El nivel de urbanización en Latinoamérica y el Caribe ha sido rápido y acelerado, alcanzando cerca del 80% y donde vivimos más de 495 millones de personas en centros urbanos (CEPAL,2017). Con este contexto, no es difícil imaginar ciudades desordenadas donde predominan los automóviles por sobre las personas, y donde el peatón muchas veces debe escurrirse entre los vehículos para poder circular. Contamos con ejemplos históricos de ciudades inaccesibles donde no se priorizan los transeúntes ni los modos blandos de movilidad; por el contrario, son centros urbanos con precarios accesos peatonales, aceras muy angostas, muchos estacionamientos, con mucho congestionamiento, contaminación y caos automotor.
Sin embargo, también es cierto que algunas ciudades latinoamericanas están comenzando a revertir el dominio del automóvil hacia centros urbanos más amigables con el peatón, accesibles, inclusivos y sostenibles. En estos casos es importante detenerse a percibir cómo se ha logrado que la ciudad devuelva espacio urbano a los peatones por dónde cruzar, a los automóviles dónde frenar, a los buses dónde pararse sin obstruir y a los ciclistas por dónde pedalear. Cuando la ciudad se ve agobiada por automóviles, buses y camiones, los peatones no pueden vivirla pues son ellos los que más sufren tanta hostilidad vehicular. Necesitamos que la ciudad nos invite a caminar, que tenga aceras generosas y accesibles para todos, que el peatón tenga seguridad al transitar, que esté llena de espacios públicos que se puedan disfrutar.
En las numerosas acciones urbanas que promueve el BID, uno de los aspectos claves es la promoción de la movilidad humana sostenible y no motorizada, con especial énfasis en la peatonalización de las ciudades. Para el caso específico de Costa Rica, desde hace varios años el BID ha apoyado a la Municipalidad de San José -MSJ- en varios proyectos de planificación urbana: en 2016, derivado del Programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles se formuló el Plan de Acción “San José Capital: De la Acción Local a la Sostenibilidad Metropolitana”. Dentro de ese Plan de Acción se identificó como principal prioridad la regeneración urbana del centro de la ciudad, y de esta manera, nace el Plan de Regeneración Urbana y Reconversión Productiva para San José (Plan 4D-2050), específicamente para los cuatro distritos centrales: Carmen, Merced, Hospital y Catedral.
Las propuestas de regeneración urbana del Plan 4D-2050 están orientadas a mejorar sustancialmente la competitividad funcional, ambiental y económica del centro josefino, para lograr densificarlo con nuevas actividades residenciales, tecnológicas y culturales, y a su vez, hacer sostenible la movilidad humana, usar eficientemente el territorio y la modernizar la infraestructura del centro de la ciudad.
El Plan 4D-2050 propone 8 líneas estratégicas. La tercera línea, es la implementación de un “Sistema integrado, equitativo y eficiente de movilidad, jerarquizado, accesible y sostenible”. Además de una mejora del sistema de transporte público y la infraestructura peatonal -aceras, semáforos, paradas, pasos peatonales- también promueve el programa de infraestructura ciclista, articulando los planes de parqueo y alquiler de bicicletas ya promovidos por la MSJ.
Entre otras medidas, también se propone restringir el acceso de automóviles al centro de la ciudad, generar zonas de tránsito restringidas, aplicar estrategias de pacificación y disminuir la oferta de estacionamientos, apoyándose en una planificación integrada de usos de suelo.
Al mismo tiempo, en el Plan Maestro se identifican tres centralidades urbanas, siendo una de ellas el Centro Histórico de San José, donde debe predominar la movilidad no motorizada.
Las propuestas de consolidación urbana para las centralidades se plasman en Programas Estratégicos de Actuación -PEA-, alineados con la Visión, Objetivos y Líneas Estratégicas del Plan. Para el Centro Histórico de San José se tomó como elemento central el patrimonio, y se estableció una hoja de ruta basada en tres grandes ejes de acción articulados: i) Repoblamiento inclusivo a partir del uso de la edificación sin valor patrimonial; ii) Activación de los bienes patrimoniales y culturales catalogados; iii) Mejora de la infraestructura peatonal del Centro Histórico, que busca la configuración de una red de ejes peatonales o paseos (apoyados en los existentes y sus extensiones futuras) que favorecen la relación entre los principales elementos patrimoniales, culturales y turísticos y la conexión con otras centralidades o elementos clave, y mejores conexiones de transporte público con el resto de la ciudad.
Si bien es cierto que varias de las soluciones involucran otras instituciones nacionales, la MSJ conoce mejor la importancia de la movilidad sostenible en el casco histórico y quiere generar un cambio real. Con esta visión de ciudad sostenible, pronto tendremos a una San José más humana y “amigable” con sus peatones. Pura vida!
Foto portada: Propuesta para el Centro Històrico de San José. Fuente: Plan 4D-2050. BID
¿Qué impacto tuvo en tu ciudad las calles que fueron peatonalizadas? Vota y lee este caso en Santiago de los Caballeros🇩🇴 https://t.co/uMsfq3XXD8
— BID Ciudades Sostenibles (@BID_Ciudades) March 25, 2019
Video: Revitalización de centros históricos a partir de la peatonalización de la calle Benito Monción en Santiago de los Caballeros.
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