Durante las dos últimas décadas, Corea se ha convertido en uno de los socios asiáticos más dinámicos de América Latina y el Caribe (ALC). El intercambio comercial bilateral se cuadruplicó hasta alcanzar los 43,000 millones de dólares en 2018 y la inversión extranjera directa de ese país en nuestra región ha ido en aumento y se ha diversificado.
De todas las economías asiáticas, Corea es la que tiene la mayor red de tratados de libre comercio con países latinoamericanos, con un total de ocho acuerdos firmados.
Aun con este dinamismo, las oportunidades de la alianza estratégica entre ALC y Corea están lejos de haberse agotado. Los flujos comerciales están muy por debajo del potencial y las empresas tienen una miríada de oportunidades de negocio a su alcance.
De hecho, el comercio entre Corea y ALC está concentrado en pocos países. En 2018, cuatro economías latinoamericanas -Chile, México, Brasil y Perú- acumulaban casi el 90 % de las exportaciones totales de la región a Corea.
Y las exportaciones de ALC a ese país están fuertemente concentradas en productos extractivos, que representaron el 60 % de las exportaciones de 2017, seguidos por los bienes agrícolas (24 %) y las manufacturas industriales (16 %).
Por lo tanto, surge como una prioridad reavivar el comercio y las inversiones entre Corea y ALC a través de una nueva generación de iniciativas de cooperación, según concluye el nuevo estudio del BID Un impulso a la cooperación, alternativas de políticas para América Latina y el Caribe.
Según el informe, de ser implementadas un conjunto de reformas orientadas a reducir los costos comerciales, las exportaciones de ALC a Corea podrían crecer un 43 % respecto a los 16,200 millones de dólares registrados en 2018, mientras que las ventas de Corea a nuestra región podrían aumentar un 63 % a partir de los 26,700 millones de dólares del 2018. Los países que más podrían aumentar sus exportaciones son Brasil, principalmente por ventas en alimentos, textiles y agricultura, y Chile en agricultura y minería.
El estudio resalta tres principales costos comerciales que siguen representado un serio obstáculo para lograr una relación más estrecha entre ambas regiones: arancelarios, de transporte y logísticos.
En particular, los exportadores de ALC tienen oportunidades inmediatas en productos que presentan alta complementariedad con las importaciones de Corea. De acuerdo con un cálculo conservador, el valor de este mercado de casi 200 productos se estima en 45,000 millones de dólares y hoy en día solo se aprovecha el 36 % de su potencial. Por ejemplo, Corea importa 1,000 millones de dólares de oro, pero no le compra a ALC, cuyas exportaciones al mundo ascienden a 3,200 millones de dólares.
Acuerdos comerciales con Corea
Corea ya cuenta con una amplia red de acuerdos comerciales vigentes, con Chile, Perú, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá. Sin embargo, completar esta red con acuerdos con otros países ayudaría a reducir los aranceles subsistentes y eliminar las barreras no arancelarias más perjudiciales. Las economías más grandes de ALC deberían, por lo tanto, acelerar las negociaciones de acuerdos de libre comercio de amplio alcance con Corea.
Los acuerdos son importantes puesto que los aranceles que ALC enfrenta en Corea alcanzan casi el 27% en promedio. En particular, el comercio de bienes agrícolas se encuentra restringido por altas barreras arancelarias, de casi el 88 % en promedio, lo que impacta de sobremanera a los países del Mercosur dado que se especializan en productos agrícolas como granos de soja, maíz, azúcar de caña y carne.
Costos de transporte y logísticos
De acuerdo con el Índice de Desempeño Logístico (IDI), los países de ALC muestran un desempeño significativamente inferior al de Corea en todos los componentes, en particular en la infraestructura y la eficiencia de las aduanas. Una infraestructura de transporte de calidad con aduanas más agiles resultan fundamentales para acelerar el tránsito de los bienes y evitar mayores costos de almacenamiento y demoras.
Lo anterior indica que las inversiones en infraestructura y reformas orientadas a la facilitación del comercio, como la implementación de ventanillas únicas de comercio exterior (VUCE), son prioridades para la expansión del comercio de ALC en Corea.
Inversión extranjera directa (IED)
Los flujos de inversión extranjera directa (IED) mostraron una expansión significativa entre 2000 y 2015, gracias a las inversiones de empresas coreanas como Kia Motors o Samsung. Sin embargo, las inversiones en la región han ido menguando y para 2018 los flujos de IED coreana en ALC habían caído el 5 % respecto a 2015.
A pesar de estos desafíos, la composición de los flujos de IED ha ido madurando. Las manufacturas, que a principios de este siglo representaban el 27 % de la IED coreana en ALC, aumentaron un 43 % para el período 2015-2018.
Cumbre Empresarial Corea-ALC
Un pilar fundamental de las relaciones económicas entre los países de ALC y Corea ha sido la cooperación en materia de desarrollo. Así como la firma de acuerdos comerciales impulsó las relaciones económicas en las últimas dos décadas, una nueva generación de políticas e iniciativas de cooperación podría permitir que los flujos de comercio e inversiones recuperen su dinamismo inicial.
En ese sentido las alianzas de cooperación, como las que han impulsado el BID y Corea en los últimos 15 años, cobran una relevancia estratégica. Desde que Corea ingresó al BID en 2005, ese país ha contribuido con recursos financieros al Banco, así como con recursos de conocimiento e ideas innovadoras y nuevos enfoques para abordar los desafíos de desarrollo de la región.
Ambos han liderado encuentros de alto nivel como la 5a Cumbre Empresarial Corea-ALC, organizada en Seúl el pasado 7 y 8 de octubre por el BID, el Ministerio de Economía y Finanzas de Corea, el Banco de Exportaciones e Importaciones de Corea (Korea Eximbank) y la Agencia de Promoción del Comercio y las Inversiones de Corea (KOTRA).
Esta cumbre, a la cual asistieron cerca de 1,000 altos funcionarios de gobierno, empresarios y académicos de Corea y ALC, tuvo como objetivo expandir y fortalecer las relaciones comerciales entre ambas partes. Desde su primera edición, celebrada en 2007, la cumbre ha crecido hasta convertirse en la reunión más importante de empresarios interesados en esta pujante relación comercial.
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