La pandemia nos ha enseñado que debemos pensar en la salud de manera estructural y con un enfoque holístico, en especial en lo que concierne a la ciudad informal y espacios urbanos de alta densidad. Actualmente, la intervención en el Barrio 31, liderada por la ciudad de Buenos Aires con el apoyo del BID, ha sentado las bases técnicas para el desarrollo de un nuevo modelo.
Si bien Argentina ha sido uno de los primeros países en adoptar medidas para mitigar el impacto de la pandemia, su implementación en los barrios y asentamientos informales de alta densidad poblacional con viviendas inadecuadas es un gran desafío. La implementación de soluciones rápidas, innovadoras y focalizadas son aún más importantes hoy en día para poder reducir y controlar las posibilidades de contagio en la población más vulnerable de las ciudades.
El asentamiento informal más antiguo y grande de la ciudad de Buenos Aires es la ex Villa 31 (actual Barrio Padre Carlos Mugica – Barrio 31), ubicado en la zona norte de la ciudad, tiene altos niveles de hacinamiento y problemas de salubridad urbana. Se considera que 14m2 de espacio privado por habitante son el mínimo necesario establecido por los estándares internacionales, en Barrio 31 es la mitad: 7m2 por habitante. En este barrio informal 22% de los hogares registran condiciones de hacinamiento, comparado con 1,8% en la ciudad formal. Si bien sus residentes tienen acceso a servicios públicos de electricidad, agua y saneamiento, sus conexiones son informales y precarias, lo que afecta la calidad y frecuencia de estos servicios.
Barrio 31: desafíos ante la COVID-19
Durante la pandemia al igual que en otros asentamientos irregulares o villas en Argentina, Barrio 31 presenta una serie de desafíos que dificultan la adopción de las medidas propuestas a nivel nacional:
- Malas condiciones de las viviendas, el hacinamiento y la falta de saneamiento adecuado;
- Existencia de inquilinatos donde los sanitarios y cocinas son compartidas;
- Reducción de ingresos familiares, lo que limita la posibilidad de adquirir productos de higiene personal de higiene doméstica
- Carencia de alimentos por pérdida del trabajo y su consecuente impacto psicológico que hace más vulnerables a las familias;
- Falta de espacios para el almacenaje de alimentos, aumentando la frecuencia de salidas para hacer compras y la probabilidad de contagios;
- Aumento en número de conflictos familiares y violencia doméstica contra mujeres y niños;
- Insuficiente conectividad a internet y a herramientas tecnológicas, restringiendo el acceso a información y para labores remotas como educación y trabajo en línea,
- Limitaciones de acceso al sistema de salud, especialmente para personas con enfermedades crónicas o para mujeres embarazadas, entre otros.
Adicional a estos problemas, al ser deficientes y superpobladas las viviendas en asentamientos informales densos los hace más vulnerables frente a la emergencia sanitaria. Entre estas se destacan:
- Acceso inadecuado al agua, saneamiento y otros servicios básicos;
- Oportunidades de empleo limitadas y alta dependencia de la economía informal;
- Falta de recursos para comprar alimentos nutritivos;
- Acceso limitado o inexistente a las tecnologías de información y comunicación;
- Alta ocupación en áreas propensas a desastres naturales, humanitarios y sanitarios; y
- Limitación en la capacidad de hacerle frente y adaptarse a la crisis.
Adicionalmente, estos barrios cuentan con poblaciones vulnerables: los migrantes, las mujeres, personas con discapacidad, indígenas, afrodescendientes y personas LGTBQ+. Para este último grupo por ejemplo es usual que experimenten barreras para acceder a la salud, lo que afecta la atención inmediata a enfermedades y los hace más susceptibles a problemas de salud. Las barreras que retardan impiden o dificultan la atención de salud a usuarios LGBTIQ son múltiples. Pueden ser problemas de comunicación y de relaciones interpersonales, los cuales provocan que no exista la relación de confianza mínima necesaria para una atención exitosa, como indica un estudio realizado en Brasil.
Un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo del Ecuador encontró que las doctrinas religiosas, los estereotipos, la falta de especialización del personal de salud y de investigación en temas LGBTIQ y la completa invisibilización de la población intersexual son algunas de esas barreras. En el caso particular de las mujeres lesbianas, un estudio peruano encontró que sus necesidades de salud sexual y reproductiva no son contempladas en la atención de salud debido a la discriminación y el prejuicio por su orientación sexual. Y en el caso de las personas trans, a lo anterior se suman problemas de sistema, como por ejemplo registros y formularios poco amigables con su realidad y falta de proveedores de salud con expertise en identidades trans. Por último, una barrera estructural para el acceso de las personas LGBTIQ a la salud es la falta de prioridad dentro de la institucionalidad sanitaria.
