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Hoy, 8 de marzo, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. En el marco de esta efeméride, desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) queremos compartir algunas buenas prácticas con perspectiva de género, las cuales buscan mejorar la vida de las mujeres en las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC). Esto se alinea con uno de los ejes principales de nuestra Visión 2025, la equidad de género e inclusión de poblaciones diversas, la cual tiene como objetivo impulsar la recuperación inclusiva, equitativa y sostenible de nuestra región.
Nuevos desafíos para cerrar la brecha de género en América Latina y el Caribe
La situación de las mujeres de ALC ha mejorado durante la última década. Tras mucho esfuerzo, se ha logrado una mayor participación y presencia femenina en el mercado laboral formal y en posiciones de liderazgo. A finales del siglo pasado, el porcentaje de mujeres con empleo era del 41%, comparado con el 53%, a finales de 2019. Igualmente, datos de la CEPAL indican que la representación de las mujeres en cargos públicos (en congresos y parlamentos) latinoamericanos pasó del 22% a casi un 30% entre 2008 y 2018.
Sin embargo, a pesar de las mejoras obtenidas, todavía estamos lejos de una verdadera igualdad de género. A nivel local, las mujeres y niñas de nuestra región continúan experimentando desigualdades estructurales y rezago habitacional persistentes. Áreas tan elementales como acceso a servicios básicos (agua, saneamiento, electricidad, Internet) y sociales de calidad (acceso a vivienda, educación, salud, cuidados, seguridad alimentaria y primera infancia) siguen siendo temas críticos por resolver en nuestras ciudades. Por ejemplo, UNICEF ha calculado que, las mujeres y niñas son las responsables de acarrear agua en el 80% de los hogares donde el recurso no está disponible, ocupando cerca de 200 millones de horas al día solo a esa actividad. Esto reduce la posibilidad de que se dediquen a la escuela, el esparcimiento, o la búsqueda de alternativas para lograr su independencia económica.
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Por si esto no fuera suficiente, la emergencia sanitaria del COVID-19 no hizo más que incrementar aún más la brecha de género. En efecto, durante la pandemia, 118 millones de mujeres cayeron en situación de pobreza. Otro efecto fue el retroceso en la tasa de ocupación y un alarmante aumento en la violencia basada en género. Igualmente, las mujeres también han tenido dificultades de adaptación a la pérdida de empleo debido a la brecha digital de género (76 millones de mujeres en la región no cuentan con servicios de Internet móvil). Aunado a eso, la pandemia ha agudizado la carga de cuidado en los hogares, trabajo no remunerado que representa entre un 15 y un 25% de los PIB nacionales en nuestra región.
Trabajando por la igualdad y la equidad: 5 buenas prácticas de la región
El BID tiene como prioridad la integración transversal de la perspectiva de género en las operaciones de financiamiento, siempre bajo un enfoque de equidad e igualdad. Esto se logra mediante la integración de un análisis de las brechas, acciones e indicadores para aumentar la inclusión social y el empoderamiento socioeconómico de la mujer en los proyectos. Dicho trabajo siempre toma en consideración el contexto actual nacional, regional y global.
A continuación, compartimos algunas de las buenas prácticas de países de nuestra región, las cuales buscan mejorar la situación actual de las mujeres de ALC:
- En Trinidad y Tobago, a través del Programa de Mejoramiento de Barrios del BID, se implementó el Programa de Expedición de Certificados de Confort (instrumento de tenencia incremental de la tierra) exclusiva o conjuntamente a nombre de la mujer jefa/co-jefa de hogar. Desde finales de los años 90, este programa ha tenido una continuación sin financiamiento del BID.
- En Ecuador, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) y el BID están implementando un programa beneficiando a mujeres jefas de hogar y familias con miembros con discapacidad mediante el acceso a una vivienda digna. Esto se lleva a cabo mediante la entrega de subsidios para construcción de vivienda en terreno propio que prioriza otorgar al menos al 22% a mujeres jefas de hogares de bajos ingresos. Además, el Programa “Casa para Todos” (CPT) proveerá financiamiento para adquisición de vivienda con un subsidios por US$6.000 a mujeres jefas de hogar (facilitando no menos del 22% del total). Por otra parte, en el país existen experiencias importantes de cooperativas que incorporan el enfoque de género en inclusión financiera como FONDVIDA y CACMU.
- En Brasil, la iniciativa “Mulher Empreendedora”, una alianza entre el Ayuntamiento de Niterói, el BID y Alianza Empreendedora, promovió la inclusión de género en el mercado laboral local. El Ayuntamiento y el BID, apoyaron a microempresarias en comunidades y periferias, ampliando así el acceso al conocimiento, las redes, los mercados y el crédito para que las mujeres emprendedoras pudieran desarrollar o iniciar sus emprendimientos en todo Brasil.
- En Panamá, el programa “Aceleración en comercio electrónico para mujeres artesanas” diseñado en conjunto con el Ministerio de Cultura de Panamá, apoyó la capacitación en comercio electrónico para 60 mujeres artesanas indígenas. El programa, que terminó en noviembre de 2020, incluyó 4 talleres de capacitación y mentorías en los temas “Arquitectura de Colecciones para Mercados Digitales”, “Buenas Prácticas de Publicaciones Digitales” y “Relato Identitario”.
- En Chile, el “Programa de Integración Urbana de Campamentos” diseñado en conjunto con el Programa de Campamentos de Chile, tiene por objetivo mejorar la integración urbana y habitabilidad de hogares nacionales y migrantes residentes en campamentos. Se priorizarán subsidios de vivienda a mujeres cabezas de familia, personas con discapacidad, personas indígenas, y personas LGBTQ+ que habitan dichos asentamientos informales.
Pasando a la acción: Construyendo cuidades inclusivas y equitativas
Son muchos los retos que tenemos para lograr una verdadera igualdad en nuestras ciudades. Sin embargo, ejemplos como los citados nos muestran que, en todo proyecto, política o acción, que implementemos, es posible incorporar una perspectiva inclusiva de género. Por tanto,es fundamental implementar acciones oportunas cuyo fin sea reconocer las necesidades, el liderazgo, las habilidades, los aportes y la capacidad de decidir de las mujeres.
Celebremos este Día Internacional de la Mujer trabajando juntos mejorando vidas y construyendo las ciudades inclusivas, equitativas y sostenibles que ellas se merecen para un mañana más igualdad.
Nos encantaría conocer sobre otras acciones que se estén llevando a cabo para fomentar el empoderamiento de la mujer y su inclusión social en tu ciudad. ¿Te animas a compartirlas en la sección de comentarios?
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