América Latina y el Caribe sufre de manera desproporcionada del impacto de la violencia frente a otras regiones. La gran mayoría de las víctimas son los hombres, y en especial, jóvenes. Pero el impacto sobre las mujeres también es elevado, y se manifiesta de muchas formas. Las mujeres que sufren de violencia tienen más chance de padecer de depresión. Sus hijos tienen una mayor probabilidad de nacer con bajo peso. ¿Cómo medimos todo esto, y qué lecciones dejan los números para los gobiernos?
Según Fearon y Hoeffler (2014), el homicidio femenino cuesta el 0,31% del producto interno bruto (PIB) en América Latina y el 0,12% en el mundo. Si se toman en cuenta únicamente los homicidios cometidos por una pareja íntima, estos números bajan a 0,09% y 0,05%, respectivamente. Aunque el homicidio de pareja íntima constituye menos de la mitad de la parte del costo total del homicidio femenino, la violencia de pareja también implica violencia no letal, lo cual es más difícil de abordar. Según Ribero y Sánchez (2005), Colombia perdió 4,2% anual del PIB debido al costo indirecto de la violencia doméstica. Morrison y Orlando (1999) encuentran que la violencia doméstica le cuesta el 2% del PIB a Chile y el 1,6% a Nicaragua. Para Inglaterra y Gales, Walby (2004) estima que el costo de la violencia doméstica ascendía a £ 23.000 millones en 2001 (alrededor del 2% del PIB). Sin embargo, cada uno de estos estudios utiliza una metodología diferente, e incluye distintas clases de costos, lo cual hace difícil compararlos. Por lo tanto, sería conveniente desarrollar una metodología sistemática y comparable que haga posible la comparación entre países.
Las tasas de homicidios femeninos (ver el gráfico 1) son relativamente más altas en la región. ¿Cómo esto se traduce en costos económicos? Cuando alguien muere no sólo hay una pérdida humana irreparable, sino que también hay un costo económico en términos del ingreso no generado por esa persona en el futuro. Como una primera aproximación para dar un orden de magnitud del problema de la violencia contra la mujer, estimamos el costo de los homicidios de hombres y mujeres en forma sistemática para 17 países de la región y 6 países desarrollados. Según nuestras estimaciones los costos de los homicidios femeninos ascienden al 0,011% del PIB para la región. Este costo es casi el triple que para Francia, Canadá o Alemania y casi un 60% mayor del costo en los Estados Unidos o en el Reino Unido. Las cifras muestran que la región está más afectada por la violencia contra las mujeres que los países desarrollados. Es importante notar que estos costos no se refieren necesariamente a femicidios porque no todos los homicidios femeninos son cometidos debido al sesgo de género. Es difícil definir cuáles son femicidios ya que no todos los países tienen la figura legal de femicidio ni la información estadística al respecto.
Pero aún hay que considerar más costos. Uno de los grandes retos es medir los costos indirectos de la violencia en una región que tiene más homicidios y más robos violentos que otras. Los estudios indican que hay un fuerte impacto sobre la salud de la mujer, la salud de sus hijos, y con efectos en el campo laboral.
IMPACTO SOBRE LA SALUD: El estudio García-Moreno (2013) realiza un meta-análisis del efecto de la violencia doméstica en una serie de aspectos de la salud de la mujer. El estudio señala que las mujeres que sufren violencia de pareja tienen 1,5 veces más probabilidades de contraer VIH y 1,6 veces más probabilidades de tener sífilis en comparación con las mujeres que no la sufren. El mismo documento también encuentra una fuerte evidencia de que las mujeres con antecedentes de violencia de pareja tienen el doble de probabilidades de reportar haber tenido un aborto inducido y tienen más del doble de probabilidades de experimentar depresión.
IMPACTO SOBRE LA SALUD DE LOS NIÑOS: Muchos estudios buscan comprender el impacto de la violencia doméstica contra las madres en los indicadores salud de los niños. Aizer (2011) analiza el impacto de la violencia doméstica durante el embarazo sobre el peso al nacer, aprovechando la variación en la aplicación de las leyes contra la violencia doméstica para su identificación. Así, encuentra que la hospitalización por agresión o maltrato durante el embarazo reduce el peso al nacer en 163 gramos. García-Moreno (2013) también concluye que las mujeres que sufren violencia de su pareja íntima son 16% más propensas a tener un bebé de bajo peso al nacer. Agüero (2013) utiliza la expansión de centros públicos que brindan atención y previenen la violencia doméstica como experimento natural en Perú para explorar el impacto de la violencia doméstica en los indicadores de salud infantil. De este modo, observa que los niños cuya madre experimentó violencia doméstica tienen peores indicadores de salud. Por ejemplo, son 15 puntos porcentuales más propensos a tener diarrea, y este resultado disminuye con el nivel de estudios de la madre en 0,6 puntos porcentuales por año de escolaridad. En cuanto a otros efectos de la violencia contra la mujer en los niños, hay evidencia de que las hijas tienen más probabilidades de ser abusadas por sus parejas y los hijos son más propensos a convertirse en abusadores (Hindin et al, 2008). También tienden a mostrar un bajo rendimiento escolar (Morrison y Biehl, 1999).