Por otra parte, la población migrante en Barrio 31 es muy alta. Antes de la pandemia este grupo contaba con un apoyo limitado del gobierno pero con la COVID-19 la situación se ha dificultado aún más; con el cierre de fronteras el acceso a la salud es aún más deficiente en las ciudades destino y los hace más vulnerables.
Experiencias mundiales en barrios informales ante la COVID-19
Las respuestas mundial ante la COVID-19 no varían mucho y siguen en su mayoría los protocolos establecidos por la OMS. Dentro de los cuales se establecen medidas distanciamiento social -1,50 metros mínimos, uso obligatorio de máscaras en espacios públicos, lavado de manos permanente y suspensión de actividades masivas como lo son los espectáculos públicos, educación, deportes, etc. Las diferencias en las normativas frente a la COVID-19 en el mundo varía en tres puntos:
- El despliegue de alertas tempranas de identificación de riesgos y comunicación masiva de medidas de prevención y atención: Como lo son sistemas tecnológicos digitales para la identificación de vulnerabilidades socio-territoriales a las cuales atender especialmente.
- La definición de confinamientos a nivel país, ciudad o barrio -especialmente en los barrios populares. Esto impide un monitoreo adecuado en la circulación del virus y como debe reaccionar el sistema de salud para atender casos críticos y evitar muertes.
- La definición de asistencia social en el reparto de alimentos, soluciones habitacionales de emergencia, insumos médicos e incentivos económicos como subsidios, créditos y otros recursos para palear la enorme crisis económica generada por las cuarentenas, especialmente para los cuentapropistas – dónde la mayoría son residentes de barrios populares.
Las regulaciones impuestas en la pandemia deben ser a la medida cada país, ciudad y barrio. Sólo así se puede medir el éxito o fracaso de sus resultados. Adicionalmente las regulaciones deben hacer parte de una estrategia general, pero comportándose como un sistema integrado en relación a los confinamientos ya sean obligatorios o voluntarios y en cuanto a la contención social, especialmente cuando estos son por periodos largos.
El consenso entre especialistas en gestión de riesgo adicional a las regulaciones impuestas, es el de preparar a los barrios populares para las amenazas sanitarias que se avecinan, por medio de programas de inclusión socio-urbana -que se venían desarrollando desde antes en América Latina y el Caribe. Este tipo de iniciativas ha tomado fuerza, ampliando el número de acciones con la incorporación de medidas de prevención y atención de la salud.
Por ejemplo, en Kibera, uno de los asentamientos informales más grandes y de mayor densidad de Nairobi, Kenia, el sistema de reporte del estado de salud familiar obligatorio para acceder a beneficios sociales, usado en la mitigación de contagio del HIV en Sudáfrica, ha sido adaptado por el Ministerio de Salud para dar respuesta a la actual pandemia; Este sistema cuenta con un repertorio de soluciones para que los países puedan hacerle frente a la COVID-19.
En América Latina y el Caribe, vemos esto en la construcción masiva de “lavatorios públicos de madera” construidos por microemprendimientos familiares en Haití y en los operativos de provisión de agua a barriadas en Perú. En la Ciudad de Buenos Aires el “operativo llamados” del Instituto de la Vivienda, consistente en el seguimiento telefónico personalizado por grupo familiar en riesgo. En Azcapotzalco, México DF se da un paquete de ayuda tanto a empleadores como a empleados unificando fondos públicos para responder a la emergencia. También en México para evitar desastres socio-económicos los “Medibuses” prestan atención médica a grupos migrantes en situaciones vulnerables y el “perifoneo” que comunica mensajes claves de prevención en barrios marginales. Los “programas integrales de atención a población vulnerable” en Brasil gestionados por la Central Única de Favelas (CUF) en coordinación con el municipio de Rio de Janeiro, ilustran la enorme importancia demostrada por los municipios en el diseño e implementación de políticas públicas coordinadas con entidades nacionales y la sociedad civil.
¿Qué se viene haciendo en el Barrio 31 para mitigar el coronavirus?
