
“Las preguntas no cambian la verdad, pero le dan movimiento” (Giannina Braschi)
Quién financia la infraestructura en América Latina y el Caribe (ALC) es una pregunta clave para impulsar su desarrollo. Mucho se ha hablado sobre cuánto se debería invertir en infraestructura en la región para cerrar la tan famosa brecha –cuantitativa y cualitativa–, pero poco se ha escrito sobre el cómo y, quizás más importante, sobre el quién.
Fuente: cálculo de los autores a partir de Calderón and Serven (2010), CAF (2013) y ECLAC (2014).
Los datos muestran cómo la inversión en infraestructura en ALC se encuentra cercana al 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, lejos del 5% que se estima necesario para cerrar la brecha. Claramente, la región necesita invertir más, y mejor, de lo que ha invertido históricamente.
Pero ¿cómo hacerlo? He aquí una de esas preguntas que se responden con más y más preguntas:
- ¿Puede el sector público asumir todo el aumento necesario en la inversión?
La historia de América Latina y el Caribe muestra que durante situaciones de crisis macroeconómicas, la inversión pública en infraestructura es uno de los principales rubros del gasto en reducirse, y de manera significativa. Por ejemplo, durante la crisis de fines de los ochenta y principios de los noventa, la reducción alcanzó el 60%. Por tanto, el sector privado es igualmente vital para cerrar la brecha de inversión en la región. Se necesita más inversión pública y más inversión privada.. Además, el sector privado, mediante asociaciones público privadas, puede contribuir a proveer servicios de infraestructura de manera eficiente (siempre y cuando la asociación con el sector público se realice asignando adecuadamente incentivos y riesgos). Sin embargo, poco sabemos del financiamiento privado de la infraestructura en ALC.
- ¿Quiénes son los principales actores privados en el financiamiento de la infraestructura?
En ALC son, principalmente, los bancos comerciales. Entre 2004 y 2014, uno de cada dos dólares destinados al financiamiento de infraestructura privada en ALC procedió de este tipo de entidades. Sin embargo, la elevada participación de la banca comercial está amenazada por cambios regulatorios recientes (impuestos por Basilea III) y esto inevitablemente traerá cambios en este mercado. Si pretendemos dar un rol más prominente al sector privado en la inversión en infraestructura, necesitaremos nuevos jugadores.
- ¿Existe algún jugador con suficiente potencial para incrementar el financiamiento de la infraestructura?
Sí. Con una participación mucho más modesta, pero con un gran potencial para aumentar, se encuentran los inversores institucionales: fondos de pensión, compañías de seguro y fondos de inversión. En concreto, los fondos administrados por las aseguradoras y fondos de pensión en Latinoamérica y el Caribe alcanzan el trillón de dólares, equivalente a 20% del PIB de la región. Sin embargo, éstos destinan solamente 1% de su cartera al sector de infraestructura. Este 1% es sumamente bajo considerando que la infraestructura, vista como una clase de activo para invertir, tiene las características idóneas para este tipo de inversores: largos plazos de maduración, con retornos que son estables, generalmente protegidos de la inflación y más predecibles que en el mercado de valores.
Por tanto, la necesidad de promover la infraestructura como una clase de activo de inversión para los inversores institucionales requerirá de importantes esfuerzos en la región: hace falta fortalecer las capacidades del sector público a lo largo de todo el ciclo del proyecto de infraestructura, mejorar su capacidad regulatoria, establecer mecanismos (por ejemplo garantías para la etapa de construcción) y profundizar los mercados de capitales para reducir la incertidumbre y los riesgos que perciben los inversores institucionales.
En síntesis, la pregunta relevante para ALC ya no es “¿cuál es la brecha de infraestructura en la región?” sino “¿cómo podemos hacer más atractiva la inversión en infraestructura para atraer los fondos disponibles en el mercado?”
Para acceder a más datos y una discusión más detallada, descarga nuestro último informe sobre financiamiento de la infraestructura en América Latina y el Caribe.
Existe otra fuente de inversión. Yo considero que podría ser una fuente importantíssima: LOS PEQUEÑOS INVERSIONISTAS.Ello puede representar una atractiva fuente de inversión dirigida a proyectos de energía limpia, mitigación y adaptación al cambio climático. Se podría dar un gran efoque de participación e inclusión a pequeños ahorristas a que estan contribuyendo de manera directa a encarae el problema del cambio climático, haciendolos protagonistas y colabiradores de un plan global de mitigacion a través de proyectos de infraestructuras dirigidos a las energías limpias, adaptación de ciudades más recilientes, e inteligentes a traves de arquitectura sustentable y de emision cero. Proyectos que incluyan el ahorro y consumo más eficientes de energía, proyectos de transporte público más limpios, tanto en el ámbito urbani como industrial. En fin sería crear mecanismos financieros que permitan participar a la “gente de a pié”. Y hacerlos sentir protagonistas al mismo tiempo que invierten en algo solido, seguro y altamente rentable, en bonos o papeles garantizados por la propia infraestructura. Y por la rentabilidad que ese activo pudiera producir. Ej:
Una planta fotovoltaica en honduras de 350KWp, se podria financiar el proyecto vendiendo bonos de energia limpia que representen como inversi9n minima particular bonos de 5KW. El equivalente en valorinetario. Y asi muchos ejemplos mas.
Soy ingeniero mecanico, enfocado en el cambio climatico y energías renovables. Terminando dos maetsrias en energias renovable y gestion ambiental. Y con grandes ideas y motivación de trabajar y crear valor en el area de la mitigacion del cambio climatico en el mundo. Pablo Gioveni
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