La creciente presión climática pone de relieve los desafíos por delante
No es frecuente, y de hecho es inusual, que se nos presente con evidencia de un progreso significativo en la lucha contra los desafíos del cambio climático. De hecho, por el contrario, la investigación científica y noticias sobre el clima tienden a mostrar la dura realidad de la situación que se enfrenta la sociedad. En la búsqueda de mejores medios de sustento y de crecimiento económico, la búsqueda de la estabilidad del clima se vuelve cada vez más difícil de alcanzar – la tierra se calienta cada vez más, mientras que la inversión en medidas de adaptación y mitigación luchan para mantenerse al ritmo de este calentamiento global.
Desde los acuerdos de Copenhague en 2009, los científicos nos han estado advirtiendo que debemos de estabilizar las emisiones globales para el año 2020. Información más precisa sobre el cambio climático y sus efectos relacionados solamente han puesto un contexto de mayor gravedad a la situación:
- El 2014 fue el año más caluroso registrado en la historia (14 de los 15 años más cálidos en la historia han sido en el siglo 21). Sólo en el 2013, 41 fenómenos meteorológicos causaron al menos US$1 mil millones cada uno en concepto de daños
- En mayo del 2013, el CO2 atmosférico alcanzó niveles sin precedentes históricos, pasando de 400 partes por millón.
- Los niveles del mar subieron más en el siglo 20 que tienen en cualquier siglo de los últimos 6.000 años.
Está claro que la ventana para efectuar acciones positivas en el cambio climático se está cerrando – y rápido. Pero aun así existen novedades alentadoras. Los EE.UU. y China, los emisores más grandes del mundo, han acordado un plan conjunto muy ambicioso para reducir las emisiones, el Fondo Verde de las Naciones Unidas para el Clima superó los USD$10 billones en promesas; y las últimas conversaciones internacionales sobre el clima en Lima, Perú, dieron lugar a un marco para que las naciones establezcan sus compromisos para reducir las emisiones.
Pero tomando en cuenta estos compromisos, ¿cómo traducimos las promesas en progreso y hacemos un balance de nuestros esfuerzos para medir su rendimiento? Una serie de nuevas herramientas se han publicado recientemente incluyendo un mayor uso de la calculadora de GEI del BID para medir el ahorro de GEI en los proyectos que financiamos.
Tomando un balance de la emisiones evitadas –
El seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero ha sido una piedra angular de los esfuerzos para comprender la magnitud del desafío, y así informar e influenciar las decisiones políticas y de inversión. Las nuevas herramientas están diciendo la otra cara de la historia mediante la medición de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas (en lugar de las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas) que resultan en particular de las inversiones en proyectos de energías renovables y de eficiencia energética. El Instituto de Recursos Mundiales o WRI por sus siglas en inglés, es acreditado con haber desarrollado el Protocolo estándar en la medición, gestión y reporte de gases de efecto invernadero, el WRI publico a finales del 2014 el objetivo estándar en mitigaciones y la Política de Acción estándar. Ambas herramientas proveen orientaciones hacia el lado del ahorro en la ecuación, permitiendo que los responsables políticos y analistas puedan definir los objetivos de mitigación, y así posteriormente medir el progreso en el cumplimiento de estos objetivos.
El BID también ha estado a la vanguardia del desarrollo de herramientas para medir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas, y reducidas, de los proyectos que financiamos. La Calculadora de GEI del BID incluye 16 calculadoras de sectores específicos diferentes y ha estado en uso desde el 2009. Nuestro informe de sostenibilidad anual muestra el progreso del balance de las emisiones en bruto y netas resultantes de los proyectos que financiamos.
De las 168 operaciones aprobadas en 2014, 59 proyectos fueron sometidos a un análisis de gases de efecto invernadero adicional. De estos 59, nueve resultaron en reducciones de emisiones de CO2, que combinadas fue mayor que la cantidad total de emisiones de CO2 generadas por los otros 50. Tres proyectos de energía eólica en Perú y Uruguay representaron el 48% de la reducción total de las emisiones. Los nueve proyectos también incluyen:
- Una planta de cogeneración de biomasa en Brasil que utiliza el eucalipto y el pino como materia prima;
- Parques eólicos en la zona costera de Nazca en Perú; y
- Plantas de energía solar fotovoltaica en el desierto de Atacama y Uruguay.
