[su_tabs]
[su_tab title=”Español”]
Hace poco más de dos siglos, tres innovaciones cambiaron el mundo para siempre: la máquina de vapor, la electricidad y el telégrafo. Juntas dieron origen a la revolución industrial. Hoy, esas mismas áreas donde tuvieron lugar dichas innovaciones (transporte, energía y comunicaciones, respectivamente) están atravesando cambios exponenciales no muy lejanos de aquellos, dando lugar a una nueva industria: la industria 4.0.
Las tecnologías exponenciales surgidas muchas veces de la creatividad de emprendedores de garaje comenzaron a impactar en el mundo de la economía en áreas muy diversas, como el comercio, las tecnologías de la información y las comunicaciones, la fabricación digital, la bioeconomía, la aplicación de big data o la nanotecnología.
A modo de ejemplo, los avances de la inteligencia artificial suponen uno de los retos más vertiginosos de nuestra época: los robots comenzaron a competir por nuestros empleos. Estamos aprendiendo a fabricar mentes automatizadas e independientes que serán capaces de realizar nuestro trabajo y reemplazarnos.
La Federación Internacional de Robótica estima que para 2018 habrá más de 1.3 millones de robots industriales instalados en fábricas de todo el mundo. En diferentes países podrían reemplazarse hasta el 85% de los empleos manufactureros por máquinas.
El impacto potencial de estas tecnologías sobre los mercados laborales y la distribución del ingreso podría ser muy significativo. Por un lado, muchos empleos, especialmente los de menor calificación y menores salarios, desaparecerían al ser automatizados (Frey y Osborne, 2014; WEF, 2015).
La productividad crece pero cada vez hay más personas desempleadas y en parte por el avance de la tecnología [1]. La velocidad en la que esta se desarrolla y avanza, generando nuevas realidades (y problemas) no nos permite encontrar las soluciones adecuadas al mismo ritmo.
En palabras de Erik Brynjolfsson, uno de los autores de The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies: “Por alguna razón, el mercado no ha creado nuevos puestos de trabajo con la misma o mayor eficacia que en el pasado”. [2]
¿Cuánto tardarán los autos y camiones autónomos en generalizarse? ¿O la impresión 4D echar por tierra los altos costos de logística, transporte y almacenamiento con la filosofía de “Hazlo tú mismo”? ¿Cuándo podrán las nuevas energías renovables reemplazar al petróleo?
Por ejemplo, la difusión de vehículos autónomos demandará modificaciones importantes en la legislación sobre requisitos de seguridad y de protección de la privacidad, entre otros (Van Woensel y Archer, 2015). En ausencia de una coordinación internacional, las diferencias de normativa podrían convertirse en obstáculos técnicos al comercio (OTC).
Economía colaborativa
Otro caso proviene de la economía colaborativa, que para Shervin Pishevar, experto en capital riesgo y entusiasta inversor en startups tecnológicas, es un movimiento con un potencial de impacto similar a la aparición de internet. Empresas del rubro de turismo, como Airbnb, CouchSurfing o Homeaway; el transporte, como Uber, Lyft, Bla Bla Car; la industria del entretenimiento, como Netflix, Amazon Library o Spotify; o comerciales como Wallapop o eBay han creado nuevos mercados de un tamaño considerable en poco tiempo solo a partir de la conectividad.
Según el informe “Economía colaborativa en América Latina”[3], la cantidad de iniciativas relacionadas con la economía colaborativa se encuentran concentradas en pocos países, liderados por Brasil (32%), y seguidos por Argentina (13%), México (13%) y Perú (11%).
Sin lugar a dudas, la economía colaborativa está generando cambios en el sector de servicios y lo hará también en el escenario laboral. La clave estará en poder desarrollar herramientas que permitan canalizar estas nuevas tecnologías, aprovechar el potencial de empleo que surge en nuevos sectores, dar protección legal a las diferentes formas de empleo e impulsar relaciones armónicas y balanceadas entre los distintos actores sociales [4].
Este año el evento central del Instituto para la Integración de América Latina (INTAL) del BID abordará el impacto de las nuevas tecnologías en la transformación productiva de los países de la región, con expertos mundiales que compartirán los últimos avances en estos temas.
La nueva revolución de la industria está ocasionando una verdadera metamorfosis en la fisonomía del comercio mundial, con cadenas globales de valor cada vez más complejas y sofisticadas, desvaneciendo la frontera entre bienes y servicios.
Evento: Integración Regional 4.0
Reconocidos expertos mundiales compartirán su experiencia en el diseño de políticas que estimulen la creatividad para resolver los desafíos que plantean las nuevas formas de integración. Big Data, internet de las cosas, inteligencia artificial, neurociencia aplicada y diversificación exportadora son los ejes de la conferencia anual del Instituto para la Integración de América Latina (INTAL) del BID, desde donde invitamos a pensar juntos las características de una Integración Regional 4.0.
¿Cúando y dónde?: 5 de octubre de 2016 / Buenos Aires, Argentina.
Más información, agenda e inscripciones
Referencias
[1] Nicolini, Cecilia. 2016. ROBOTlución: el empoderamiento de las máquinas Conexión INTAL no 239.
[2] The Great Decoupling: An Interview with Erik Brynjolfsson and Andrew McAfee
[3] Economía colaborativa en América Latina. IE Business School; FOMIN, 2016.