Para una apropiada gestión de la emergencia en asentamientos informales, se debe tener en cuenta las particularidades de los que están altamente poblados ya que presentan mayores desafíos. En el Barrio Padre Carlos Mugica, también conocido como B31, la Secretaría de Integración Social y Urbana ha estructurado la respuesta en torno a tres ejes:
- La coordinación de una logística sanitaria, con medidas de seguridad, higiene y prevención para evitar el contagio de la población y la expansión del virus.
- La instalación de puestos fijos en los distintos ingresos al barrio, así como postas itinerantes ubicadas en puntos neurálgicos con el objetivo de prevenir, concientizar e informar. Al igual que en otros barrios informales, se cuenta con el apoyo de líderes comunitarios, conocidos como promotores barriales en B31. Están capacitados con los protocolos sanitarios de prevención y detección temprana, con el fin de detectar posibles contagios y contrarrestar la desinformación. Por ejemplo, el Gobierno de Argentina lanzó el programa “El Barrio cuida al Barrio” para que promotores comunitarios recorran su barrio acompañando, difundiendo medidas preventivas y distribuyendo elementos de seguridad e higiene. La difusión de información clave sobre el comportamiento seguro en espacios públicos (distancia al hablar, lavado de manos, evitar llevarse las manos a la cara). Por ejemplo la señalética rápida, stencils de pintura y mensajes a través de vehículos con altoparlantes o cuadrillas caminantes con megáfonos. La campaña “Susana Distancia” del Gobierno de México incluye ilustraciones en la vía pública.
- La instalación de puntos de higiene en lugares estratégicos, como se hizo en barrios informales, con la construcción de lavabos públicos temporales dónde se encuentra jabón, alcohol en gel, productos de limpieza, máscaras, guantes de latex, tapabocas, máscaras para trabajadores esenciales y otros insumos sanitarios.
En el Barrio 31 se implementan las medidas para la detección temprana de contagio y determinar a la población de riesgo en puestos fijos y postas itinerantes. Un equipo de logística sanitaria realiza un seguimiento personalizado dónde, la población con síntomas es llevada al personal de la salud quien realiza una muestra del virus; luego los equipos de la Secretaría de integración social y urbana identifican todos los contactos posibles de la persona contagiada para rastrear y hacen pruebas adicionales con el fin de aislarlos preventivamente.
En otros asentamientos de alta densidad se implementan estrategias de identificación de posibles casos para hacer alertas tempranas, mediante el rastreo (contact tracing). En articulación con el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad, El Ministerio de Salud del Gobierno Nacional, las organizaciones sociales barriales y los promotores barriales antes mencionados en B31 se comenzó con el Plan Nacional DETeCTAr (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina), para llevar a cabo este tipo de seguimiento puerta a puerta.
En cuanto a la población de riesgo, especialmente en adultos mayores, la Secretaría de Integración Social y Urbana además observan las condiciones de habitabilidad para asegurar que el distanciamiento físico sea posible. En aquellos casos donde es posible, se diseñó un programa de padrinazgo que consiste en mantener contacto telefónico diario y visitas quincenales con provisión de comida, medicamentos y provisión de insumos de higiene. Actualmente, 250 adultos mayores se encuentran en esta situación. Para aquellos que viven en hogares intergeneracionales y no pueden hacer un distanciamiento social, se coordina el traslado a centros de distanciamiento y resguardo. Además, se brinda contención post-recuperación de la COVID-19 con seguimiento a casos de personas que han estado internadas, acompañando a las familias en casos muerte de un familiar y un control médico de monitoreo.
Es relevante identificar focos de mayor vulnerabilidad de acuerdo a la experiencia en otros asentamientos, En primer lugar se debe localizar las unidades habitacionales de alta densidad poblacional y con servicios de agua y saneamiento deficientes. En segundo lugar, se debe identificar cual es la población de riesgo (mayores a 65 años, personas con enfermedades preexistentes). Algunas estrategias proponen trabajar con las agrupaciones de vecinos para hacer un levantamiento de las zonas críticas, recurrir a bases de datos existentes a través de un mapeo comunitario o por medio de los registros de los establecimientos de salud correspondientes. Adicionalmente se recomienda aislamiento de esta población en espacio temporales como iglesias, clubes de barrio, hoteles, centros comunitarios, etc.
Para aliviar el impacto negativo económico se propone la merma en los ingresos de las personas y apoyar a la población en los gastos diarios. La falta de ingresos, dificulta el cumplimiento del aislamiento preventivo y puede generar situaciones graves como la expulsión de inquilinos que no pueden pagar el alquiler. Ante las amenazas de desalojo, la Secretaría de integración social y urbana identifica y registra los casos de expulsión, articulado con las defensorías y las organizaciones de mediación comunitaria, para la búsqueda de soluciones habitacionales para los damnificados.