Ahora tenemos una mejor idea de las emisiones de GEI en los proyectos que financiamos directamente – En el 2014, los proyectos del BID resultaron en más emisiones evitadas que emisiones generadas, y asimismo nos encontramos analizando más de cerca nuestras actividades crediticias indirectas. El Banco canaliza aproximadamente 12% (o USD$1.64 billones) al año a través de intermediarios financieros (IF). En esencia, el BID ofrece financiamiento a otros bancos y a otras instituciones, que por lo tanto proveen préstamos muy necesarios para clientes más pequeños, y a menudo en una escala que el BID es incapaz de prestar directamente. En particular, el BID ha sido el desarrollo de líneas de crédito ‘Línea Verde’, que proporcionan financiamiento para proyectos de energía renovable y de eficiencia energética a pequeña escala, entre otros. Con 18 líneas verdes aprobadas hasta la fecha, el Banco está trabajando en estrecha colaboración con sus clientes para compartir sus experiencias en el uso de la calculadora de GEI del BID para medir el progreso climático.
Como piloto en este esfuerzo, el BID y el Banco Itaú de Brasil, el destinatario de un préstamo de US$ 100 millones en línea de crédito verde regional en el 2012, hizo los cálculos en 12 sub-proyectos de “línea verde” que Itaú ha financiado hasta la fecha con los fondos del BID. Los resultados demuestran que estos proyectos, que van desde una instalación de cogeneración en Chile, a parques de energia eólica en Brasil se traducirán en aproximadamente 55.000 toneladas de emisiones evitadas al año de CO2, el equivalente a retirar 11.000 coches de la carretera. Esto es solo el comienzo, el objetivo es lanzar la calculadora a muchos otros clientes del BID – IF en el largo plazo, y que a su vez los IF amplíen sus cálculos para la totalidad de su cartera, y así poder ayudar a entender mejor los impactos climáticos positivos y negativos de sus inversiones.
El BID seguirá trabajando en desplegar su calculadora de GEI y en construir la capacidad entre sus clientes de banca sobre cómo medir el progreso climático, no perdemos la esperanza de que la región pueda aprovechar las oportunidades en el tema climático y así seguir demostrando un progreso colectivo tonelada por tonelada.
Carlos gerardo dice
Buen dia, mi opinion sobre el cambio climatico es la siguiente, con referencia a los gases de efecto invernadero que se emiten a diario en el planeta,y ya lo dicen los cientificos que estamos muy a tiempo de poder reducirlos, y no solo las grandes paises quienes mas los emiten, tambien incluye a la sociedad en general quienes podemos hacer mucho al respecto, creando conciencia sobre este tema y que podemos empezar desde nuestros hogares y so podremos aportar un granito de arena a nuestra sagrada naturaleza, por que todo, creo yo, que ha estado sucediendo tenemos parte de culpa los humanos que habitamos el planeta.
Carlos Sumohano dice
Hola a todos, que bueno que existe éste foro y que se nos permita expresar comentarios propios sobre el ataque al Calentamiento Global.
Llevo 24 años investigando sobre éstos temas y me gustaría encontrar la manera de poder aplicar mi Modelo de Negocio para contribuir a resolver éstos problemas.
De poco ayuda que se inviertan USD$1.6 billones al año si no se apoyan y combaten otros de los sectores que más aportan a la generación de GEI desde su raíz.
En México circulan un poco más de 30 millones de autos y camiones y la edad promedio del parque vehicular es de 17 años, se fabrican más de 3 millones de autos al año, 80% se exportan y 600,000 se suman al parque.
15 millones de vehículos son obsoletos y contaminantes, necesitan ser renovados; 44 millones de personas se encuentran en la economía informal y muchos de ellos no tienen acceso al financiamiento bancario.
Cada año se permite la importación de autos usados provenientes de EUA que pasan a incrementar el parque en el país.
Me da mucho gusto leer en el artículo que hay una nueva visión para combatir el Cambio Climático “más emisiones evitadas que generadas” (sic).Un auto nuevo genera 5 toneladas de GEI al año; un auto seminuevo genera 10 y un auto viejo llega a generar hasta 20 toneladas al año.
Mi proyecto pretende otorgar crédito a la población para comprar un vehículo nuevo con la particularidad de entregar el auto viejo como enganche para su posterior destrucción y reciclamiento.
Una política Social efectiva es la que involucra a toda la población. De poco sirve que en una calle circule un auto “verde” si está rodeado por tres autos que contaminan 5 veces más.
Organismos como el BID y el WB en participación con los gobiernos pueden apoyar éste tipo de proyectos globales e integrales con proyectos GEF y créditos verdes para beneficio de nuestro planeta.