Los beneficios de la lactancia materna han sido extensamente comprobados por la ciencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan la leche materna como alimento exclusivo para los bebés hasta los seis meses de edad. Proporciona los nutrientes necesarios su crecimiento y para desarrollar su sistema inmunológico. Desde hace más de una década, Organizaciones como la Organización Panamericana de la salud (OPS) y la OMS tienen un compromiso por crear ambientes que mejoren la experiencia de la lactancia materna en lugares cotidianos como el trabajo, los parques, el transporte público, entre otros.
Un estudio realizado por el Transport Gender Lab en 2018, identificó que la maternidad y paternidad en la ciudad se percibe como una experiencia hostil.
Especialmente, viajar en el transporte público con bebés, es un gran desafío si se considera que es un espacio con multitudes, escaleras y ruidos fuertes. Algunos obstáculos son la accesibilidad limitada, y la afluencia de usuarios que limita e incluso imposibilita subir a los vagones y vehículos. Al momento de alimentar al bebé en tránsito, la mayor dificultad radica en la falta de empatía, solidaridad y conciencia social por el resto de los pasajeros. Madres y padres anhelan un espacio de refugio donde sentarse tranquilos a “dar la teta”, cambiar a sus bebés, atender sus necesidades o descansar. De acuerdo con varios grupos focales realizados, madres y padres imaginan un espacio amplio, higiénico, luminoso y equipado con necesidades básicas (dispensador de agua, sillones, cambiadores) que les ofrezca la comodidad y tranquilidad que necesitan.
Además, mujeres vinculadas al sector transporte tienen dificultades para alimentar a sus bebés cuando están trabajando. Tras su licencia de maternidad y regresar a su trabajo, una mujer puede enfrentar diversos obstáculos en caso que decida continuar amamantando. Obstáculos generados por la ausencia de espacios adecuados destinados a la extracción de la leche.
En 2020, el Ministerio de Transporte de Argentina comenzó a promover la incorporación de espacios de lactancia destinados a trabajadoras y usuarias dentro del Ministerio y en los organismos vinculados al transporte. Al final del año, se inauguraron espacios de lactancia que cuentan con todas las condiciones y equipamientos adecuados, tales como una o más sillas confortables, un perchero, una superficie de apoyo, acceso a la corriente eléctrica y a una heladera donde guardar la leche extraída, entre otros. A su vez, los circuitos de limpieza facilitan cumplir con los requisitos que el espacio laboral demanda durante la pandemia.
Uno de estos lactarios está ubicado en el hall de la estación Plaza Constitución. Fue el primero de su tipo destinado a trabajadoras de la Línea Roca.
Este lugar sirve a mujeres como Susana, quien, al reincorporarse luego de su licencia de maternidad en su puesto como maquinista en Trenes Argentinos, no tenía quien cuidara y alimentara a su hija Martina durante su jornada laboral. Para ella, como para otras 172 trabajadoras, el espacio de lactancia es esencial en su día a día. Es una solución con alto impacto y bajo costo. Cuenta con equipamiento necesario para la extracción de leche materna, y se caracteriza por ser higiénico y cómodo.
Aún es un desafío la implementación de cabinas al servicio de los y las usuarias de transporte público.
El caso de Cristina expresa dificultades en sus viajes cotidianos en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Es madre primeriza y tiene que viajar todos los días desde Villa Real hasta el centro de Buenos Aires, donde trabaja en una empresa de calzado. Cristina necesita extraerse la leche para llevarla a casa. Pensar en espacios en el trayecto que sean cómodos, higiénicos y seguros, que no estigmaticen, escondan ni discriminen a las personas con bebés lactantes es un reto. Ciudades como Quito han comenzado a explorar alternativas.
Este año inauguraron su primera cabina de lactancia móvil en la estación de trolebús El Recreo. Incluyen sillas, toallas de papel e infografías para proporcionar un lugar cómodo a las madres que lo requieran. Igualmente, en 2019 se instaló en la estación de Gamarra del metro de Lima la primera sala de lactancia. En 2020, también se instalaron espacios de lactancia en varias estaciones del metro de Medellín.
Estos son apenas los primeros pasos que se han dado en nuestra región hacia una lactancia más cómoda, segura y normalizada en los sistemas de transporte, tanto para trabajadoras como para usuarias. Estos son ejemplos para que las empresas públicas y privadas de transporte consideren las necesidades de madres y padres de bebés lactantes. Por un futuro alimenticio de nuestros niños cada vez mejor.
ENRIQUE PRIAN dice
I want to know if you have them for Mexico?
Lazaro dice
Yo encontré una empresa muy buena de Cabinas de lactancia para mi empresa, nuvolamom.com. Tienen los mejores precios del mercado y nuestras madres colaboradoras les encanta, muy recomendado. Saludos!