[4] Fabio Bertranou en: Economía colaborativa en América Latina. IE Business School; FOMIN, 2016.
[/su_tab]
[su_tab title=”English”]
Industry 4.0: The Realm of Innovation
Around two hundred years ago, three innovations changed the world forever: the steam engine, electricity, and the telegraph. Together they gave rise to the Industrial Revolution. Today, the same areas where these innovations came about—transportation, energy, and communications—are experiencing similar exponential changes and bringing about a new form of industry, Industry 4.0.
Exponential technologies, many of which originated in the creativity of garage entrepreneurs, have started to impact the world of economics in a wide range of fields, including trade, information and communication technologies, digital manufacturing, the bioeconomy, and applications of big data or nanotechnology.
By way of example, advances in artificial intelligence imply one of the most dizzying challenges of our time: the fact that robots have started to compete for our jobs. We are learning to manufacture automated and independent minds that will be capable of carrying out our work and replacing us.
The International Federation of Robotics estimates that by 2018 there will be over 1.3 million industrial robots installed in factories around the world. In some countries, up to 85% of manufacturing jobs may be replaced (link in Spanish) by machines.
These technologies may have a significant impact on labor markets and income distribution. Many jobs, especially those requiring lower skills and paying lower salaries, may disappear altogether as a result of automation (Frey and Osborne, 2014; WEF, 2015).
Productivity is on the rise but so are unemployment numbers, partly because of technological progress.[1] The speed at which technology is developing and moving forward, creating new realities of life (and new problems), isn’t giving us enough time to come up with appropriate solutions fast enough. As Erik Brynjolfsson, one of the authors of The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies, puts it: “for some reason, business hasn’t been creating new jobs as effectively as in the past.”[2]
How long will it take for autonomous cars and trucks to become widespread? Or for 4D printing to put paid to the high costs of logistics, transportation, and warehousing with the rise of DIY philosophy and maker mentality? When will renewable energies be able to replace oil?
The spread of autonomous vehicles will entail major modifications to legislation on vehicle safety standards and the protection of privacy, among other factors (Van Woensel and Archer, 2015). If such changes are not coordinated at the international level, legislative differences could become technical barriers to trade (TBTs).
Another example is the sharing economy, which venture capital expert and enthusiastic start-up investor Shervin Pishevar predicts may become as significant as the Internet. Companies in the tourism sector (Airbnb, CouchSurfing, or Homeaway), transportation (Uber, Lyft, or Bla Bla Car), the entertainment industry (Netflix, Amazon Library, or Spotify), or online marketplaces (Wallapop or eBay) have created large new markets in a short time solely on the basis of connectivity.
According to the report “Economía colaborativa en América Latina [The sharing economy in Latin America]”[3], the number of sharing economy initiatives in the region are concentrated in a handful of countries, led by Brazil (32%), followed by Argentina (13%), Mexico (13%), and Peru (11%).
There is no doubt that the sharing economy is changing the service sector and will also affect employment. The key will lie in developing tools that allow us to harness new technologies, take advantage of the employment potential that is emerging in these new sectors, provide legal protection for the different forms of employment, and foster harmonious, balanced relationships between the different social players.[4]
The annual flagship event of the Institute for the Integration of Latin America and the Caribbean (INTAL) of the Inter American Development Bank (IDB) will consider the impact of new technologies on the transformation of the production patterns of countries in Latin America and the Caribbean, with global experts who will share the latest developments in these areas.
The new industrial revolution is blurring the boundary between goods and services and bringing about a true metamorphosis in the shape of global trade, with increasingly complex and sophisticated global value chains.
Industry 4.0 is already among us. It is the realm of innovation. What are we going to do about it?
Event: Regional Integration 4.0
World renowned experts will share their experience in designing policies that encourage creativity to meet the challenges posed by new forms of integration. Big Data, Internet of things, rtificial intelligence, applied neuroscience and export diversification are the focus of the annual conference of the IDB Institute for Latin American Integration (INTAL). You are invited to think together the features of a Regional Integration 4.0.
When and where?: October 5th, 2016 / Buenos Aires, Argentina.
More information and registration
References
[1] Nicolini, Cecilia. 2016. ROBOTlución: el empoderamiento de las máquinas Conexión INTAL no 239.
[2] The Great Decoupling: An Interview with Erik Brynjolfsson and Andrew McAfee
[3] Economía colaborativa en América Latina. IE Business School; FOMIN, 2016.
[4] Fabio Bertranou en: Economía colaborativa en América Latina. IE Business School; FOMIN, 2016.
[/su_tab]
[/su_tabs]
Daniel Meza dice
La robotización y las máquinas inteligentes están modificando las economías en donde se ha avanzado más en el tema. No hay duda de los incrementos en productividad y competitividad asociados. Sin embargo, sus efectos económicos y sociales no están siendo anticipados con la misma velocidad de los cambios que están provocando. La sustitución de máquinas por empleados sin alternativa de reubicación, reducirá el ingreso personal, el consumo y el pago de impuestos. La transformación tecnológica que se vive, obliga a una mayor intervención de los gobiernos a través de la planificación para atenuar los efectos adversos de tal modernización.
Mario Martínez dice
Excelente blog y artículos de difusión de conceptos, tendencias y avances de innovación.
Los felicito por la iniciativa