Este artículo es el primero de una serie dedicada a explorar las oportunidades y los riesgos de la IA para América Latina y el Caribe.
La inteligencia artificial (IA) ha surgido como una fuerza disruptiva que promete reformar las economías de todo el mundo. Gracias a su capacidad para procesar grandes cantidades de datos, aprender de los patrones y tomar decisiones inteligentes, la IA encierra un enorme potencial para revolucionar diversos sectores, aumentar la productividad e impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, a medida que nos adentramos en esta era transformadora, resulta crucial considerar cuidadosamente tanto las oportunidades como los desafíos que la IA representa para América Latina y el Caribe.
La tecnología de la IA ofrece varias características clave que pueden repercutir significativamente en nuestras economías:
Mayor productividad y eficiencia. La capacidad de la IA para automatizar tareas repetitivas y aumentar las capacidades humanas puede suponer un aumento sustancial de la productividad. La IA tiene el potencial de impulsar la producción económica global mediante la agilización de procesos, la optimización en la asignación de recursos y la mejora en la toma de decisiones. Esto lo validan empíricamente estudios recientes, demostrando que la adopción de la IA está impulsando la productividad de las empresas.
Creación de empleo y mejora de las habilidades. La inteligencia artificial, si se gestiona y regula de manera adecuada, tiene el potencial de estimular el crecimiento de ciertos tipos de empleo que complementan la tecnología. Aunque la automatización puede dejar obsoletas algunas funciones, surgirán nuevas oportunidades en los campos de la investigación, el desarrollo, la implementación y el mantenimiento de la IA. De hecho, evidencia reciente sugiere que la adopción de la IA se correlaciona con el aumento de vacantes en puestos de trabajo relacionados con la IA. Además, la IA podría permitir a los trabajadores concentrarse en tareas que requieren interacción humana e inteligencia emocional, en las que los humanos tienen una clara ventaja comparativa.
Mejora en la toma de decisiones. Los algoritmos basados en IA pueden procesar grandes cantidades de datos y generar información valiosa para mejorar la toma de decisiones. Desde los mercados financieros hasta la gestión de la cadena de suministro, la capacidad de la IA para analizar patrones complejos y predecir resultados puede ayudar a empresas y gobiernos a optimizar estrategias, reducir riesgos y asignar recursos de manera más eficaz.
Innovación y crecimiento económico. La IA no solo constituye una innovación en sí misma, sino que también tiene el potencial de ser “un nuevo método de invención”. Puede estimular la innovación al permitir avances en diversas industrias. Desde la salud y el transporte hasta la agricultura y la energía, los adelantos impulsados por la IA pueden conducir al desarrollo de nuevos productos, servicios y modelos de negocio, instigando la competitividad y el crecimiento económico.
Aunque los beneficios potenciales son significativos, hay consideraciones cruciales que abordar a fin de aprovechar de manera responsable el poder transformador de la IA:
Cuestiones éticas y jurídicas. El uso de la IA plantea cuestiones éticas en torno a la privacidad, la parcialidad, la rendición de cuentas y la transparencia. Deben establecerse directrices y regulaciones claras para garantizar que los sistemas de IA sean justos, transparentes y responsables, protegiendo los derechos de las personas y fomentando la confianza.
Automatización cognitiva y la disminución de la mano de obra. A medida que la IA mejore su capacidad para realizar una amplia gama de tareas cognitivas, muchos tipos de trabajos de carácter cognitivo podrán automatizarse en las próximas décadas, sobre todo a medida que siga disminuyendo el costo de implementación y mantenimiento de los algoritmos. Dicha tendencia podría tener graves consecuencias para el empleo. De hecho, existe evidencia de que las recientes innovaciones tecnológicas, por ejemplo, los robots, han disminuido el empleo y los salarios. Si la IA sigue una tendencia similar, esto podría tener un enorme impacto, especialmente en los países en desarrollo, donde la mano de obra es el principal factor de producción.
Desigualdad. Las innovaciones tecnológicas no se traducen automáticamente en prosperidad compartida. Por el contrario, a veces pueden conducir a un aumento de la desigualdad, sobre todo si muestran un alto potencial de automatización. Esto se debe en parte a que la automatización puede aumentar los rendimientos del capital al tiempo que reduce los salarios. Por lo tanto, resulta crucial que la sociedad civil abogue por regulaciones equitativas, incluida la tributación de las empresas de IA, para garantizar que las innovaciones tecnológicas beneficien a todas las partes.
