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Cualquiera que viva en una ciudad conoce la sensación de mirar al cielo en la noche y no ver ninguna estrella. No porque no estén, que sí lo están, sino porque la contaminación lumínica de muchas áreas de nuestras ciudades impide que las percibamos con nitidez. En verdad, esta puede ser una de las pocas consecuencias decepcionantes de contar con un buen sistema de alumbrado público, pues la iluminación de nuestras ciudades desempeña un papel crucial en la vida cotidiana de sus ciudadanos. No es solo una cuestión de estética urbana, sino que tiene un impacto directo en la seguridad, el desarrollo económico y la calidad de vida de sus habitantes.
En este artículo abordaremos algunas de las razones por las que es importante que las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC) cuenten con una buena iluminación pública. Además, compartiremos ejemplos de cómo el Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID) apoya el aumento de iluminación pública en las ciudades de la región.
Izquierda: Alumbrado público deficiente en un barrio informal. | Derecha: Alumbrado en la ciudad formal
¿Por qué es importante contar con un buen alumbrado público?
El alumbrado público va más allá la iluminación nocturna de nuestras calles. Es un elemento esencial en el tejido urbano que contribuye significativamente a la seguridad de la población, al impulso económico de las ciudades y al bienestar de sus habitantes. Estos son algunos de los beneficios
1. SEGURIDAD CIUDADANA:
Una buena iluminación pública es un factor determinante en la seguridad de las calles. Los espacios bien iluminados disuaden la actividad delictiva, especialmente entre colectivos vulnerables como las mujeres. A esto se suma que las cámaras de videovigilancia también toman las imágenes con mayor definición, lo que permite no solo identificar mejor a quienes infringen la ley, sino actuar de forma más rápida. También nos afecta cognitivamente, pues una correcta iluminación nocturna transmite sensación de seguridad al mejorar la visión y permitirnos hallar refugio en situaciones de riesgo.
Existe evidencia en todo el mundo que demuestra cómo la mejora de la iluminación en las áreas urbanas tiene un impacto significativo en la seguridad pública. Por ejemplo, un estudio del Departamento de Criminología de Chicago, en Estados Unidos, descubrió que en los casos de fallas en el alumbrado público (típicamente interrupciones de energía), el crimen aumenta un 134%. En Bogotá, Colombia, después de la implementación de un programa de iluminación LED en zonas previamente afectadas por la delincuencia, se registró una disminución del 46% en los índices de criminalidad en esas áreas. Asimismo, en una demarcación de la Ciudad de México, México, se observó que la iluminación adecuada redujo en un 60% la tasa de crimen.
Estos datos respaldan la idea de cómo la inversión en infraestructura lumínica puede tener un impacto positivo en la seguridad y la calidad de vida en ALC.
2. DESARROLLO ECONÓMICO:
La iluminación adecuada es también un motor para el desarrollo económico de las ciudades. Las áreas bien iluminadas son más atractivas para los negocios y el turismo, lo que a su vez genera empleo y aumenta los ingresos locales.
Además, desarrolla la economía nocturna, sector corresponde a las actividades productivas y de consumo que tienen lugar entre las 6 pm y las 6 am, las cuales no se limitan al ocio y entretenimiento, sino que abarcan también a call centers, servicios de salud y emergencias, aeropuertos, logística y distribución de mercancías, entre otros.
En Bogotá, a través de su estrategia 24 horas, se está buscando extender la productividad de los diferentes sectores económicos de la ciudad en horarios nocturnos. En diciembre de 2020 tuvo lugar el primer piloto de esta estrategia en la localidad de Chapinero, en el que 302 comercios participaron activamente. Los resultados fueron muy positivos: aumentó en un 20% la afluencia de visitantes a los centros comerciales, el 37% de los establecimientos participantes contrataron trabajadores adicionales y las ventas se incrementaron un 35% como promedio.
3. CALIDAD DE VIDA
Una buena iluminación pública contribuye al bienestar de los ciudadanos al crear espacios públicos más agradables y accesibles. Esto promueve la vida al aire libre, fomenta el deporte y la actividad física, y mejora la salud general de la población. Además, un reciente estudio ha comprobado que contar con una iluminación pública óptima favorece los desplazamientos a pie en la noche, frente al uso de vehículos a motor. Esto es especialmente relevante en épocas de calor, cuando muchas ciudades alcanzan temperaturas muy elevadas y potencialmente dañinas para la salud en colectivos de riesgo. Es en estas ocasiones cuando una buena iluminación pública favorece la práctica de deporte al aire libre en la noche.
Un ejemplo notable lo encontramos en la ciudad de Medellín, Colombia, que ha transformado su imagen al pasar de ser percibida como una ciudad peligrosa a una metrópolis más segura gracias a la inversión en iluminación pública. El programa “Medellín, la más educada” incluyó la mejora de la iluminación en áreas previamente peligrosas, lo que contribuyó significativamente a la reducción de la violencia.
Una correcta iluminación promueve la vida al aire libre, fomenta el deporte y la actividad física, y mejora la salud general de la población.
El rol del Grupo BID en la mejora del alumbrado público
El Grupo BID ha desempeñado un papel fundamental en el apoyo a las ciudades de América Latina y el Caribe para mejorar sus sistemas de iluminación pública. A través de financiamiento, asesoramiento técnico y recursos para proyectos innovadores, se ha transformado la forma en que las ciudades iluminan sus calles. A continuación presentamos un resumen:
1.Eficiencia energética y sostenibilidad:
Uno de los enfoques clave del Grupo BID ha sido promover la eficiencia energética y la sostenibilidad en los proyectos de iluminación pública. Esto implica la adopción de tecnologías de iluminación LED de bajo consumo, que no solo reducen la factura de energía de las ciudades, sino que también disminuyen su huella de carbono.
En 2015 el BID financió un proyecto que reemplazó más de 25.000 farolas viales obsoletas por tecnología LED en Ensenada, México. Además de reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2 (aproximadamente unas 150.000 toneladas durante un periodo de 20 años), se mejoró la calidad de la iluminación en toda la ciudad, con el consiguiente aumento de la seguridad y la comodidad de los ciudadanos.
2. Modernización de infraestructura:
El Grupo BID apoya la modernización de la infraestructura de iluminación en toda la región. Esto incluye la instalación de sistemas de gestión inteligente que permiten un monitoreo y control precisos de la iluminación pública, lo que a su vez optimiza el uso de recursos y reduce los costos de mantenimiento.
El pasado mes de julio, BID Invest otorgó un préstamo de US$100 millones a una empresa distribuidora de energía del noreste de Panamá. Esta operación permitirá, entre otras cosas, la digitalización de la red eléctrica, con la incorporación de nuevas tecnologías que mejorarán la eficiencia de la red de distribución y la instalación de medidores inteligentes y de prepago.
3. Inclusión social:
Por supuesto, el Grupo BID, también respalda proyectos que promueven la inclusión social, lo que incluye la iluminación pública. Esto implica iluminar áreas previamente desatendidas, como barrios informales, para mejorar la seguridad y la calidad de vida de sus habitantes.
En la provincia de Buenos Aires, la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del BID apoya con la financiación de un préstamo por valor de US$100 millones que permitirá mejorar la iluminación pública en barrios vulnerables. También se trabajará en construcción de infraestructura, escuelas y centros de primera infancia, pavimentación y creación de espacios públicos y programas ambientales.
El futuro brillante de América Latina y el Caribe
La iluminación pública es un elemento esencial para el desarrollo de ALC. No solo mejora la seguridad y la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también estimula el crecimiento económico y la inclusión social. El Grupo BID desempeña un papel crucial al respaldar proyectos innovadores que transforman la forma en que las ciudades de la región iluminan sus calles, mejorando la vida de sus ciudadanos. En la División de Vivienda y Desarrollo Urbano estamos a disposición de los gobiernos nacionales y subnacionales para apoyarles a mejorar los sistemas de alumbrado público a través del asesoramiento, apoyo técnico y conocimiento.
A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, es esencial que las ciudades de la región sigan invirtiendo en iluminación pública de alta calidad. Esto no solo beneficiará a las generaciones presentes, sino que también sentará las bases para un futuro más brillante y prometedor para todos los latinoamericanos y caribeños.
*Agradecimiento a Nora Libertun por la revisión de este artículo
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