En una planta piloto en Argentina, las zanahorias desechadas se transforman en productos de alto valor agregado como bioetanol, fibras dietarias y colorantes naturales, utilizados en las industrias alimenticia, farmacéutica y de biocombustibles.
Se podría decir que, en el Departamento de Garay, provincia de Santa Fe, Argentina, la economía es verdaderamente naranja. Pero no precisamente por el tamaño de sus industrias culturales y creativas (conocidas como economía naranja), sino porque se trata de uno de los principales centros de producción de zanahoria, que provee todos los años de esta hortaliza a los grandes centros urbanos del país.
Sin embargo, en esta zona costera de Santa Fe cada día se descartan cerca de 100 toneladas de zanahorias, el equivalente a la basura que genera una ciudad de 100.000 habitantes. Debido principalmente a factores climáticos, el descarte de zanahorias que no cumplen con exigencias de mercado en cuanto a forma y tamaño ha aumentado en los últimos años, llegando en algunos hasa el 40% de la cosecha.
Parte de estas zanahorias descartadas se destinan para el consumo de animales y otra parte se pudre, causando malos olores, proliferación de roedores y degradación del suelo. Además del daño ambiental, el impacto económico es altísimo tanto para productores como para empresas empaquetadoras y distribuidoras, que no pueden permitirse tamaña pérdida de ingresos por la producción tirada.
Este es un problema de alcance nacional e internacional. En el mundo se pierden y desperdician cada año 1300 millones de toneladas de alimentos. En América Latina se trata de 127 millones de toneladas, lo que representa el 34% de todo lo producido para consumo humano o 223 kilos por persona por año. Por su parte, en la Argentina, según datos de la Secretaría de Agroindustria, cada año se desechan 16 millones de toneladas de alimentos, de las cuales 14,5 millones corresponden a pérdidas (etapas de producción, almacenamiento, transporte y procesamiento) y 1,5 millones a desperdicio (comercialización y consumo). La cadena de alimentos con mayores pérdidas es la de las hortalizas (42,1%).
El camino de la innovación: zanahorias desechadas se transforman en productos
Los productores de Garay no se quedaron de brazos cruzados ante la situación que les afectaba y salieron a buscar soluciones. En 2013, la empresa Val Mar (empaquetadora) y la Asociación para el Desarrollo del Departamento Garay se contactaron con un grupo de investigadores del CONICET en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), quienes vieron viable transformar los desechos de la hortaliza en bioetanol y carotenos, dos subproductos de alto valor agregado en la industria. En 2014, estas instituciones conformaron un consorcio público-privado para seguir adelante con el proyecto de valorización de los desechos agroindustriales.
Fuente: Facultad de Ingeniería Quimica, Universidad Nacional del Litoral.
Primero, los científicos avanzaron con la instalación de un laboratorio de investigación y desarrollo para caracterizar las variedades de zanahorias útiles como materia prima y refinar los procesos de obtención bioetanol y carotenos. Después se inició el registro de una patente para estos procesos y se realizaron estudios de mercado. Luego se solicitaron subsidios de apoyo a la innovación tecnológica para la construcción de una planta procesadora para extraer los subproductos mencionados.
El proyecto logró obtener en sus diferentes etapas aportes del sector privado, fondos de la provincia de Santa Fe, así como un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, a través de sus fondos tecnológicos sectoriales (Fonarsec) que cuentan con financiamiento del BID. Este último aporte sirvió para construir la planta piloto en la cual se validaron los resultados obtenidos en la fase de desarrollo.
La planta piloto, única en Sudamérica, fue inaugurada en setiembre de 2018. Actualmente, procesa dos toneladas de zanahoria por día. En un futuro proyecta convertirse en una planta industrial con capacidad de procesamiento de 100 toneladas diarias, prácticamente toda la producción de la zona costera santafesina.
Los tres subproductos principales que se obtienen hoy son bioetanol, fibras dietarias y carotenos. El bioetanol se utiliza en la industria farmacéutica, perfumería, bebidas, así como en la fabricación de biocombustibles. Los carotenos y las fibras dietarias en la industria alimenticia como colorantes naturales y como suplementos nutricionales; ambos son productos que actualmente el país importa en su totalidad. Ya se están comercializando varios de estos subproductos y otros están en proceso de refinamiento o habilitación.
Impacto del proyecto
Además de resolver un problema creciente a nivel nacional, se está generando una industria en un lugar que no la tiene, sumando nuevos empleos y proyectando excelentes perspectivas de negocio. De acuerdo a datos del CONICET Santa Fe, los costos de producción son de US$ 1000 por héctarea, obteniendo en promedio 100 toneladas de zanahoria. Se estima que procesando 100 toneladas de descarte de zanahoria pueden obtenerse 5000 litros de bioetanol (5.000 US$), 2 kilos de caroteno (2.000 US$) y 3.000 kilos de fibra dietaria (45.000 US$). De esta manera, se recuperan ampliamente los costos de producción.
