América Latina y el Caribe atraviesa el proceso migratorio más grande de su historia. La llegada masiva y repentina de migrantes a la mayoría de los países de la región ha llevado a las comunidades receptoras a formular políticas y tomar medidas para integrarlos en la vida social económica de sus comunidades.
En esta publicación encontrarás información sobre lo que representan las personas migrantes numéricamente, las características demográficas y socioeconómicas de la población migrante de América Latina y el Caribe, así como un análisis del panorama que enfrentan actualmente.
¿Qué es la migración?
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la migración puede definirse como el “cambio de residencia que implica el traspaso de algún límite geográfico o administrativo debidamente definido”. Es decir, se trata del movimiento de personas hacia provincias, estados o países distintos a su lugar de origen.
La migración ha formado parte del contexto de los países de América Latina y el Caribe (ALC) a lo largo de su historia por múltiples razones. La búsqueda de nuevas oportunidades, los desastres naturales, conflictos políticos y sociales y la reunificación familiar han llevado a que la población latinoamericana se traslade entre países en busca de nuevas oportunidades para sí misma y sus familias.
Para comprender mejor las características de la integración socioeconómica de la población migrante en América Latina y el Caribe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han trabajado en conjunto para llevar a cabo el estudio “En qué situación están los migrantes en América Latina y el Caribe: mapeo de la integración socioeconómica”. En este, se analizaron las características de la población migrante en 12 países de ALC en base a 41 indicadores socioeconómicos.
En el periodo de 10 años comprendido entre 2010 y 2020, de acuerdo con datos de UNDESA disponibles en DataMIG, la población migrante en América Latina y el Caribe se casi duplicó pasando de 8,3 millones a 14,8 millones de personas. Casi un sexto de esta población vive en Argentina seguida por Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, que albergan a más de un millón de inmigrantes cada uno.
Tamaño de la población inmigrante por país, 2020.
El crecimiento de la población migrante en este período se evidenció en casi todos los países de ALC, excepto en Paraguay, donde esta población disminuyó discretamente. Los países con incrementos más marcados fueron Colombia, Perú y Chile, debido a la gran cantidad de migrantes venezolanos que recibieron.
¿Cómo se clasifica la migración?
La migración se puede clasificar en dos categorías principales: la migración interna y la migración internacional. De acuerdo al CEPAL, la migración interna se refiere al movimiento de personas entre las divisiones administrativas de un mismo país, sin salir de sus fronteras.
Por otro lado, la migración internacional implica el desplazamiento de personas entre las fronteras de diferentes países. Cuando esto ocurre, el principal país de origen de los migrantes es alguno de los países limítrofes. Por ejemplo, el principal país de origen de los inmigrantes que viven en la República Dominicana es Haití; el de aquellos que viven en Costa Rica es Nicaragua, y en el caso de Argentina, es Paraguay.
Sin embargo, algunos países son la excepción a esta regla. En Chile y Perú, la mayoría de los inmigrantes provienen de Venezuela. Esto hace de las personas venezolanas la mayor proporción de extranjeros en 4 países: Colombia, Perú, Chile y Brasil. A nivel regional, la población venezolana representa en promedio el 30% de la población migrante de los 13 países analizados en este trabajo.
Principales tres países de nacimiento de la población extranjera que vive en ALC, 2020
¿Qué es un migrante?
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), podemos definir migrante como “toda persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de manera temporal o permanente, y por diversas razones”. Este término puede incluir a los estudiantes internacionales, los trabajadores migrantes, quienes son desplazados de sus ciudades por conflictos sociopolíticos o económicos, e incluso a las personas objeto de tráfico.
Se estima que, para el 2020, en el mundo había alrededor de 281 millones de migrantes internacionales, lo que equivale al 3,6 % de la población mundial para ese momento, o a 1 de cada 30 personas.
Características de la población migrante
Composición etaria
En ALC, la mayoría de los migrantes se encuentran en edades productivas (entre los 15 y 64 años), llegando a participar en las actividades productivas en mayor proporción que los nativos (72 % y 65 % respectivamente).
Grupos etarios en porcentaje de la población de entre 15 y 64 años, 2021 o año más reciente
Coincidentemente, la mayor proporción de extranjeros corresponde al grupo etario de máxima actividad laboral (entre 25 y 39 años), representando más del 30 %, seguidos por quienes se encuentran entre los 40 y 54 años (alrededor del 20 %).
Condiciones de vida
Existen diferentes formas de evaluar las condiciones de vida de las personas. Una de las más frecuentes tiene que ver con el nivel de ingresos de las familias. En 7 países de América Latina y el Caribe, las familias migrantes tienen ingresos disponibles más altos que sus pareas nativos. Según el estudio, esos mayores ingresos de los extranjeros se explican, principalmente, por la gran proporción de migrantes con altos niveles educativos.