En B31 el GCBA facilita el acceso a programas y medidas de alivio del gobierno, brindando información y asistiendo en el proceso de tramitación del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y créditos. A través del CeDEL (Centro de Desarrollo emprendedor y laboral del barrio), se busca acompañar a comercios, feriantes y emprendedores, incluyendo un programa de mentoreo virtual y talleres en línea sobre comercio y pago electrónico. Semillas ofrece programas específicos de crédito para los emprendedores y comerciantes del barrio. Todo esto acompañado de señalética que promueve el distanciamiento en los comercios y kits de limpieza que facilitan en las fábricas.
Es imperativo ayudar a los productores en la tramitación de la autorización para circular y reponer mercaderías. En B31, a pequeños comerciantes se les presta auxilio por medio de la gestión de acceso al postnet gratuito (destinado a comerciantes barriales y productores) y gestiones vinculadas a los impuestos como el Monotributo Social. El objetivo de esta medida es buscar un impacto positivo en los comercios de cercanía, facilitar la oferta de sus productos y ampliar los medios de pago. En trabajos conjunto con referentes y pequeños comercios se definen zonas de atención y distribución al interior de los barrios, con el objetivo de que los bienes lleguen a directamente a los domicilios. El principal objetivo en cuanto a la contención social es el de dar seguimiento al mantenimiento de los servicios esenciales y saneamiento del barrio; mientras se garantiza la seguridad alimentaria y los derechos de los habitantes del barrio.
Las líneas de acción consisten en mantener el barrio con sus servicios funcionando, en la articulación con comedores y referentes barriales para proteger a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad a través de líneas particulares de emergencia para la entrega de alimentos y estudiantes en escuelas públicas mientras se encuentran suspendidas las clases. En cuanto a los comedores barriales y merenderos, puede ser necesario aumentar el apoyo financiero y logístico, por medio de un protocolo de medidas de higiene para evitar contagios entre los voluntarios. Para evitar aglomeraciones se instala un sistema de repartición de viandas, entregados por los voluntarios directamente en los hogares.
Para una apropiada contención social, se propone la atención, asistencia y acompañamiento con una perspectiva de género, diseñando respuestas específicas para situaciones de violencia doméstica y/o abusos. En cuanto a la violencia doméstica, se debe tener en cuenta aquellas que se encuentran en situaciones de hacinamiento. Para dar respuesta a este problema, se crearon redes y campañas de difusión con información de dónde acudir en caso de vulnerabilidad o por violencia, se designaron albergues para atender a estas personas, prestando no sólo acompañamiento sino ayuda psicológica especializada.
Por ejemplo, el Gobierno de España habilitó hoteles para el refugio de mujeres víctimas de violencia durante la pandemia. Mientras que en Colombia, para estos fines se acondicionaron los inmuebles en manos de la Sociedad de Activos Espaciales (SAE), propiedades en extinción de dominio por delitos como el narcotráfico, el lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Por su parte en Lima, Perú, se inauguró el albergue Casa de la Mujer, espacio de atención integral para mujeres víctimas de violencia (protección, alimentación y cobijo). Para prestarle atención adecuada a las personas con problemas preexistentes, como es el consumo de narcóticos, se implementan ayudas psicológicas y emocionales durante la abstinencia.
La creación de sistemas de cuidado en asentamientos informales prestan ayuda a adultos mayores, niños, niñas y adolescentes (NNyA), en especial para aquellos que requieran aislarse. Principalmente en los hogares monoparentales, pero no exclusivamente para esos casos, el diseño de programas de redes de cuidados, incluso contemplando la tramitación de permisos para desplazarse, permite acompañar y cuidar a quienes queden sin responsable a cargo. La organización Early Childhood Development Action Network (ECDAN), recomiendo la creación de grupos de apoyo y líneas de ayuda (vía teléfono, WhatsApp, internet, etc.) con foco en las familias monoparentales, con el objetivo de crear redes para la contención emocional de NNyA y cuidadores y para compartir información y recursos que faciliten la logística de trabajadores con personas a cargo.