Los gobiernos y las empresas también deben dar prioridad a los programas de capacitación, para que los trabajadores estén equipados con las habilidades necesarias para la economía impulsada por la IA. Hay que esforzarse por garantizar una transición justa e inclusiva, minimizando el impacto en las poblaciones vulnerables.
Sesgos y desigualdades. Los sistemas de IA son tan imparciales como los datos con los que se entrenan. Si se utilizan datos sesgados para entrenar algoritmos de IA, estos pueden amplificar y perpetuar los sesgos sociales, económicos y raciales existentes. Esto puede dar lugar a resultados injustos, como prácticas de contratación discriminatorias o decisiones de préstamo sesgadas, que afectan a los grupos marginados y agravan la desigualdad. Garantizar la equidad, la transparencia y la responsabilidad en los sistemas de IA resulta crucial para mitigar estos riesgos.
Concentración del poder económico. Los avances impulsados por la IA pueden concentrar el poder económico en manos de unos pocos actores dominantes. Las grandes empresas tecnológicas que poseen los recursos para desarrollar e implementar sistemas de IA podrían obtener una ventaja competitiva, lo que podría exacerbar las desigualdades existentes. Las empresas más pequeñas o las industrias sin acceso a las capacidades de la IA pueden tener dificultades para mantener el ritmo, lo que conducirá a una consolidación del poder económico a favor de aquellos que puedan aprovechar la IA con eficacia.
Influencia sobre los procesos democráticos. La IA puede afectar potencialmente los procesos democráticos, incluidas las elecciones y el discurso público. El uso de algoritmos basados en IA en la publicidad dirigida o en las plataformas de redes sociales puede moldear la opinión pública y dar lugar a cámaras de resonancia mediática y a la difusión de información errónea. Esto plantea dudas sobre la integridad de la toma de decisiones democrática, la influencia de los algoritmos basados en IA en el discurso político y la necesidad de transparencia y responsabilidad de las aplicaciones de IA que influyen en la opinión pública.
Ciberseguridad y privacidad de datos. A medida que los sistemas de IA se basan en grandes cantidades de datos, la protección de la privacidad y la prevención de accesos no autorizados adquieren una importancia capital. Resulta crucial proteger la infraestructura de datos, implementar medidas sólidas de ciberseguridad y establecer marcos integrales de protección de datos para mantener la confianza del público y mitigar los riesgos.
Otras recomendaciones, que deberían adaptarse a los contextos nacionales específicos, también serán cruciales para maximizar las ventajas de la IA para América Latina y el Caribe:
Fomentar la infraestructura digital. Invertir en infraestructura digital sólida, incluido el acceso a Internet de alta velocidad, para apoyar la adopción y utilización de tecnologías de IA. Esto permitirá a empresas, organizaciones y particulares aprovechar las ventajas de la IA y participar en la economía digital con eficacia.
Fomentar las investigación y desarrollo de la IA. Asignar recursos para apoyar la investigación y el desarrollo de la IA en colaboración con instituciones académicas, entidades del sector privado y centros de investigación. El fomento de la innovación y la creación de conocimientos contribuirá al desarrollo de la IA en los países de América Latina y el Caribe y al fomento de soluciones de IA de producción propia.
Mejorar la educación y el desarrollo de habilidades. Dar prioridad a los programas educativos que doten a las personas de las habilidades necesarias para la economía impulsada por la IA. Fomentar las asociaciones entre las instituciones educativas y la industria para desarrollar planes de estudios relacionados con la IA y ofrecer oportunidades de capacitación, garantizando una mano de obra capaz de aprovechar las tecnologías de IA con eficacia.
Apoyar la iniciativa empresarial y a las empresas emergentes. Crear un entorno propicio para empresas emergentes y emprendedores de IA ofreciendo incentivos económicos, acceso a financiamiento y programas de tutoría. Fomentar los ecosistemas de innovación y facilitar la colaboración entre las empresas emergentes, las empresas establecidas y las instituciones de investigación para impulsar el espíritu empresarial impulsado por la IA.
Estimular la colaboración y el intercambio de conocimientos. Promover la colaboración entre los gobiernos, el mundo académico, las entidades del sector privado y las organizaciones de la sociedad civil a escala regional e internacional. