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Barranquilla, también conocida como la ciudad feliz, es uno de los principales destinos turísticos de la región por su alegría, música, gastronomía y cultura. Sin embargo, muy pronto será conocida también mundialmente por un nuevo atractivo turístico: la ciénaga de Mallorquín.
En esta entrada de blog explicamos la manera en la que la División de Desarrollo Urbano del BID, en línea con los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático de su Visión 2025, apoya la recuperación de este espacio urbano natural singular. Esto, además, ayudará a posicionar a Barranquilla como la primera biodiverciudad de Colombia. ¿Quieres conocer cómo?, sigue leyendo para no perderte ningún detalle.
El BID apoya a Barranquilla en su compromiso con la biodiversidad urbana
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo y, a la vez, el 77,1% de su población vive en zonas urbanas. El Gobierno de Colombia, consciente de la importancia de las urbes en la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático, busca transformar sus ciudades en biodiverciudades. Pero, ¿qué es una biodiverciudad? Las biodiverciudades son espacios urbanos donde la naturaleza hace parte del desarrollo urbano sostenible, lo que ayuda a solucionar las principales problemáticas ambientales, sociales y económicas.
La ciudad de Barranquilla lleva tiempo trabajando en la recuperación sostenible de sus espacios naturales. Ya en 2013, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su compromiso con el desarrollo urbano de la región, la reconoció como ciudad sostenible y competitiva. Unos años después, en 2019, gracias al compromiso de las administraciones locales y nacionales, e fue seleccionada para ser la primera biodiverciudad en el Programa Nacional de Biodiverciudades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
El año pasado, Barranquilla, con el apoyo de la División de Desarrollo Urbano y Vivienda del BID, inició una de las obras más importantes que marcará un antes y después en la ciudad, como es la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín.
¿Por qué es tan importante la recuperación de la ciénaga de Mallorquín?
La ciénaga de Mallorquín es una laguna costera ubicada en Barranquilla, sobre la margen izquierda de la desembocadura del río Magdalena, en el Mar Caribe. Posee un ecosistema muy rico, albergando a cuatro de los cinco tipos de manglares considerados como ecosistemas únicos y dignos de conservación del país y sirviendo de hábitat a más de 36 especies de peces.
Los manglares son el amortiguador perfecto contra huracanes y tormentas. Protegen a las comunidades costeras y, además, sirven como barrera contra los impactos del cambio climático. No obstante, a nivel mundial la pérdida de este ecosistema es más frecuente de lo que se imagina. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el planeta ha perdido más del 25% de los manglares. Durante las últimas décadas del siglo pasado, algunos países de América Latina y el Caribe (ALC) perdieron entre un 25% y un 70% de la cobertura del manglar.
Si los manglares desaparecieran, un 32% más de personas se verían afectadas por las inundaciones una vez cada diez años, y un 16% más de personas se verían afectadas una vez cada cien años, según el Banco Mundial.
La importancia que tiene para una ciudad como Barranquilla preservar este tipo de ecosistemas supera el ámbito económico y urbano. A continuación, exponemos algunas de las razones por las cuales es necesario conservar los ecosistemas endémicos de nuestras ciudades:
- contribuyen al fortalecimiento de la salud mental, emocional y espiritual de las personas
- mejoran las dinámicas de relación con el medio ambiente y el entorno urbano
- incentivan el desarrollo comunitario, inclusión e integración social
- impactan a las nuevas generaciones al crecer en entornos amigables con el medio ambiente
- incentivan la consolidación del capital vivo natural de la ciudad en la regulación de los procesos ecosistémicos y la gestión del recurso hídrico en armonía con el modelo de crecimiento urbano.
El ecoparque de la ciénaga de Mallorquín, una joya para el ecoturismo mundial
El proyecto de recuperación de la ciénaga de Mallorquín está dividido en tres fases:
- El ecoparque
- La recuperación ambiental de la playa Puerto Mocho
- El mejoramiento de la conectividad con el barrio las Flores, a través del tren-tajamar, de gran potencial turístico y de impacto en la cadena productiva.
La construcción se está llevando a cabo de la forma más sostenible y amigable posible con el entorno. Por ejemplo, la madera ha sido elegida como uno de los principales materiales para crear sus senderos. Se trata de un material renovable, natural, biodegradable, no tóxico, que no genera impacto negativo en el paisaje y que, teniendo en cuenta las condiciones del ambiente, tendrá una alta durabilidad. Dichos senderos son palafíticos, por lo que no impiden el paso a las especies de flora y fauna que habitan en la zona.
Estas características hacen aún más atractivo el proyecto: cómo desde lo artesanal una ciudad se convierte en la primera biodiverciudad de Colombia. No obstante, el proyecto, también abarca desafíos. Algunos de ellos son los siguientes:
- La posible contaminación que se pueda generar al convertir un espacio natural en un destino turístico de primer nivel
- El control del crecimiento urbano sostenido y sostenible
- La creación de una importante red ecoturística que una Barranquilla con la ciénaga y beneficie por igual a los más de 21.000 habitantes de sus comunidades aledañas.
La ciénaga de Mallorquín posicionará a Barranquilla y a Colombia como uno de los principales destinos del ecoturismo mundial. Actividades como el avistamiento de aves o el disfrute de un ecosistema único en el que confluyen río y mar hacen de este espacio una joya para los amantes de la naturaleza. Tampoco debe olvidarse que este ecoparque generará una gran cantidad de empleo e inversiones locales. Además, sus manglares protegerán a Barranquilla y resto de comunidades costeras contra los impactos del cambio climático.
Desde el BID seguiremos mejorando las vidas de los habitantes de las ciudades de nuestra región apoyando proyectos como el ecoparque de la ciénaga de Mallorquín. Si no quieres perderte ningún blog, curso, o publicaciones de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del BID, te animamos a que te suscribas a nuestra newsletter aquí.
Elmer Chacón dice
Sino se cuidan los Manglares vecinoc como la cíenaga de los manatíes donde se están secando 100 hectáreas de mangle y se depositan aguas contamibadas se verá afectada la Cíenaga de Mallorquín.