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La consideración climática para un desarrollo económico y social
La Ciudad Colonial es el núcleo urbano más antiguo de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. Fue el primer asentamiento europeo permanente en el continente, sirviendo como modelo urbanístico para ser replicado en otras ciudades coloniales de América. El 8 de diciembre de 1990, la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD) fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a sus activos patrimoniales y culturales.
En la actualidad, se percibe como las edificaciones patrimoniales en CCSD han sido modificadas por sus habitantes, perdiendo paulatinamente su conexión con las condiciones climáticas. Como consecuencia, las condiciones de habitabilidad se deterioraron, afectando negativamente al atractivo comercial y turístico de la zona.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), como socio estratégico para el desarrollo de la República Dominicana, colabora en un programa de mejoramiento de viviendas en CCSD, con especial énfasis en la incorporación de medidas de eficiencia energética e hídrica, en línea con los objetivos de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático de su Visión 2025. Te invitamos a conocer cómo el BID está apoyando la recuperación de viviendas con criterios climáticos en el centro histórico de Santo Domingo.
Ciudad Colonial de Santo Domingo: joya del patrimonio urbano mundial
Las impresionantes fachadas de las edificaciones patrimoniales de la CCSD hablan de su historia arquitectónica vibrante y trascendental. Sus configuraciones son testigos de la trasformación y adaptación de sus ocupantes en atención a sus necesidades habitacionales y económicas.
En su concepción, la arquitectura colonial española de los primeros años del siglo XVI, fue adaptada a las necesidades ambientales, sociales y culturales de Santo Domingo. CCSD preserva edificaciones patrimoniales cuyos diseños exponen grandes ventanales y pórticos perimetrales que, en conjunto con patios y traspatios, garantizaban la circulación de aire fresco e iluminación natural a su interior. Se denota interludios franceses incorporados en las fachadas abalconadas para garantizar espacios confortables de sombra en los días más calurosos.
Una nueva vida para las edificaciones patrimoniales
En la actualidad, y al igual que sucede en otros centros históricos de la región, la demanda residencial y comercial va disminuyendo. Se perciben deficiencias estructurales en las cubiertas y espacios interiores, que exacerban la vulnerabilidad a fenómenos meteorológicos, evidenciándose en casos recientes de desplomes de viviendas, ya que la República Dominicana sufre de eventos climáticos recurrentes como lluvias extremas y ciclones tropicales.
¿Cómo han cambiado las viviendas patrimoniales con el paso del tiempo?
Los edificios patrimoniales de CCSD han sufrido modificaciones morfológicas de sus espacios, sobre todo durante el periodo republicano (1844-1930) descrito en El Retorno a los Centros Históricos. Según este análisis, las edificaciones patrimoniales se fueron dividiendo y conformando unidades residenciales y comerciales de menor tamaño. Sus grandes ventanales pasaron a convertirse en puertas pequeñas, se tapiaron pórticos, y se redujeron las ventanas.
Asimismo, sus patios y traspatios se convirtieron en espacios habitables incidiendo en la densificación urbana limitada por las condiciones sanitarias existente y afectando las condiciones de habitabilidad. La reducción y eliminación de pórticos y ventanas afectó la iluminación y la ventilación natural de los espacios, y, por ende, aumentó significativamente la temperatura interior de los mismos.
Como consecuencia, los ocupantes se veían forzados a utilizar sistemas de iluminación y ventilación, reduciendo su atractividad económica y resultando en edificaciones abandonadas.
El apoyo del BID a la revitalización de viviendas
El BID apoya la revitalización de las viviendas a través del Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la CCSD, y de una operación de $3 millones de dólares provenientes de una donación de recursos de la Unión Europea.
Dada la vulnerabilidad climática de la región, desde el BID se impulsa la adopción de estrategias arquitectónicas y estructurales que promuevan viviendas verdes y resilientes. Entre estas estrategias se encuentran medidas costo eficientes de protección solar, aislamiento térmico, ventilación e iluminación natural, entre otras. También se incluyen soluciones estructuralmente resilientes a riesgos de desastres naturales e impactos de cambio climático.
A pesar de que los criterios verdes y resilientes tienden a incrementar la inversión inicial, los ahorros a lo largo de su ciclo de vida debido a la disminución en el costo de operación y mantenimiento, aumenta el valor de la propiedad y repercute en la calidad de vida y el bienestar habitacional.
Un barrio histórico preparado para un futuro lleno de prosperidad
El mejoramiento de viviendas en CCSD permitirá mejorar la calidad de vida de los residentes y promover la revitalización urbana incluyendo su atracción comercial y turística.
CCSD tiene el potencial a convertirse en un reclamo turístico de primer nively un modelo a seguir para otros barrios patrimoniales con similares características. Su impacto generará la diversificación del turismo cultural en República Dominicana, y su resultado se reflejará directamente en el bienestar habitacional y económico de sus residentes.
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