La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático – COP28 fue testigo de importantes avances en la transición verde. Sin embargo, también contribuyó a dar forma a la agenda climática de otras maneras, como el reconocimiento de la política de salud como un área crítica que abordar en relación con el cambio climático. Por primera vez se reconoció un día de la salud, en el que los líderes hicieron hincapié en la importancia de proteger a las personas del impacto del cambio climático en la salud y los servicios sanitarios y de minimizar la huella de carbono del sector. En este post, compartimos algunos puntos clave de estos debates.
El cambio climático es una de las amenazas sanitarias más fuertes del siglo. Un reciente informe del BID describe el efecto del cambio climático en la salud, centrándose en América Latina y el Caribe, y lo que debe hacerse para minimizar los impactos y reducir la huella de carbono del sector de la salud.
Retos: salud y cambio climático
El cambio climático plantea tres retos principales a los sistemas de salud. El primero es responder a sus efectos sobre la salud de la población. El cambio climático provoca tormentas, sequías, inundaciones, incendios forestales y olas de calor que causan directamente lesiones, enfermedades respiratorias, enfermedades transmitidas por vectores, deterioro de enfermedades crónicas y problemas de salud mental, entre otros problemas de salud. El clima afecta a los niveles de contaminación del aire, el suelo y el agua, lo que repercute indirectamente en la salud de las personas.
Se ha estimado que hubo más de 200.000 muertes en exceso en la región relacionadas con temperaturas extremas entre 2000 y 2019; además, algunos científicos estiman que la crisis climática puede causar 250.000 muertes anuales adicionales en todo el mundo entre 2030 y 2050. Según la Organización Meteorológica Mundial, los fenómenos climáticos extremos se han multiplicado por cinco entre 1970 y 2019, siendo nuestra región especialmente vulnerable, al haber sufrido 1.347 catástrofes entre 2000 y 2022 (el 91% de ellas atribuidas al cambio climático). En otras palabras, el cambio climático está poniendo en peligro la salud y el bienestar, y la amenaza es especialmente grave entre los grupos más vulnerables: comunidades rurales e indígenas, niños y ancianos, mujeres, minorías étnicas y personas con discapacidad.
El segundo reto es mantener operativos a los servicios de salud ante fenómenos meteorológicos extremos, que pueden dañar las instalaciones y causar interrupciones de los servicios. Según la CEPAL, entre 2007 y 2017, alrededor de 24 millones de personas en la región estuvieron sin atención médica durante meses debido a estos fenómenos extremos. En el Grupo BID, nuestras inversiones en infraestructuras sanitarias se someten a un exhaustivo análisis de adaptación para garantizar que las instalaciones y los equipos puedan resistir y seguir funcionando bajo fenómenos meteorológicos extremos.
Durante la COP28, coorganizamos una mesa redonda con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y ministros de salud de América Latina y el Caribe para debatir cómo mejorar la resiliencia de los sistemas de salud. La OPS presentó un beneficioso marco operativo para construir un sistema de salud resiliente al clima que pueda reducir los efectos del cambio climático y mantener en funcionamiento los servicios incluso en condiciones extremas. Las seis áreas de este marco incluyen (i) sistemas de información sanitaria que refuercen la inteligencia para comprender los efectos del cambio climático en la salud, realizar investigaciones a largo plazo y proporcionar alertas tempranas; (ii) mejorar la prestación de servicios con una mayor capacidad para responder a los efectos del cambio climático (gestión de los determinantes medioambientales de la salud, programas de salud informados por el clima y preparación y gestión de emergencias); (iii) crear productos, tecnologías e infraestructuras médicas sostenibles y resistentes al clima; (iv) aumentar la resistencia al clima del personal sanitario; (v) financiación sanitaria y climática; y (vi) reforzar el liderazgo y la gobernanza en la respuesta al cambio climático.
Una de las principales conclusiones de este debate es que todos los países de la región deben dar prioridad al fortalecimiento o desarrollo de planes nacionales sólidos de adaptación y mitigación sanitaria que sean operativos y rentables. Algunos países ya lo han hecho, otros están en el proceso, y muchos todavía tienen que iniciar.
El tercer reto es reducir la huella de carbono del propio sector de salud. Según un estudio reciente de Health Care Without Harm, el sector es responsable del 4,4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).
Acciones del Grupo BID frente al cambio climático
El Grupo BID está apoyando los esfuerzos de mitigación de los países en salud centrándose en cuatro áreas. En primer lugar, la promoción de métodos sostenibles de construcción ecológica para reducir las emisiones y los costes durante la construcción, el funcionamiento y el mantenimiento. En segundo lugar, la adquisición de equipos médicos de bajo consumo energético. En tercer lugar, la optimización de los servicios de apoyo (como bancos de sangre y laboratorios) y la mejora de la eficiencia logística de las operaciones de los servicios de salud; y, en cuarto lugar, la ampliación de los servicios de salud digitales.
Estamos listos para colaborar con socios y países para hacer frente a estos retos: la colaboración es un valor fundamental. Como parte del Grupo de Trabajo del Banco de Desarrollo para la Financiación del Clima y la Salud, el BID respalda plenamente la Hoja de Ruta Conjunta para la Acción y trabaja con países de América Latina y el Caribe para hacer frente a los impactos directos del cambio climático sobre la salud.
La COP28 fue testigo de un saludable debate sobre el sector salud en la agenda climática. Ahora, todos debemos poner de nuestra parte para garantizar un futuro resiliente y sostenible para los sistemas de salud y promover los beneficios conjuntos de las intervenciones intersectoriales, de modo que estemos preparados para proteger la salud de las personas frente al cambio climático: el momento de actuar es ahora.
Moises Amaro dice
Este es un tema muy interesante en el cual queda mucho por hacer pero creo que lo primero que,se debe hacer es crear condiciones que garanticen el acceso a la salud de muchas personas que en nuestra región no lo tienen, eso es primordial. Otro asunto es la creación de políticas nacionales para el enfrentamiento a epidemias y a eventos naturales que afecten a la población más pobre que generalmente viven en áreas de riesgo.
HECTOR ARNALDO DURAN GOMEZ dice
en la medida que incorporemos datos de daños a la salud relacionados con el cambio climatico, podemosmostrar las deficiencias y cararencias regionales, como en esta temporada de febrero y marzo en que la acomodación de la tierra a nuevos ciclos dejando atras el invierno, podemos observasr que la sequia y los intensos vientos provocan problemas de salud como la conjuntivitis y las diarreas propias de circunstancias insaslubres y falta de aguan potsble y deficiente disposición de excretas.
MSc. Guadalupe Rodríguez dice
La variabilidad climática ejerce su impacto negativo en la salud, dado que como en Nicaragua por las dos estaciones (Invierno – Verano), las enfermedades se incrementan sea por exceso de lluvia o déficit de ésta; de tal manera que por ello aparecen las afecciones del sistema respiratorio o del sistema digestivo.
Lourdes dice
Es un tema apasionante en el que deberíamos involucrarnos toda la sociedad. La salud de la ciudadanía es el tema de mayor importancia y en el que se debería invertir para encontrar nuevas fórmulas.
El cambio climático es una realidad de la que no deberíamos prestar la debida atención y los gobiernos deberían incrementar las partidas dedicadas al estudio y desarrollo.