Por Dino Caprirolo y Laura Jaitman
Esta semana se llevó a cabo el 10mo Encuentro del Foro Brasilero de Seguridad Publica (Fórum Brasileiro de Segurança Pública). Es un espacio que reúne a la sociedad civil, académicos, políticos y al sector privado para promover la transparencia en la actividad policial y la gestión de la seguridad en Brasil.
El tópico central del Encuentro es la violencia contra la mujer al cumplirse 10 años de la Ley 11.340/2006, popularmente conocida como Ley Maria da Penha.
El BID participó del Foro en paneles sobre los costos socio-económicos del crimen y los costos de la violencia contra la mujer. Antes de empezar nuestra presentación en el panel de costos del crimen, vimos entrar en el auditorio a una mujer en silla de ruedas. Ella quedó parapléjica de por vida hace más de tres décadas en el primer intento de homicidio por parte de su marido y padre de 3 hijas. En esa ocasión le disparó en la espalda mientras dormía simulando un asalto, en el siguiente intento trató de electrocutarla a dos semanas de regresar del hospital. Ella lo denunció y por casi 20 años trató de llevarlo. El agresor fue encontrado culpable en dos ocasiones pero quedó en libertad tras apelar. No se dio por vencida y llevó su reclamo de justicia a la Organización de los Estados Americanos.
En 2002 el agresor fue sentenciado a 8 años de prisión pero estuvo sólo un año preso. Ella siguió batallando por cambios en la Ley. En Brasil no había legislación para la violencia doméstica, ni lugares a donde las víctimas pudieran acudir.
Finalmente en 2006 la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable del hecho al Gobierno de Brasil por no haber tomado medidas efectivas para enjuiciar y sentenciar a los perpetradores de violencia doméstica. Como respuesta el gobierno brasileño promulgó en 2006 una ley bajo el simbólico nombre de “Ley Maria da Penha sobre Violencia Doméstica y Familiar¨. Esta señora en silla de ruedas que nos honró con su presencia en nuestras presentaciones en el Foro Brasileiro de Seguridad Pública, que cambió la legislación de Brasil y de varios países de la región es Maria da Penha.
La Ley María da Penha
Esta ley abarca la previsión de implementación de políticas para cohibir la violencia doméstica y familiar contra mujeres. Es la primera vez que la violencia doméstica y familiar se tipifica como un crimen y una violación de los derechos humanos en la legislación brasileña. Se define a la violencia doméstica y familiar como cualquier acción u omisión basada en el género que le cause muerte, lesión, sufrimiento físico, sexual o psicológico, y daño moral o patrimonial a las mujeres. Esto incluye tanto el ámbito de la unidad doméstica definido como el espacio de convivencia permanente, así como el ámbito de la familia entendida como la comunidad formada por individuos que tienen ese vínculo y en cualquier relación íntima de afecto independientemente de la convivencia.
La Ley María da Penha establece tribunales especiales y condenas más estrictas para los agresores, pero también una multiplicidad de instrumentos de prevención y atención a la víctimas. Entre las actividades de prevención se prevé incorporar la temática en los currículos de las escuelas, en los medios de comunicación, la realización de campañas, investigaciones y recolección de datos. Se establece la implementación de atención policial especializada para las mujeres, en particular en las Comisarías de la Mujer, y en otros hogares y centros de auxilio. Se prevé la capacitación de las fuerzas de seguridad para atender estos casos y la coordinación entre el Poder Judicial, el Ministerio Público, y las áreas de seguridad, asistencia social, salud, ecuación, trabajo y vivienda.
Hoy el 98% de las mujeres conocen la Ley en Brasil y de acuerdo a María de Penha muchas manifiestan haber sido salvadas por la misma. Sin embargo, el problema de la violencia doméstica y, más ampliamente, de la violencia contra la mujer sigue siendo grave en Brasil. Se debatió también en el Foro Brasilero de Seguridad Pública los desafíos en la implementación de la Ley que ha sido desigual. Las ciudades más grandes cuentan con mejores servicios pero en el interior queda mucho camino por recorrer.
