Un informe reciente del BID revela que la liberalización del comercio generó un aumento de la productividad laboral y de las empresas en América Latina y el Caribe en los últimos 30 años, impulsando el crecimiento económico. Sin embargo, también encontró que la apertura no creó tantos nuevos empleos ni redujo la desigualdad como se esperaba.
La liberalización en los años ochenta y noventa tuvo un moderado impacto negativo en los mercados laborales. Por ejemplo, un estudio de 2004 reportó reducciones nominales en el crecimiento del empleo neto en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Uruguay después del período de reducciones arancelarias unilaterales de cada país.
Algunos acontecimientos comerciales externos, entre ellos el surgimiento de China como productor a bajo costo de bienes manufacturados y centro de la cadena de suministro global, también tuvieron un impacto en los mercados laborales. Una serie de estudios recientes del BID sobre este tema revela que, en los años 2000, las importaciones chinas afectaron negativamente el crecimiento del empleo en América Latina, con variaciones por país desde menos del 1% en Brasil hasta un 14% en El Salvador. (Gráfico 1).
Gráfico 1. Variación acumulada del crecimiento del empleo por el aumento de las importaciones chinas entre 2000 y 2013
Fuente: Elaboración propia del BID sobre la base de estimaciones a nivel de firma realizadas por Blyde y Fentanes (2019) para México; Pierola, Sánchez-Navarro y Mercado (2019) para Perú; Molina (2019) para Colombia; Li y Mesquita Moreira (2019) para El Salvador; y Mesquita Moreira et al. (2019) para Brasil. El periodo correspondiente a Perú es 2001-2013.
¿Cómo puede entonces América Latina reducir con éxito los impactos negativos de la competencia de las importaciones en el empleo? Investigaciones del BID muestran que las dos políticas a continuación realmente pueden ayudar a hacer una diferencia.
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La capacitación acelera las transiciones hacia nuevos trabajos
La competencia de las importaciones ejerce presión sobre las empresas nacionales para aumentar la productividad, lo que a menudo conduce a despidos. Los trabajadores desplazados podrían realizar la transición sin problemas a un nuevo trabajo. Sin embargo, por diversos motivos, este proceso suele enfrentar una serie de obstáculos, como la falta de nuevos empleos, condiciones macroeconómicas desfavorables y costos asociados con el cambio laboral, como la necesidad de adquirir nuevas habilidades.
El BID ha estudiado el impacto de los cursos de capacitación ofrecidos por el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (SENAI) de Brasil. Aunque los programas de capacitación laboral activa de este tipo no están directamente relacionados con el comercio, pueden servir para enseñar habilidades nuevas a los trabajadores desplazados por las importaciones.
La buena noticia es que, como muestra el Gráfico 2, la capacitación no solo aumenta las probabilidades de que un trabajador desplazado consiga un nuevo empleo antes de un año, sino que facilita su ingreso a otra ocupación o sector manufacturero. En general, los beneficios de la capacitación son de igual magnitud para los trabajadores en todos los sectores y para aquellos afectados de las industrias que enfrentan mayor competencia de las importaciones.
Los beneficios de la capacitación generalmente son similares en magnitud para los trabajadores de todos los sectores y los desplazados de industrias que enfrentan mayor competencia de las importaciones.
Gráfico 2. Impacto de la capacitación en la probabilidad de reingresar al mercado laboral en un año
Fuente: Elaborado sobre la base de Blyde et al. (2019).
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Los acuerdos comerciales preferenciales impulsan el empleo
La participación en acuerdos comerciales preferenciales (ACP) también puede disminuir el impacto de la competencia de las importaciones. Si bien la liberalización unilateral trae beneficios significativos, particularmente si la tasa arancelaria promedio en un país es alta, la implementación resulta en impactos más equilibrados e incluso favorables en los mercados laborales.
Un estudio del BID de 2019 revela que si bien la competencia de las importaciones de sus socios del Trato de libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA) le costó a México 450,000 empleos, las oportunidades dadas por la expansión de las exportaciones generaron 1,3 millones de nuevos empleos, lo que resultó en un impacto neto de casi 900,000 trabajadores, un aumento del 14% en la primera década de la existencia del TLCAN.
Los estados mexicanos cuyo comercio total con los socios del TLCAN aumentó más también fueron los que experimentaron los mayores incrementos netos de empleo debido al tratado, lo que demuestra que un mayor comercio no necesariamente resulta en una pérdida neta para los trabajadores (Gráfico 3).
Gráfico 3. Variación porcentual del comercio de México con el TLCAN y del empleo relacionado con el comercio por estado mexicano, 1993-2003
Fuente: Trachtenberg (2019).
Las políticas de empleo y comercio pueden ser complementarias
Los resultados acerca de los programas de capacitación y la liberalización recíproca revelan que las políticas laborales y comerciales pueden generar nuevas oportunidades para los trabajadores. Los ACP generan nuevos empleos en las industrias exportadoras, al tiempo que los programas de capacitación permiten que los trabajadores desplazados adquieran las habilidades necesarias para lograr la transición a nuevos empleos. Ambas políticas pueden aliviar los efectos negativos de la competencia de las importaciones.
Para más información sobre cómo los países de la región pueden beneficiarse de estas políticas, descargue el informe De promesas a resultados en el comercio internacional: lo que la integración global puede hacer por América Latina y el Caribe. El Capítulo 4 resume la evidencia empírica sobre comercio y empleo, incluida la obtenida en los trabajos que sirvieron de base para los Gráficos 1 y 3. El Capítulo 8 se centra en las políticas laborales y brinda más detalles de la investigación que refleja el Gráfico 2.
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