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Jazmín vive en Ecuador. Es jefa de hogar, está divorciada y tiene 2 hijos menores a su cargo, uno de ellos con discapacidad intelectual. A ella y a sus hijos, el programa ¨Soluciones de Vivienda para Hogares Pobres y Vulnerables¨, por el cual han recibido un subsidio para construcción de su vivienda, les ha cambiado la vida.
En palabras de Jazmín: “Estamos muy felices, soñábamos con tener una casita propia, y no tener que ir moviéndonos de un lado para otro pagando arriendo […]. Ahora todos tenemos nuestro cuarto, y un baño bonito. Estamos muy agradecidos con todos los que hicieron posible que tengamos nuestra casita”.
¿Por qué proyectos de vivienda de interés social dirigidos a grupos vulnerables?
ALC es una de las regiones más desiguales del mundo. Por poner un ejemplo, el 10% más rico de la población capta 22 veces más de la renta nacional que el 10% más pobre. El 1% de los más ricos se lleva el 21% de los ingresos de toda la economía, el doble de la media del mundo industrializado. Por desgracia, la pobreza sigue siendo una realidad dolorosa para la región. En 2020, el 12,5% de la población de ALC, equivalente a 78 millones de personas, sufrían pobreza extrema, 8 millones más que en 2019. Y en lo que a pobreza extrema se refiere, su número ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 más que el año anterior, situando su tasa en el 33,7%, la mayor en 12 años.
La vivienda es una de las necesidades básicas. Se trata de un bien de primera necesidad, sin el cual, una persona en riesgo de exclusión, o pobreza, muy difícilmente podrá mejorar su calidad de vida. Aumentar el acceso a una vivienda a las personas que más lo necesitan es fundamental para avanzar hacia un verdadero desarrollo en la región.
Los hogares vulnerables tienen rostro femenino
Un hogar vulnerable, es aquel con altas posibilidades de que sus ingresos no le alcanzan ahora y disminuyan el año próximo. Los hogares con jefatura femenina, con personas con discapacidad, monoparentales, con menores o mayores a cargo, dedican un alto porcentaje de recursos al cuidado de los miembros de su familia. Por lo tanto, ven limitadas sus posibilidades de participar del mercado laboral formal, aumentando así su nivel de vulnerabilidad.
La vulnerabilidad tiene rostro femenino. Se estima que la mitad de las mujeres mayores de 15 años son víctimas de violencia por parte de su pareja o expareja. Así mismo, un 9,7% de las mujeres casadas o unidas víctimas de violencia de género desea separarse, pero carecen de ingresos suficientes para una vivienda. Por tanto, las mujeres de bajos ingresos jefas de hogar, aún más si son víctimas de violencia de género a cargo de miembros con discapacidad, o con familias numerosas, requieren ser priorizadas en la política pública de vivienda.
El déficit habitacional: una característica de los hogares con menos ingresos
Aunque ALC es la región en desarrollo más urbanizada del mundo (casi un 80% de la población), el déficit habitacional es todavía muy grande. Ecuador no es la excepción y más de 2 millones de hogares sufren déficit habitacional, afectando al 60% de los hogares de menores ingresos. Esta cifra aumenta en dos puntos porcentuales si se trata de hogares con jefatura femenina (78%); y en ocho puntos para los hogares que cuentan con tres o más, menores o mayores de edad, a su cargo (84%).
¿A qué se debe esta situación? A múltiples factores, en parte la respuesta la encontramos en el costo para acceder a una casa. La oferta de vivienda se comercializa en un rango de precio superior a la capacidad de pago de las familias en situación de pobreza y pobreza extrema. Según la Cámara de la Construcción los valores promedios del m2 de costos directos para construcción con acabados de primera línea oscilan entre los USD 590 y USD 1.500 por m2, y para clase media con acabados básicos están alrededor de los USD 365 por m2 (2020). A lo que se suma la baja oferta de vivienda de interés social.
