¿Por qué es importante hablar del acceso a la vivienda desde la perspectiva de género?
El problema de la vivienda es básicamente un problema de desigualdad social, que puede definirse como el incumplimiento del derecho de todo individuo a una vivienda digna, es decir, aquélla que reúne las condiciones necesarias de seguridad, estabilidad, y sanidad, y que permite el adecuado desarrollo integral de las personas en todos sus aspectos de su vida.
El 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer, fecha que sirve de recordatorio de la necesidad de tomar medidas pragmáticas para apoyar a las mujeres a salir de la pobreza. La vivienda es una pieza fundamental para alcanzar esa meta, ya que constituye un mecanismo para empoderar a las mujeres en la sociedad, en especial a las más jóvenes, y brindarles condiciones de vida más dignas.
Para ilustrar este punto, los invito conocer lo que está sucediendo en Lepaterique, un pueblo de 13.415 habitantes ubicado en el Departamento de Francisco Morazán, en el área peri-urbana de Tegucigalpa (Honduras). Este es un pueblo en el que la mayoría de los hombres migra para encontrar empleos en otros países, particularmente en España y los Estados Unidos. En contraste, la mayoría de las mujeres se quedan atrás, víctimas de la realidad migratoria de este país.

Desde el 2006, un grupo de mujeres de Lepaterique participó en el Programa de Vivienda de Interés Social, un programa de subsidios para financiar viviendas autoconstruidas, en el cual aprendieron técnicas de construcción. Estas mujeres luego se trasladaron a otras municipalidades para enseñar a otras cómo construir sus viviendas—una acción que no estaba planificada en el marco del programa, pero que fue motivada por el esfuerzo y determinación de estas mujeres a superarse.
Las personas que radican en una localidad tienen necesidades y pueden estar dispuestas a resolverlas; pero no siempre poseen la información y el conocimiento necesarios para acometer esa tarea. La ventaja de este proyecto participativo es que permite aprovechar las potencialidades y saberes presentes en las personas, para trabajar con ellas e involucrarlas en los procesos de transformación social a través de la construcción de sus propias viviendas. Los invitamos a ver este video, el cual resume algunos de estos aprendizajes:
El video expone dos cuestiones claves relacionadas con el género y asociadas con el sector de la vivienda:
- La primera cuestión se refiere al contexto. En la última década, la migración laboral en Honduras ha sido muy intensa. Aproximadamente el 20% de las personas que migran a los Estados Unidos desde Centroamérica son hondureños, y alrededor del 15% del PIB de Honduras proviene de remesas. Un tercio de los hondureños vive actualmente en situación de pobreza extrema, y 30% de los hogares del país son encabezados por mujeres. El impacto del fenómeno de migración sobre las familias es un tema controvertido. Por un lado, la migración laboral es vista como un factor que beneficia económicamente a la familia en el país de origen a través de las remesas. Por el otro, muchos estudios señalan que el costo social que impone la migración en las familias es demasiado alto. En este contexto, el sentido de comunidad se vuelve más importante.
- La segunda cuestión se refiere al acceso a la vivienda. El concepto de vivienda no solo se refiere al espacio en el que habita una familia, sino también a cómo este espacio se relaciona con todos los factores que conforman el barrio: escuela, transporte público, mercado de trabajo, redes sociales, entre otros. El acceso a la vivienda es un proceso continuo que tiene el potencial de ayudar a los grupos más vulnerables a salir de la pobreza.
Las mujeres de bajos ingresos en América Latina enfrentan numerosas barreras para acceder a una vivienda digna. Los altos niveles de informalidad y el limitado acceso a crédito son una primera barrera para participar en programas de subsidio de vivienda. La falta de empoderamiento y la brecha de conocimientos son una segunda. En este contexto, la experiencia de Lepaterique muestra cómo un grupo de mujeres puede superar estos obstáculos y encontrar la fuerza para salir de su lugar de vulnerabilidad.
La sociedad está integrada por personas: grupos de gente con deseos, sueños, y aspiraciones. Esto provoca varias reflexiones, e incluso hace que nos cuestionemos algunas cosas. El hecho de que les demos a las personas la posibilidad de vivir en mejores condiciones físicas no garantiza un cambio en su manera de vivir, de pensar o de relacionarse. En otras palabras, las transformaciones físicas en un espacio no son suficientes para conformar comunidades, o producir cambios en las relaciones sociales. Una cultura urbana ha de promover no solo transformaciones físicas sino también sociales, y eso solo se logra conformando comunidad donde no la hay, involucrando a la gente en estos procesos y haciendo que las personas se sientan parte. Solo así lograremos que estos cambios sean sostenibles.
Video: Vivienda de interés social: de mujeres para mujeres. Políticas urbanas con inclusión desde Honduras
El problema social en nuestro país, debe tener solución con la participación del estado y la comunidad (organizada), ademas romper paradigmas y practicar la igualdad de genero. Tener como visión: QUE TODO SE PUEDE HACER.
En el programa Ciudades Seguras de ONU Mujeres tenemos interés en saber más y divulgar esta experiencia en la comunidad de práctica del programa. Pueden darme su email para darles más detalles?