Para facilitar la conectividad digital en algunos barrios se ha iniciado la entrega de dispositivos de internet móvil y la instalación de puntos de conectividad wifi en el barrio. Con el objetivo de reducir la necesidad de circulación y posibilitar la permanencia en los hogares, se recomienda la distribución de dispositivos de internet móvil, lo que permite a los residentes conectarse por medio de sus teléfonos móviles y facilitar la difusión de información, el trabajo y educación remoto, pagos en línea y el esparcimiento.
En una línea similar, la empresa de telefonía Uruguay Antel, amplió la banda de conexión de 1giga a 50 gigas sin costo. Asimismo, en Argentina el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) implementó un plan para instalar nuevos puntos de Wi-Fi en espacios públicos, comedores y en las azoteas de viviendas. Los puntos de conectividad wifi deben ser localizarlos en espacios públicos donde se pueda acceder a servicios de telefonía e internet, siguiendo protocolos de no proximidad en la ocupación del espacio público.
Por último a causa de la pandemia hay un incremento en la desigualdad en educación, especialmente en lo que refiere a la infraestructura tecnológica y conectividad a internet. Ante esta situación, y frente a la posibilidad de que el período de aislamiento se incremente e impacte fuertemente en los niveles de deserción escolar, es importante garantizar la educación y el acceso a material en línea para la formación y recreación mientras las escuelas permanecen cerradas.
Para aliviar la exclusión de muchos NNyA habitantes de barrios populares, que no poseen computadoras ni acceso a internet, se propone la distribución de dispositivos, o bien la intensificación de la repartición de los cuadernillos diseñados por el Ministerio de Educación. Por ejemplo, el Gobierno de Uruguay lanzó el Plan de Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea (Ceibal), que incluye la distribución de computadoras portátiles en escuelas públicas de todo el país. De forma similar, el Gobierno de Chile lanzó el programa Me Conecto para Aprender para que estudiantes matriculados en colegios del Sistema público Municipal puedan acceder a computadoras.
Todas estas cosas se están llevando adelante hoy en el Barrio 31 para responder a la emergencia. Sin embargo, queda una importante pregunta abierta: ¿cómo será entonces la recuperación pos-COVID-19?
Este documento expone medidas y recomendaciones que se pueden utilizar para intervenir efectivamente en gestionar la emergencia y la recuperación de estas zonas de las ciudades.
Fabio Cardin dice
La pasada semana, escuché una conferencia donde habló el Arq. colombiano Jorge Pérez Jaramillo.; transmitió el concepto de Ignorancia Ilustrada; me apropié irreverentemente de ese concepto para hacerlo propio. Esta nota construye un relato (por lo menos en el Barrio Padre Mujica) que si no se conoce la realidad cualquiera aplaudiría.
Las acciones descriptas por parte del GCBA, llegaron luego de la irrupción del COVID y muchos muertos en el barrio.
Cuando la acción se realiza desde el paracaidismo gobernante, sin la participación colectiva de la comunidad, suceden estas cosas.
El GCBA está apropiado de todo el territorio de la Ciudad, solo en términos mercantilistas; sin tener en cuenta a los distintos sectores colegiados que la integran y menos aún al sujeto que la habita.
En un sector de este Barrio, se ha hecho una gran inversión pública en construcción de viviendas e infraestructuras. Pero donde se encuentra el sesgo de mercantilismo?Los habitantes del barrio, no han sido participes en ese “cambio”, esa exclusión marcó, que no se apropiaran de tal circunstancia, y llevó al GCBA, a la derrota electoral más estrepitosa, en las últimas elecciones, en ese pedacito de Ciudad. Aparentemente sin encontrar los porque, siguen la misma metodología en esta pandemia. Paradójicamente el Barrio continúa con:
* Acceso inadecuado al agua, saneamiento y otros servicios básicos;
* Oportunidades de empleo limitadas y alta dependencia de la economía informal;
* Falta de recursos para comprar alimentos nutritivos;
* Acceso limitado o inexistente a las tecnologías de información y comunicación;
* Alta ocupación en áreas propensas a desastres naturales, humanitarios y sanitarios; y
* Limitación en la capacidad de hacerle frente y adaptarse a la crisis.
Abordar estos problemas desde la construcción colectiva, sigue siendo una deuda.
El otorgamiento de créditos, por parte de organismos internacionales, desde cómodos escritorios, sin involucrarse en controles puntuales y participativos en el desarrollo del proyecto, los hace cómplices de la “estafa”.
Se pueden hacer informes para cumplir, notas para agrandar los CV; pero será solamente con la intención de tapar el sol con las manos.
El abordaje para la solución de estos temas requiere involucrarse en modo real.