Estamos ante una sociedad muy fructífera entre academia, empresa y asociación productiva. La universidad puso la ciencia, la asociación aportó recursos humanos y la estrategia comercial, y la firma contribuyó con espacio físico para la planta, materia prima y servicios de funcionamiento. Sumado a ello el aporte clave del Estado a través de los subsidios científicos y tecnológicos otorgados por instituciones como el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
El caso de las zanahorias en Santa Fe permite ilustrar cómo con ciencia e innovación tecnológica se logra evitar el desperdicio de alimentos y generar un valor agregado a esta cadena productiva. Así, este proyecto representa un ejemplo concreto de la importancia de las inversiones públicas realizadas por las agencias de fomento a la innovación y el emprendimiento en la región.
¿Conoces otros proyectos, de mayor o menor complejidad, que utilizan tecnología para abordar la pérdida y desperdicio de alimentos? Cuéntanos en los comentarios.
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Hasta el 7 de abril tienes tiempo de participar del concurso #SinDesperdicioHortícola, que busca soluciones innovadoras para reducir las pérdidas de alimentos en la cadena hortícola de la Argentina. Organizan el BID y la Secretaria de Gobierno de Agroindustria de Argentina, con el apoyo de IBM y la Red de Bancos de Alimentos de Argentina. Lee más sobre los desafíos del concurso y postula por US$ 15.000 para tu proyecto, más mentorías y participación en un Bootcamp en Buenos Aires.
CESAR AUGUSTO CORTES GARCIA dice
Estamos desarrollando desde la Universidad Popular del Cesar un modelo de negocio logístico aplicando las TIC, para la distribución y comercialización de frutas y verduras para los mercados institucionales y para el consumidor final, eliminando a los intermediarios, impactando a toda la cadena de abastecimiento de los pequeños parceleros de la región de Azúcar Buena en el Municipio de Valledupar- Cesar _ Colombia”
¿Qué impacto se espera lograr?
-Crear un modelo organizacional donde todos los participantes se sientan representados y se asegure su sostenibilidad en el tiempo.
– Crear los medios para un mercado que estimule la producción para la comercialización.
-Incorporar pequeños parceleros victimas del conflicto armado en situación de pobreza y vulnerabilidad a cadenas de abastecimiento con valores agregados que les garantice precios justos para ellos y precios justos y estables a la canasta familiar.
-Eliminar la intermediación en toda la cadena llegando directamente al consumidor final (Los hogares)
-Mejorar la competitividad y la productividad de los pequeños parceleros vinculándolos a la cadena de abastecimiento.
-Aportar a la superación de la pobreza y fomentar el desarrollo empresarial y construcción de paz.
-Garantizar precios de mercado y mejoramiento de la calidad en el largo plazo.
-Disminución de las perdidas en toda la cadena de abastecimiento.
-Mejorar la calidad de vida de esta población.
¿Dónde está insertado este proyecto?
Dentro de la estrategia de superación de la pobreza y desarrollo sostenible que busca contribuir con el cumplimiento de los objetivos del milenio –ODM- en especial a:
-Erradicar la pobreza extrema y el hambre
-Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
-En un mundo con recursos naturales limitados (tierra, agua, energía, fertilizantes, etc.) es necesario encontrar soluciones coste-efectivas para producir suficientes alimentos inocuos y nutritivos para todos.
¿Porque se justifican estos proyectos?
Estos proyectos productivos, de seguridad alimentaria, de comercialización de productos agrícolas, de fortalecimiento de su capacidad productiva son necesarios para disminuir los índices de desempleo e inseguridad y para generar capacidad de demanda e impulsar el crecimiento de la economía en términos de eficiencia y equidad.
Lylliam Meza de Rocha dice
Encuentro interesante el proyecto. Es una lástima que se llegue a esos extremos, habiendo tanta hambre en todo el mundo.
Es motivador el blog y anima a preparar una campaña a nivel de país para sensibilizar a las personas capaces de tomar iniciativas como esta para lograr un mundo mejor.
Cyra Aguilera dice
Realmente inspirador cada artículo de Puntos sobre la i.
Gracias. Este artículo en particular me llevo a realizar investigaciones sobre desechos en mi ciudad-Lambaré- hasta ahora no dí con quienes tienen datos precisos, pero genera en mí lo necesario para avanzar.
Julio Cesar Torres dice
Saludos, la idea es fabulosa, lo importante seria aplicar esta tecnologia en mas paises, aqui en Colombia, un pais agricultor como Argentina, se ve la perdida igual como ocurre en todas partes: la aplicacion de una solucion domestica nunca me parecio una real solucion, aplicando tecnologia, si se logran los resultados al poder procesar grandes cantidades del producto desechado, con estas ideas si se hara grande Latinoamerica…
YEZID GALLEGO OVIEDO dice
Buen ejemplo para otros productos que al comercializarse queda un alto volumen de rechazo ( por tamaño, forma, pesos…). Estoy interesado en continuar recibiendo información sobre AGROINDUSTRIA.
Soy Yezid Gallego Oviedo, Zootecnista y Maestro, actualmente pertenezco en la Institución Universitaria PASCUAL BRAVO de Medelleín – Colombia, a un equipo de trabajo que lidera la construcción colectiva de nuevos programas pertinentes y de prospectiva para el sector rural Colombiano.