Por Elsie M. Taveras y Gareth Marshall
Siempre hay un vecino que lo hace bien. En poblaciones o en circunstancias de alto riesgo, siempre hay individuos que logran vencer las dificultades. Estos individuos capaces de adaptarse han desarrollado estrategias para interactuar con los mecanismos y el contexto que influyen en su entorno sanitario, y conquistarlos. Identificar estos individuos descubrir y aprender cómo fueron capaces de vencer las circunstancias adversas es la clave de un nuevo enfoque llamado desviación positiva.
La desviación positiva –o un enfoque en los valores atípicos positivos– primero reconoce a los individuos que dentro de una comunidad llevan a cabo las mejores prácticas frente a determinado problema y, como segundo paso, disemina dichas prácticas al resto, gastando sabiamente los recursos y operando a través de la infraestructura social y cultural existente.
Las investigaciones evidencian que el modelo de desviación positiva ha mostrado resultados alentadores ante diversos problemas que van desde dejar de fumar hasta controlar la desnutrición o la fibrosis quística. En cada caso, se identificó a individuos exitosos entre los grupos de alto riesgo, y se estudió qué los hace tan exitosos. Estos mismos individuos participaron luego en grupos de asistencia entre pares y otros métodos de diseminación colaborativa, así mejoró la difusión de las mejores prácticas dentro de cada comunidad.
Hoy el gran desafío es el problema de la obesidad infantil, sujeto aún a disparidades raciales y socioeconómicas. Pese a las recientes mejoras en otros grupos, entre los pobres y las minorías étnicas persisten las altas tasas de obesidad infantil. El problema tiene que ver con la actividad física y la alimentación, con los valores culturales fundamentales y, a su vez, atañe a las apreciaciones y percepciones sobre la salud. Tiene que ver prácticamente con todo y por esto es un tema tan difícil de tratar.
El año pasado realizamos un estudio con métodos de desviación positiva para buscar soluciones a la obesidad infantil en algunas áreas de Boston, EE.UU. Invitamos a padres cuyos hijos habían llegado a un peso más saludable a participar en un grupo focal y contar a otros padres de la comunidad y a nosotros mismos cómo fueron capaces de lograr estos resultados. No pueden imaginar la felicidad de los padres, tomaban notas e intercambiaban sonrisas diciendo “yo también hago eso” o “es una gran idea, ¡me la voy a robar!”.
Una verdadera fortaleza del enfoque de desviación positiva es que no aborda los problemas con nociones preconcebidas y, en vez de mirarlos negativamente y enfocarse en los malos resultados en materia de salud, la desviación positiva se concentra en el éxito y en un positivismo que se vuelve tangible cuando los desviantes positivos comienzan a compartir entre sí.
Las técnicas para encontrar e identificar estos valores atípicos evolucionarán para ser más sofisticadas y robustas. Pero todo vuelve a ser una cuestión de sentido común. Al encarar problemas que son de difícil solución y que abarcan ecosistemas culturales complejos y desafiantes, probablemente podríamos aprender algo o mucho de los pocos que han logrado navegar con éxito en esos entornos.
La próxima vez que vea a un paciente o a un amigo que ha hecho algo excepcional pese a la adversidad de las circunstancias, tómese un segundo para pensar en cómo lo lograron o, mejor aún, pregúnteles cómo lo hicieron. Es posible que también usted pueda convertirse en un desviante positivo.
Elsie M. Taveras, MD, MPH es profesora de pediatría y medicina poblacional en Harvard; jefa de la División de Pediatría General y Directora de la Administración de Medicina Poblacional Pediatrica en el Massachusetts General Hospital.
Gareth Marshall es investigador asociado en el departamento de Medicina Poblacional de Harvard. Su investigación se centra en la exploración de nuevos enfoques para entender la obesidad infantil.
Cuitlahuac Oviedo Puente dice
Excelente artículo, me ha ayudado a tener mejores ideas para resolver problemas.
Diana Chabolla dice
Me encantó la propuesta y el blog, tengo un niño de casi 4 años y estamos interesadas un grupo de madres en la resolución de temas de esta índole, felicidades por este artículo… vamos a dar difusión porque esto es lo que se necesita para sensibilizarnos de situaciones reales para nuestra sociedad tan acelerada.