IMPACTO LABORAL: Según Bowlus y Seitz (2006), las mujeres maltratadas tienen más probabilidades de divorciarse y menos posibilidades de conseguir un empleo. Para el caso de Colombia, Ribero y Sánchez (2005) observan que las mujeres que sufren violencia severa ganan un 40% menos en ingresos mensuales que las mujeres no abusadas.
El artículo es un extracto de una serie basada en el libro Los Costos del Crimen y de la Violencia: Nueva Evidencia y Hallazgos en América Latina y el Caribe |
Opciones para gobiernos
Dadas todas sus consecuencias para la sociedad, es fundamental que el sector público implemente políticas para detener la violencia contra la mujer. Por ejemplo, las leyes que tratan a los agresores de una manera diferente de otro tipo de agresores pueden ser útiles. Cerqueira et al. (2015) evalúan el efecto de la ley Maria da Penha sobre la violencia contra la mujer en Brasil (más sobre esta ley en esta entrada anterior), y comprueban que la ley tuvo un efecto estadísticamente significativo en la disminución de los homicidios relacionados con el género. Las políticas públicas que buscan reducir la desigualdad de género en otros aspectos también parecen funcionar para prevenir la violencia contra la mujer. Según Aizer (2010), una menor brecha salarial de género explica el 9% de la disminución de la violencia doméstica entre 1990 y 2003 en Estados Unidos. Existe evidencia de que las políticas de transferencias condicionadas también pueden reducir la violencia contra la mujer. Hidrobo y Fernald (2013) evalúan un experimento aleatorizado de estas transferencias en Ecuador, y observan que este tipo de política tiene un efecto positivo en la reducción de la violencia contra la mujer y este efecto es superior cuando la mujer tiene un mayor nivel de estudios, aunque todavía es un tema controversial y se debe estudiar cómo afecta las relaciones al interior del hogar.
Todos estos resultados nos indican que los impactos son duros y preocupantes, y los costos de la violencia contra la mujer tienen efectos inter-generacionales que afectarán el desarrollo humano y el desarrollo de los países en el presente y el futuro. Además los datos preliminares que tenemos con la escasa información disponible muestran que la situación de la región es peor que la de otras regiones. Es urgente la tarea de los gobiernos de prevenir y combatir la violencia contra la mujer.
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Foto: Flickr CC Daniela Brown
Juan Manuel Suazo Dice
Leia el dia de ayer el diario El Heraldo que lo que va del año 2017 se han registrado 62 muestes trajicas de distinta indole en contra de las mujeres. La droga y su comeriacilizacion es un factor relevante para que eso suceda. Me gustaria que hicieras un analisis sobre los efectos de la comercilizacion y uso de la droga sobre los ataques sobre las damas en mi pais Honduras. Considero que el tema sobre el costo de la violencia en contra mujer es pertinente. Te pido permiso para replicarlo de forma completa en un espacio que tenemos en un diario.Logico debo señalar tu autoria exclusiva. Saludos.
Patricia Brenes Navarro Dice
El abordaje técnico a este tema, sin amarillismo, con investigaciones deja ver un trato del mayor nivel que se puede esperar. También se siente un poco de oxigeno cuando autoridades mundiales se ocupan de su seguimiento a fin de evidenciar su complejidad y encontrar formas para combatirlo.
Caracterizarlo como lo hacen en este artículo no es cosa fácil, es el resultado de muchas investigaciones.
Ahora el mayor aporte es llevarlo a políticas públicas concretas sujetas a las condiciones de cada nación.
Claudia Patricia Avendaño Santana Dice
Mi hija María Claudia Castaño Avendaño, fue asesinada por su esposo Julio Velez, en la ciudad de Cúcuta, Colombia. Luego de 7 años de jiuicio se llegó al fallo condenatorio de 37 años y medio, como el homicidio fue cometido en el año 2010, anterior a la Ley Rosa Elvira Cely creada para castigar más fuertemente el feminicidio, esta no lo cobijo y por no tener antecedentes penales, le fue impuesta esa pena. Me gustaría q en Colombia no hubiese ningún beneficio para los homicidas y q se realizará una investigación a fondo sobre las consecuencias de estos crímenes, pues dejan devastadas a familias enteras. Muchas gracias, espero alguna respuesta.