En el año 2010, la población de migrantes haitianos en Chile era menor a 90 personas. A finales de 2019, este número sobrepasaba los 185 mil, convirtiéndolos en la tercera población migrante más grande de Chile, fenómeno que Álvaro Bellolio (Jefe de Extranjería y Migración en Chile) calificó como “un hecho inédito” en la historia del país.
De esta población, 40% son mujeres que representan a uno de los grupos más vulnerables de la región. A continuación, explicaré tres de los principales factores de su vulnerabilidad, y por qué solucionarlos es clave para que países como Chile eliminen problemas estructurales que afectan a todos sus ciudadanos.
Ser afrodescendiente: discriminación arbitraria por color de piel
La mayoría de la población haitiana es afrodescendiente. Aunque en la región no existen muchas estadísticas raciales y étnicas que permitan entender y afrontar patrones de discriminación, ser afrodescendiente es motivo de vulnerabilidad.
Según una encuesta a inmigrantes haitianos realizada por el Centro Nacional de Estudios Migratorios de la Universidad de Talca, en Chile, un 52% de los haitianos encuestados se siente discriminado, especialmente en el ámbito laboral; y 86% considera que tiene más dificultades que otras nacionalidades para conseguir trabajo. La discriminación racial también afecta a los chilenos. Según la consulta ciudadana sobre la discriminación en Chile, auspiciada por el gobierno de Chile, 21% de los encuestados que admitió haber discriminado a otros, lo hizo motivado por raza.
Ser inmigrante: El impacto de la falta de acceso a servicios básicos
Haití es el país más pobre de América Latina y el Caribe. Al migrar a Chile en busca de oportunidades, las haitianas enfrentan barreras que aumentan su vulnerabilidad. La primera es su pobreza. Esta pobreza las condena a vivir en situaciones de hacinamiento o carencia de vivienda, e incrementa la falta de acceso a servicios básicos. El Ministerio de Salud de Chile admitió que “persisten barreras de acceso y situaciones de discriminación que han sido documentadas, particularmente en personas en situación migratoria irregular”, lo cual ha motivado su trabajo en pro de esta población. El impacto del acceso a salud para migrantes también ha sido documentado por el BID.
Las migrantes haitianas también enfrentan la barrera del idioma. Aunque hablan predominantemente francés, creole y/o inglés, el poco dominio del español les hace más difícil encontrar trabajo y acceder a servicios. No hablar español, por ejemplo, podría suponer trabas administrativas que retrasen la atención de embarazadas que requieran asistencia urgente.
Ser mujer: vulnerabilidad a violencia y trata de personas
Aunque son muchos los países de América Latina y el Caribe que han avanzado hacia la igualdad de género, aún es mucho lo que queda por hacer. En Chile, 80% de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres, y a julio 2020 ya se registraban 20 femicidios consumados y 64 frustrados.
Por su condición de migrantes, las haitianas en Chile no sólo son más propensas a ser víctimas de tráfico o abuso físico y sexual durante y después de su trayecto migratorio, sino también a la misma violencia intrafamiliar que afecta a mujeres chilenas en sus comunidades. Muchos de estos casos han sido documentados.
La vulnerabilidad causada por la discriminación de raza, género, y pobreza (falta de acceso a servicios básicos) es un reto al que no sólo se enfrentan las haitianas en Chile, sino también muchos chilenos. Estos problemas son síntomas de fallas estructurales que el gobierno de Chile está trabajando para resolver, no sólo por el bienestar de las migrantes en busca de una mejor vida, sino de toda la sociedad chilena.
El eslabón más vulnerable de nuestra región debería importarnos a todos, porque en su inclusión y en la identificación de sus factores de vulnerabilidad está la solución a múltiples fallas que debemos resolver para que nuestras sociedades continúen desarrollándose.
Altagracia dice
Las mujeres de por sí son discriminadas y tienen mayor vulnerabilidad cuando son migrantes.
Cada día más las mujeres debemos estar concientes de la importancia que tiene prepararnos para enfrentar las desventajas que representa estar en una sociedad consumista de la desdicha de las demás personas migrantes o no.
Mauricio Azálgara dice
En mi opinión, los factores expuestos son bastante acertados; no obstante, téngase en consideración que en mi caso particular no cuento con una suficiente involucración a la realidad de Haití. Dado lo expuesto en el artículo, pienso que como factor relevante se estaría excluyendo como factor la participación de los migrantes o su nivel de involucración y/o afectación en cuanto al terremoto acontecido en el año 2010. Dada la omisión del factor expuesto, se sugiere precisar por qué se excluye aquella variable social o en su defecto si se ve por conveniente incluir el factor omiso.
Fernando dice
Leí con atención la exposición, pero hay algunos aspectos que llaman mi atención. Yo vivo en el sur de Chile, y no he visto que tengan dificultad para acceder a los servicios básicos, si es que por ello se refieren a la atención en los servicios de salud; en cosa de ver en las salas de espera de un hospital público y hay más personas de otros países que chilenos(as).
Chile es un país pobre, que tiene deficiencias en muchos aspectos: vivienda, prestaciones de salud, pensiones dignas, trabajo, educación de calidad, etc.
Pienso, que cuando inmigrantes de varios otros países eligieron Chile como destino para obtener un mejor nivel de vida, ¡alguien les creó falsas expectativas! y cuando llegaron acá, se encontraron con la cruda realidad, y están inmersos en problemas en lo cuales también está una buena parte de la población chilena. ¡Vamos! ¡Son conciudadanos nuestros que han trabajado desde siempre, han pagado sus impuestos en cada día que laboran y subsisten en este país! y… aún no lograr despegar de una situación que les mantiene en un nivel socio-económico desfavorable ¿por que debieran creer que los inmigrantes a solo 1 o 2 años de llegar a Chile, casi mágicamente su situación podría cambiar? Yo creo que eso es una ilusión -legítima, pero una ilusión-, que nace de los problemas generados en los países de donde proceden.
Hay una serie de otras situaciones que se pueden apreciar día a día, y que ocurren en los trabajos informales y que no tienen nada que ver con un “racismo”; me refiero a los cuidadores de autos, las ventas del comercio informal, etc. Desde siempre, quienes practican este tipo de labores (por las situaciones que sean), han defendido sus espacios utilizando para ello -incluso- la violencia, y no es de extrañar que también la utilicen para con los extranjeros. Cuando digo “desde siempre” estoy haciendo memoria desde más de 40 años atrás…, no es nuevo, no es racismo, es sencillamente que se ven tocados y afectados en lo que constituye sus ingresos y por ende, su supervivencia.
Marisa dice
Chile modificó Ley Migratoria.
El trámite es 100% virtual.
Tardan meses o años en otorgar permiso para trabajar y al carecer de número de Rut no puedes trabajar ni abrir cuentas bancarias. Es más fácil ingresar irregularmente y te facilitan todo.