Buenas prácticas en vivienda de interés social inclusiva en Ecuador
En julio de 2019, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda de Ecuador (MIDUVI), con el financiamiento del BID puso en marcha el programa “Soluciones de Vivienda para Hogares Pobres y Vulnerables”. Este programa tiene como objetivo la inclusión a través del otorgamiento de subsidios para vivienda a hogares vulnerables. Éstos pueden ser subsidios totales para construcción en terreno propio en áreas rurales o subsidios parciales, más créditos y tasa diferenciada, para adquisición de vivienda en áreas urbanas.
El Programa, aún en ejecución, tiene un enfoque inclusivo prioriza la atención a dos grupos poblacionales:
- mujeres jefas de hogar en situación de pobreza y pobreza extrema (al menos el 22% de los subsidios), como estrategia para acortar las brechas de género
- familias con personas con discapacidad (al menos el 6% de los subsidios) como una acción para la inclusión.
Hasta finales de 2021, este programa, liderado por el MIDUVI, ha entregado a nivel nacional alrededor de 2.219 subsidios, de las cuales el 32% han ido dirigidos a hogares con jefatura femenina y un 16,5% a hogares que tienen entre sus miembros a una persona con discapacidad. Las viviendas son de 2 dormitorios con 51 m2 y 3 dormitorios en 57 m2, con accesibilidad universal, construidas en terrenos propios de las familias.
A pesar de la emergencia sanitaria del COVID-19, la paulatina recuperación vivida durante 2021 ha permitido que las familias hayan podido recibir sus viviendas.
¿De qué manera el acceso a vivienda incide en la calidad de vida de las familias?
De acuerdo con CAPTUDATA, la herramienta de supervisión de proyectos implementada por el BID en coordinación con MIDUVI, la valoración del programa por familias beneficiarias del programa es satisfactoria. De una muestra de 175 familias, provenientes de diferentes provincias, a la pregunta de si están satisfechos o no con la vivienda entregada, a diciembre 2021 se observa que el 98.60 % sí está satisfecha, 0.70% poco satisfecha y el 0.70% insatisfecha (Gráfico 1).
Gráfico 1. Nivel de satisfacción de las familias con su vivienda
Los resultados en el programa “Soluciones de Vivienda para Hogares Pobres y Vulnerables” dejan ver avances en inclusión. No obstante, la política pública de vivienda debe ser revisada permanentemente para ir mejorando e incorporando aspectos de sostenibilidad ambiental, social, económica y cultural. Otros retos para continuar en una adecuada implementación sería el superar la constante rotación de autoridades y técnicos/as, modificaciones continuas a la normativa, el exceso de trámites, tiempo de espera y falta de involucramiento de las familias, considerar la diversidad de población y geografías, así como mejorar los procesos.
Es importante escuchar a las familias beneficiarias, tanto, aquellas que tienen serias críticas sobre los procesos y productos, como a quienes tiene experiencias positivas significativas que les ha cambiado la vida. La historia de Jazmín es una de las muchas vidas que se han mejorado gracias al programa “Soluciones de Vivienda para Hogares Pobres y Vulnerables”. Si quieres contarnos la tuya, no dudes en escribir en la sección de comentarios. !Estaremos encantados de leerte!
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Alba Villafuerte dice
Querida María Elena, gracias por sumar evidencia de experiencias en territorio. Me parece que en nuestros países el reto de cambio constante de autoridades lo debemos asumir como la nueva manera de trabajar. Para lo cual es nuestra tarea identificar la estrategia que se adapte a la dinámica de cada país.
Un gran abrazo,
maria mercedes vega dice
Excelente blog María Elena, la perspectiva de género para el déficit de vivienda es muy importante, sabiendo que un porcentaje importante son mujeres jefes de hogar, pero el acceso a la vivienda de las mujeres es más difícil.
Javier Gavilanez dice
Muy buen blog Maria Elena. Interesante y complejo el reto. Felicidades!