Esto se ve reflejado en el hecho de que en la mitad de los países de ALC, la mediana de los ingresos de los extranjeros es mayor que la de los nativos, incluyendo países como Panamá, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay. Por otra parte, en Argentina y Ecuador la media de ingresos es muy similar entre extranjeros y nativos, y solo en 3 países (Colombia, la República Dominicana y Trinidad y Tobago) los inmigrantes tienen ingresos familiares que son hasta un 20 % más bajos que los ingresos de los nativos.
En el informe “En qué situación están los migrantes en América Latina y el Caribe” del BID se proporciona una base desde la cuál mediar la evolución de la integración socioeconómica de los migrantes en ALC.
Educación e integración de los jóvenes migrantes
La educación de la población migrante en América Latina y el Caribe presenta una serie de retos, particularmente de infraestructura, que dificultan la integración de los niños y adolescentes inmigrantes. En los 9 países de ALC analizados en este informe, el 86 % de los niños extranjeros de entre 6 y 16 años asisten a la escuela, mientras que entre los niños nativos la escolarización alcanza al 93 %. En la mitad de estos países, las tasas de escolarización de los niños inmigrantes son más bajas que las de sus pares nativos.
Porcentaje de los niños de 6 a 16 años que están escolarizados, 2021 o año más reciente
Estas diferencias en la oportunidad de recibir una educación adecuada entre los inmigrantes y los nativos tiene implicaciones en la vida adulta y en la integración a la vida laboral de esos estudiantes. Dicho de otra manera, no haber recibido una educación apropiada puede afectar negativamente las oportunidades de empleo y la trayectoria de los inmigrantes dentro de su país de destino.
Participación en el mercado de trabajo
En el mundo del trabajo en América Latina y el Caribe, con frecuencia los migrantes se desplazan buscando mejores condiciones de empleo y mejores remuneraciones económicas.
En la mayoría de los países de ALC, los inmigrantes tienen más probabilidades de tener trabajo que los nativos, pero les resulta muy difícil encontrar empleos formales y de calidad. En general, las tasas de empleo de los extranjeros son más altas (69% en promedio) que las de los nativos (66%), lo que implica que los extranjeros tienen una probabilidad discretamente mayor de conseguir trabajo en comparación con los nativos. Sin embargo, los inmigrantes tienen una probabilidad unos 8 puntos porcentuales mayores de tener un trabajo informal que sus pares nativos, lo que implica precariedad salarial e inestabilidad en cuanto a su capacidad de percibir ganancias monetarias.
Diferencias de género
Las mujeres migrantes en América Latina y el Caribe representan el 51% de la población migrante total, de manera similar a las mujeres nativas, que también representan el 51% de la población nativa. Históricamente, los hombres representaban el mayor porcentaje de migrantes, que se iban a trabajar para enviar remesas a sus familias. En la actualidad esto ha cambiado y cada vez es más frecuente que las mujeres migren solas, ya sea para estudiar o trabajar y que lo hagan al frente de sus familias.
En cuanto a su educación, tanto las mujeres migrantes como las nativas tienden a tener niveles educativos más altos que sus contrapartes masculinas. Sin embargo, en todos los países, los varones tienen muchas más probabilidades de tener trabajo que las mujeres. Esto hace que la migración de la mujer sea un desafío más grande, pues es posible que no logre conseguir un medio de sustentación en su país de acogida.
Panorama de la población migrante en América Latina y el Caribe
En 2022, la región contaba con más de 43 millones de latinoamericanos y caribeños viviendo fuera de sus países de origen, y aproximadamente una cuarta parte de ellos se encontraba en otro país dentro de ALC. Este fenómeno se ve agravado por la crisis de desplazamiento más grande en la historia de las Américas: de los casi 8 millones de venezolanas y venezolanos que han dejado su país desde 2015 hasta ahora, el 85% se ha asentado en otro país de la región.
En este contexto, la integración socioeconómica de los inmigrantes es una prioridad cada vez más imperiosa de la agenda de desarrollo y de política regional. Las inequidades entre inmigrantes y nativos llevan a resultados menos favorables para los inmigrantes, y podrían ser un reflejo de la imposibilidad de aprovechar las oportunidades y beneficios que puede brindar la migración.
Para abordar los desafíos que implica la integración de los migrantes en ALC, es esencial contar con datos precisos y actualizados sobre la población migrante, ya que esto permitirá desarrollar políticas públicas más efectivas y respuestas adecuadas para garantizar la integración y el bienestar de los migrantes en esta región.
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