Las aguas del Golfo de Montijo en Panamá se están calentando, alterando la dinámica de pesca tradicional de la que depende el pescador. Al mismo tiempo, la erosión de las costas está llevando a los turistas a optar por otras playas. Por esto, los pescadores artesanales y los microempresarios turísticos en las comunidades costeras, que sufren las consecuencias del cambio climático, están buscando soluciones que les permitan luchar contra los impactos de este fenómeno en sus medios de subsistencia y adaptarse a las nuevas realidades de su entorno.
Con apoyo del BID y el FOMIN a través de su programa PROADAPT, MarViva se propuso trabajar junto con las comunidades locales para analizar lo que estaba sucediendo y cómo detenerlo. Por primera vez en el país, se realizaron ejercicios de mapeo y análisis de riesgo para el aumento del nivel del mar y los efectos que esto tendría sobre las actividades productivas críticas para la población costera, como la pesca y el turismo. Así mismo, se analizó la situación socioeconómica de la población para ver quiénes eran los más afectados, por qué, y dónde estaban ubicados. Sumado a esto, se dio inicio a programas de capacitación de empresarios locales, para enseñarlos a interpretar la información sobre el clima y sus impactos.
La innovación del análisis de riesgos a través del sistema de información geográfica (GIS) ha permitido que los sectores locales de pesca artesanal y ecoturismo alcancen una mayor conciencia sobre su entorno y los impactos del cambio climático, y los ha convencido de la necesidad de implementar ciertas medidas de adaptación blanda. La iniciativa ha integrado activamente a estas comunidades locales en la identificación e implementación de soluciones. Este enfoque participativo ha dado una sensación de empoderamiento a un sector que generalmente es vulnerable, débil y excluido de una gestión proactiva del recurso natural del que depende. Como resultado del proceso participativo, se han identificado varias estrategias de adaptación que nueve grupos de pesca, que representan 192 familias, tratarán ahora de implementar. Una estrategia es generar más valor agregado mediante la introducción de un producto pesquero “responsable” diferenciado, reconociendo que en lugar de agotar el recurso pesquero cerca a las orillas, están yendo mar adentro. La idea es establecer y gestionar alianzas con compradores corporativos que estén dispuestos a reconocer el valor de la pesca responsable. Otra estrategia es fortalecer las capacidades organizativas de las asociaciones locales de pesca artesanal y elaborar planes de contingencia comunitarios.
En el área de turismo, siete grupos de turistas que representan un total de 112 familias han identificado estrategias adicionales para su sector. Una de las estrategias planea diversificar los productos turísticos e introducir y promover nuevas experiencias, tales como: Ruta de las Tortugas, Despertar de las aves en Golfo de Montijo, y Coiba biodiversidad e historia. Esto incluye el desarrollo de capacidades y el fortalecimiento organizativo de grupos de empresarios turísticos involucrados en las nuevas actividades. Otra estrategia es implementar capacitación para los grupos de turismo en la interpretación de pronósticos del clima y desarrollar planes de contingencia para la comunidad.
Como este, son muchos los proyectos de adaptación al cambio climático que el BID está apoyando para lograr que América Latina y el Caribe sea una región más resiliente, que responda a las necesidades y desafíos que presenta este fenómeno. Esta semana, representantes de MarViva y de otros organismos de los sectores público y privado se reunirán en AdaptAméricas en Panamá para compartir experiencias e intercambiar conocimientos, con el fin de identificar herramientas y prácticas innovadoras que puedan aplicar a sus propios contextos.
*Este blog fue escrito en colaboración con Vicente del Cid, Gerente de Mercados Responsables de MarViva.
Foto: Copyright © BID Ciudades Sostenibles – Flickr – (CC BY-NC-SA 2.0)
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MarViva promueve la incorporación de criterios de cambio climático en la implementación de iniciativas de sostenibilidad ambiental y progreso social, mediante la aplicación de medidas suaves de adaptación, para mejorar la resiliencia de las actividades productivas y garantizar la seguridad alimentaria y la subsistencia de las familias vulnerables en las zonas costeras del Golfo de Montijo.
PROADAPT fue lanzado en 2013 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en asociación con el Fondo de Desarrollo Nórdico para mejorar la resiliencia climática entre las pequeñas y medianas empresas y fomentar oportunidades comerciales para proporcionar soluciones de resiliencia climática o productos y servicios que ayuden a los compradores a reducir o transferir su vulnerabilidad a los riesgos climáticos.
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