La violencia contra la mujer en Brasil en cifras
Se dio a conocer esta semana un estudio del Foro con Datafolha que encuestó a 3,625 personas de 217 ciudades por todo Brasil el mes pasado sobre la situación de violencia de género, con resultados impactantes:
-30% de los encuestados cree que la víctima tuvo la culpa.
-65% de los brasileños temen sufrir algún tipo de violencia sexual. El temor es más grande en las mujeres: 85% teme sufrir violencia sexual.
-La mitad de los encuestados no cree que la policía esté preparada para atender a las mujeres víctimas de violencia sexual.
De acuerdo con el “Mapa de la Violencia 2015: Homicidios de Mujeres de Brasil”, entre 1980 y 2006 antes de que la ley fuera sancionada, el crecimiento del número de homicidios fue de 7,6% al año. Con la vigencia de la ley, el crecimiento del número de esos homicidios cayó a 2,6% al año. El crecimiento, sin embargo, aún se mantuvo, especialmente para las mujeres afrodescendientes. Apenas en cinco estados fueron registrados caídas en las tasas: Rondônia, Espírito Santo, Pernambuco, São Paulo y Rio de Janeiro. Según un estudio de IPEA, la ley ha ayudado a desacelerar el crecimiento de los homicidios de mujeres ocurridos dentro de la residencia en comparación con los de hombres. Sin embargo, el estudio muestra grandes disparidades en la implementación de la ley en el país. Por la no disponibilidad de datos, el estudio no evalúa el efecto de ley sobre la violencia no letal, que es el principal foco de la ley.
La tasa de homicidios con víctimas mujeres en 2013 fue de 4,8 homicidios por 100,000 mujeres, casi el triple de la tasa media internacional, lo que ubica a Brasil en el quinto país del mundo en tasa de homicidios en una muestra de 83 países de la OMS. Solo en 2013 fueron asesinadas 4.762 mujeres lo que implica que 44% del total de municipios de los países vieron reducido su número de mujeres.
Los homicidios con víctimas mujeres no son necesariamente feminicidios. Recién en 2015 se promulgó la Ley de Femicidio 13.104/2015, que establece que los homicidios cuya razón son la condición de sexo femenino y deben tener otro tratamiento en la justicia.
De los 4.762 homicidios de mujeres registrados en 2014, la mitad fue perpetrado por un familiar de la víctima, lo cual representa 7 feminicidios diarios. Un tercio de los homicidios fue perpetrado por la pareja o ex pareja de la víctima.
En el BID estamos muy comprometidos con la agenda de prevención y reducción de la violencia contra la mujer. Por un lado fomentamos la generación y recolección de información sobre esta violencia silenciosa y la generación de conocimiento sobre esta temática. Por otro lado tenemos en cuenta la dimensión de género en nuestros programas de seguridad ciudadana y también trabajamos con los gobiernos en programas específicos para mejorar los servicios a las víctimas y el tratamiento a los agresores.
Sebastian Galiani Dice
Si están tan comprometidos, ¿por qué no han publicado aun este estudio que es por lejos lo mejor que han hecho sobre el tema?
http://focoeconomico.org/2016/04/30/la-violencia-de-genero-en-el-transporte-publico-la-experiencia-de-america-latina/
MAXIMO Dice
ME PARECE QUE REDUCIR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER A UNA CUESTIÓN DE GENERO NO ES LO MAS ADECUADO, PUES NO ATACA EL PROBLEMA DIRECTAMENTE, COMO SERÍA UN ENFOQUE DE PAZ. INDIVIDUAL…..PORQUE UNA PERSONA CON PAZ INDIVIDUAL DIFÍCILMENTE PUEDA TENER UNA ACTITUD VIOLENTA, POR TANTO DEJA DE EXISTIR ESTA CONDICIÓN……