Ya son más de 17 países en Latinoamérica y el Caribe que están utilizando algún elemento de la Financiación Basada en Resultados, y el BID se ha convertido en un socio para los países de la región en entender cuándo y cómo utilizar esta herramienta.
Avnish Gungadurdoss, fundador y gerente general de Instiglio, entrevistó a Benigno López, Vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, sobre el involucramiento del BID en Financiación Basada en Resultado y a continuación puedes leer la conversación .
Hemos visto en las últimas décadas que cada año más gobiernos están innovando en la manera en que ejecutan sus presupuestos, utilizando la financiación basada en resultados para incrementar sustancialmente su impacto. En los últimos años el BID también está tomando un rol de liderazgo en este sentido. ¿Benigno, a qué se debe esto?
Antes de la pandemia, nuestra región ya tenía presupuestos apretados, y las necesidades que surgieron durante la pandemia han exacerbado el problema. Por lo tanto, ahora más que nunca, es fundamental asegurar que cada dólar, cada peso que se invierte en la región, tenga el mayor impacto posible.
La financiación basada en resultados nos permite ser más flexibles con nuestras contrapartes al desembolsar por resultados y no por actividades específicas. También nos ayuda a crear una visión común sobre a dónde queremos llegar con programas de desarrollo y alinear a actores de diferentes sectores con una meta común.
Nosotros hemos trabajado de cerca con el BID Lab en Colombia en la creación del ecosistema de financiación basada en resultados en el país. Juntos trabajamos con el gobierno en el lanzamiento y la implementación de varios bonos de impacto social y en la creación del Fondo Nacional de Pago por Resultados. En todo esto, el grupo BID ha jugado un rol catalítico. ¿De qué otras maneras está el BID utilizando la financiación basada en resultados para innovar?
Bueno, además del trabajo en Colombia, el BID Lab también ha sido líder en crear ecosistemas de financiación basada en resultados en Argentina, Brasil, Chile y México. Varios sectores del BID también han explorado maneras innovadoras para utilizar la financiación basada en resultados. La Iniciativa Salud Mesoamérica, lanzada en el 2009, fue un primer ejemplo de cómo el BID puede aliarse con donantes, en este caso la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto para la Salud Carlos Slim y el gobierno de España, para crear instrumentos de blended finance que incluyen un préstamo en adición a una donación atada a resultados.
Hoy en día la División de Educación está buscando replicar esta experiencia con la Iniciativa Educación Mesoamérica. Igualmente, la División de Agua y Saneamiento está buscando maneras de incorporar la Financiación Basada en Resultados en su gestión y el año pasado publicó con Instiglio una “Guía práctica de financiación basada en resultados en el sector de agua y saneamiento”.
En el 2016 arrancamos con un nuevo instrumento de préstamos basados en resultados, en el cual los desembolsos están directamente atados a resultados medibles. Este instrumento lo diseñamos con el propósito de ayudar a los países a mejorar el diseño y la implementación de sus propios programas de desarrollo para lograr resultados duraderos. Hoy en día ya hemos lanzado nueve préstamos en seis países en sectores como comercio, desarrollo rural, salud y educación.
Hemos visto cómo varios países utilizan la financiación basada en resultados para incrementar el impacto de sus programas. Entonces surge la duda ¿Por qué no se está haciendo más de esto? ¿Cuáles son los principales retos, en particular para los gobiernos, para innovar de esta manera?
Lo primero es que innovar en la gestión pública requiere de un champion en el gobierno que esté dispuesto a probar algo nuevo, algo que seguramente no han hecho antes con el propósito de lograr mejores resultados. Esto requiere un liderazgo dispuesto a asumir riesgos. Y estos procesos toman varios años, por lo cual a veces se necesitan varios champions, uno detrás del otro, para que estas iniciativas sobrevivan traspasos de administraciones.
Pero el liderazgo por sí solo no es suficiente. Para emplear la financiación basada en resultados, necesitas capacidad institucional para recoger datos, monitorear el progreso en indicadores y tomar decisiones correctivas. Una de las ventajas de trabajar por resultados es que te obliga a desarrollar estas herramientas y por ello son mecanismos para innovar y mejorar la eficiencia y la eficacia en la gestión pública y mejoran la calidad y equidad de los servicios públicos. Las capacidades que se crean no solo serán útiles para los gobiernos para implementar financiación basada en resultados, sino que serán útiles de una manera mucho más amplia para tener mejor información y gestión del desempeño. La financiación basada en resultados puede utilizarse como el motor que apoya a los gobiernos a fortalecer estas capacidades.
¿Qué le diría a un Ministro de Finanzas interesado en innovar en su gestión con financiación basada en resultados?
Le diría que empiece de una vez, así sea haciendo cambios pequeños en la manera en que se distribuyen recursos entre los ministerios sectoriales, o sea trabajando con un ministerio sectorial en específico, apoyándolo a desarrollar su propia estructura de financiación basada en resultados. Le diría que se puede empezar a pequeña escala, y que de hecho esa es con frecuencia la mejor manera de empezar, para poder iterar sobre el modelo y refinarlo antes de escalarlo en el país. Y que cuenten con nosotros, que el BID está acá para apoyarlos desde la etapa de diseño a la evaluación de resultados. Por último, le diría que invierta en la creación del ecosistema, para comprometer a más actores a invertir en políticas y programas de impacto.
¿Habías escuchado antes de la Financiación Basada en Resultados? ¿De qué otras formas esta herramienta puede mejorar la gestión pública? Compártenos en los comentarios.
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