y las grandes vías ha causado grandes fisuras en el espacio y los barrios de la ciudad (y que en cierto modo debería demostrar el riesgo que corre Dhaka de perder sus espacios públicos urbanos), por fin se ha revertido este proceso. Con la ayuda de Gehl, la ciudad peatonalizó el famoso Times Square, donde hasta hace algunos años se disponía de un 90% de espacio para autos y un 10% para peatones incluso cuando sólo el 10% de los usuarios eran autos y el 90% eran peatones. Como señala el mismo Gehl de manera concisa: “si haces más calles tendrás más autos; si haces más espacio para las personas, tendrás más vida pública.”
“The Human Scale” alcanza un dramático punto al contar la historia de Christchurch, que entre el 2010 y el 2012 sufrió fuertes terremotos, los cuales destruyeron su casco histórico. La ciudad no ha tenido otra opción que reimaginar casi de cero a su ciudad. David Sims, socio de Gehl Architects, colaboró con la administración de Christchurch en un proceso participativo capaz de recoger las voces de la ciudadanía. La tesis del film se ve confirmada: cuando la gente se pregunta a sí misma cómo quiere vivir y cómo debe organizarse su ciudad, la mayoría opta por espacios públicos verdes y accesibles, por edificios de menor escala, por opciones de movilidad como la bicicleta y el transporte público.
Durante la discusión con el panel, fue evidente que estas prioridades e ideas no solamente son importantes para los habitantes de las ciudades, sino que también están impactando sobre cómo los profesionales en temas urbanos están trabajando en ellas. Como comentó un panelista, Lee Quill, esperamos continuar proporcionando estas plataformas donde se puedan explorar estas preguntas sobre nuestras ciudades, y aún más, donde se puedan intercambiar nuevas ideas para la creación de ciudades de escala humana. Y así debe ser: la forma que damos a nuestro entorno dicta la manera en que nos comportamos en el mismo.
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