Mientras asistía en Jamaica al Foro de Alianzas de los Fondos de Inversión Climática (CIF), decidí participar en una sesión sobre la lucha contra el cambio climático a través de la iniciativa empresarial en el Caribe, con la esperanza de intercambiar ideas con algunos colegas y de discutir posibles sinergias en nuestro trabajo. De pronto, una de las panelistas abrió su presentación con las siguientes palabras:
[quote align=”center” color=”#999999″]“Soy agricultora, soy empresaria, soy especialista medioambiental y soy mujer”.[/quote]
Y fue así como Shirley Lindo, una empresaria de Jamaica que se ha enfrentado de primera mano a una espiral continua de altos precios, vulnerabilidad climática y la penuria económica que afecta a muchos jamaicanos hoy en día, captó mi atención.
Su historia comenzó hace más de diez años cuando por primera vez comenzó a producir aceite de ricino en su propia tierra. Mientras la demanda de su producto iba en aumento, el proceso de producción cada vez le resultaba más caro y dejaba una mayor huella medioambiental en sus terrenos. Después de luchar con muchas dificultades, se le ocurrió la idea de producir biomasa a partir de los residuos de las cáscaras del ricino y con ello reemplazar la leña. Así, esta emprendedora creó una forma más sostenible y limpia de cocinar y continuar su producción, reduciendo su impacto medioambiental. Una idea simple pero efectiva.
Sin embargo, su siguiente reto fue poder acceder a financiamiento para financiar esta idea y expandirla ¿Cómo iba a convencer a los bancos comerciales de que su idea era comercialmente viable? Muchos agricultores, empresarios y líderes de comunidades rurales se enfrentan al mismo reto con sus instituciones financieras locales y, en muchos casos, existe un déficit de financiación que el mercado no logra cubrir.
Aunque Shirley pudo acceder afinanciamiento del Centro de Innovación del Clima del Caribe, soy consciente de que existe una demanda urgente y creciente para que los bancos de desarrollo se asocien, repliquen programas exitosos, intercambien ideas y encuentren soluciones innovadoras. En respuesta a esa demanda, el propio BID, bajo el Programa Piloto de Adaptación al Cambio Climático de Jamaica (PPCR, por sus siglas en inglés) está trabajando en el diseño de mecanismos financieros -tales como líneas de crédito- para que bancos comerciales locales puedan facilitar a los agricultores y empresarios como Shirley los recursos económicos y técnicos adecuados para que puedan desarrollar sus ideas y lograr el crecimiento.
Como mujer que trabaja en el mundo del desarrollo, me siento inspirada por gente como Shirley para diseñar los instrumentos adecuados que permitan apoyar las prácticas locales y facilitar el apoyo financiero a los agricultores para que accedan a nuevas tecnologías y desarrollen las mejores prácticas para hacer sus negocios viables, sobre todo en un país rico en recursos como Jamaica, pero muy vulnerable al cambio climático.
Mientras los gobiernos tratan de crear el marco político adecuado, existe una necesidad urgente de iniciativas para ayudar a los empresarios de toda América Latina y el Caribe. Si no trabajamos con este objetivo final en mente, los países en desarrollo como Jamaica seguirán atrapados en un círculo de pobreza y vulnerabilidad climática, y como dice Shirley, ¡ya tenemos demasiados problemas en Jamaica!¡Es hora de actuar!.
¿Tienes una idea innovadora? Visita la página del Innovation Lab del BID y presenta tu idea.
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