En nuestro afán de impulsar la agricultura con el fin de garantizar seguridad alimentaria a una cada vez mayor población global, así como la producción en masa de piensos animales baratos, parecemos estar olvidando o pasando por alto algunos conceptos básicos del uso sostenible de nuestro capital natural. Como lo menciona en su libro “Dirt – The Erosion of Civilizations” (Suelo – La Erosión de Civilizaciones), el geólogo estadounidense David R. Montgomery considera el suelo como el recurso fundamental para el mantenimiento de la vida. Según Montgomery, el cómo tratamos los suelos determina al final cómo estos nos tratarán y por cuánto tiempo. Es bien sabido que los problemas gemelos de degradación de suelo y erosión han asolado a la humanidad desde el nacimiento de la agricultura.
La vida genera suelos. El suelo genera más vida. En otras palabras, esta es la historia del último medio millar de años. La evolución de plantas y el auge de vida y tierra alimentaron los suelos, y los suelos a cambio, alimentaron más y más grandes plantas que nutrieron a comunidades cada vez más complejas de animales. Vida y suelo fueron socios hasta que la agricultura moderna cambió el juego.
Así, parecería intuitivo el poder evitar el destino común de sociedades antiguas en tanto no repitamos la gran locura de desmontar capas vegetales fértiles a un ritmo insostenible, ¿cierto? Falso. Desafortunadamente, “eso es exactamente lo que estamos haciendo, solo que esta vez a una escala global”, dice Montgomery. ¿Cuánto tiempo puede la agricultura moderna mantenernos vivos al romper el lazo suelo-vida? Vista desde cualquier escala de tiempo geológicamente significativa, una civilización agrícola que degrada el suelo será transitoria. No puede durar si destruye sus propios cimientos, sin mencionar la pérdida, en el proceso, de biodiversidad clave.
Pero no todo está perdido. Una nueva revolución verde puede estar desarrollándose. Ernst Götsch, un investigador suizo agrícola, médico y referencia internacional en ‘Sistemas sucesivos agroforestales’, ha desarrollado una refinada técnica de plantación con principios y prácticas que pueden ser aplicados a diferentes ecosistemas. “La Amazonia, Cerrado, el Altiplano Boliviano, Caatinga, todos esos lugares pueden ser paraísos cuando se trabajan apropiadamente”. Con una visión de la agricultura que reconcilia a los seres humanos con el ambiente, Götsch concluye que “no hay nada que decir, porque es muy obvio”, dice –absolutamente confiado en que las cosas funcionan naturalmente-. El lector puede estar pensando que no existe tal solución “simple” para el dilema de sostenibilidad de la agricultura. Piense de nuevo, tras ver uno de los más recientes videos de Götsch: Life in Syntropy.
¡¿Mirar a la naturaleza como aliada e inspiración?! ¿Tiene sentido? Mi aprendizaje es que se necesita más ‘perspectiva de sistemas’ para la producción agrícola moderna, como parte integral de un escenario dinámico que puede ser manejado para maximizar todos los servicios ecosistémicos potenciales.
Con certeza, los economistas agrícolas harían bien en preguntar cómo los beneficios económicos del ‘modelo Götsch’ se comparan a la más tradicional agricultura intensiva. O si los rendimientos agrícolas son comparables entre dos (o más) modelos. Se necesitaría de análisis estadístico. Aún así la comparación económica más robusta podría fallar en tomar en cuenta enteramente los beneficios económicos de proteger y/o restaurar servicios ecosistémicos – simplemente porque tales servicios tienen características que desafían las teorías económicas de articulación y agregación de valor-. ¿Y qué hay de la necesidad de tomar en cuenta además el costo económico de externalidades que se suceden gracias a la práctica de la agricultura ‘de siempre’, no sostenible? Por nombrar algunas: contaminación, erosión, pérdida de nutrientes, etc.
A menos que los economistas mismos refinen sus métodos de evaluación económica, nunca llegaremos a saberlo. En cualquier caso, es difícil permanecer indiferente tras ser expuesto a los sistemas y visión del mundo de Ernst Götsch, pero los escépticos no deben preocuparse: la aplicación de la técnica Götsch ni es dogmática ni levanta sospechas. Simplemente apela al sentido común.
Y ese es el nuevo cambio de paradigma.
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German Alfaro dice
hola buenas me gustaría aprender con ustedes y comunicarme, tenemos un proyecto y nos gustaría implementar este método. gracias