En todo el mundo, los jóvenes protestan contra lo que describen como “inacción” de los líderes frente al desafío del cambio climático. Las generaciones más jóvenes condenan a los tomadores de decisiones por lo que perciben como una “mentalidad pro-status quo” y por no considerar seriamente los problemas de sostenibilidad y justicia intergeneracional.
Este es un llamado de atención que debemos escuchar, en particular en lo que respecta a la infraestructura dado que gran parte de la infraestructura que se construya el día de hoy, estará ahí durante muchas décadas por lo que tendrá un impacto duradero en la sociedad y en el ambiente.
Estas decisiones respecto a la infraestructura determinarán cuán equitativa, resistente y contaminante será la sociedad de las generaciones futuras. De hecho, dado que el 70 por ciento del aumento previsto en las emisiones de gases de efecto invernadero de los países en desarrollo proviene de infraestructura que aún no ha sido construida, las decisiones tomadas hoy determinarán si los países podrán cumplir con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o no.
Por lo tanto, es crucial invertir en infraestructura sostenible que genera menos emisiones y es más resistente a los fenómenos meteorológicos extremos, al tiempo que permite ofrecer mejores servicios públicos para ayudar a reducir la pobreza y la desigualdad.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está generando un importante debate sobre cómo cambiar del enfoque de infraestructura tradicional para garantizar que los proyectos sean sostenibles durante todo su ciclo de vida.
En nuestro reciente evento Voces para el Desarrollo, como parte del 60 aniversario del Banco, la sesión “Más allá de los autopistas, las tuberías y los cables: Infraestructura y sostenibilidad en las Américas” analizó este tema. Junto con diferentes socios estratégicos del BID, la sesión discutió la provisión de servicios de infraestructura en todas las dimensiones de la sostenibilidad.
Mónica Araya, directora y cofundadora de Costa Rica Limpia, examinó la dimensión social de la infraestructura sostenible. Ella hizo hincapié en la importancia de un enfoque centrado en el ser humano, el usuario, para la provisión de infraestructura con el objetivo final de mejorar vidas, y que debe ser central en los procesos de planificación.
La dimensión económica fue subrayada por Eleanor Allen de la ONG Water for People, con operación en todo el mundo, e incluso con algunos proyectos del BID. Allen destacó el potencial económico de las tecnologías verdes y explicó el caso de la reutilización de aguas residuales como un valioso pero inexplotado recurso.
La dimensión institucional fue abordada por Daniel Runde, Vicepresidente Senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, quien destacó la importancia de fortalecer las capacidades locales en la región de América Latina y el Caribe, a la luz de los nuevos desafíos tecnológicos que se avecinan, como la protección de la privacidad y la seguridad cibernética.
Juan Pablo Bonilla, Gerente del Departamento de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del BID, destacó la importancia de tener en cuenta las dimensiones de sostenibilidad ambiental y resiliencia climática al considerar todo proyecto de infraestructura. En este sentido, destacó el gran potencial de los vehículos eléctricos para transformar nuestras ciudades en espacios más sostenibles, al mejorar la calidad del aire con importantes beneficios para nuestra salud.
El moderador de la sesión, Agustín Aguerre, Gerente del Departamento de Infraestructura y Energía del BID, concluyó destacando la importancia de continuar el trabajo del BID en Infraestructura Sostenible. Actualmente, nuestra prioridad es aplicar el Marco de Infraestructura Sostenible del Grupo BID a los proyectos que el Banco financia y trabajar con nuestros países miembros sobre la mejor manera de integrar este marco en sus procesos de toma de decisiones sobre infraestructura.
Todos debemos hacer un mejor trabajo en escuchar a las generaciones más jóvenes y centrarnos en crear las condiciones necesarias para ofrecer infraestructura más sostenible. Para garantizar un futuro más promisorio y sostenible para todos, ese trabajo debe comenzar hoy.
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