Hoy salió la edición 2013 del Estudio Mundial Sobre el Homicidio, de la Oficinas de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC). Es lectura obligada para entender el fenómeno del homicidio en todas sus dimensiones, desde la geografía hasta el género.
La terrible realidad de los homicidios es algo que hemos analizado en el BID, y tuvimos el privilegio de contar con una visita de la coordinadora del estudio, Angela Me. Ella nos indicó, paso a paso, las principales conclusiones del estudio. El informe busca analizar tendencias globales en homicidios y sus causas, para que los países puedan mejor identificar áreas de acción y prevención. El trabajo nos ayuda entender dónde ocurren los homicidios, su intensidad y quién está en mayor riesgo de ser asesinado y dónde.
Cabe destacar que el homicidio es una persona matando a otra con intención de hacerlo. No se incluyen muertes causadas por conflictos armados, suicidios o accidentes de tránsito.
En lo que se refiere a América Latina y el Caribe, hay temas conocidos y otros más sorprendentes. Siete puntos a destacar:
- TASA ALTA: La región de las Américas tiene la tasa de homicidio más alta del mundo: 16,3 por cada 100,000 habitantes. Esa tasa incluye Estados Unidos y Canadá. Sin estos dos países la tasa sería más alta aún.
- DIFERENCIAS GEOGRÁFICAS: Dentro de las Américas, hay divergencias importantes en las subregiones. Por ejemplo, en el caso de Suramérica, las tasas de homicidios en Uruguay, Chile y Argentina se acercan a las tasas más bajas de Europa, mientras en el norte de la subregión las tasas se asemejan más a los de Centroamérica. Con pocas excepciones, las ciudades registran mayores tasas de homicidios que las zonas rurales.
- EL IMPACTO DEL NARCOTRÁFICO: El informe consigna que un 30 por ciento de los homicidios de las Américas están relacionadas con bandas o grupos criminales, frente a apenas el 1 por ciento en Asia. Pero ojo con llegar a la fácil conclusión que eliminando el crimen organizado y el tráfico de drogas nos acerca a niveles de otras regiones del mundo. La triste realidad es que las Américas han sufrido niveles de homicidios de entre 5 y 8 veces mayores que los niveles de violencia de Europa y Asia desde los años 50s, antes de la irrupción del fenómeno del narcotráfico.
- EL IMPACTO EN LOS JÓVENES: A nivel global un 79 por ciento de las víctimas y 95 por ciento de los asesinos son hombres. Un 43 por ciento de todas las víctimas corresponden a jóvenes de 15 a 29 años.
- HOMICIDIO INTERPERSONAL ES ESTABLE: Según el reporte, “hay una tendencia regional y de género hacia las víctimas masculinas en homicidios vinculados a la delincuencia organizada y las pandillas, pero el homicidio interpersonal cometido por un compañero íntimo o un familiar está distribuido mucho más equitativamente de región a región y es notable que, en promedio, se encuentre estable a nivel global”.
- ARMAS DE FUEGO: En las Américas, dos de cada tres homicidios son cometidos con armas de fuego, una proporción muy superior a la de cualquier otra región.
- POCAS CONDENAS: En las Américas, por cada 100 homicidios, en 53 existen sospechosos y 24 terminan en condenas. Esto es más bajo que Asia (48 por ciento) y Europa (81 por ciento).
El estudio nos revela dónde estamos parados en América Latina y el Caribe, y cuáles son las subregiones de mayor cuidado. Es un valioso recordatorio de la necesidad de desmenuzar cifras sobre violencia (algo que estamos abocados en nuestro sistema estandarizado de indicadores, conocido como SES) para así diseñar mejores programas de prevención.
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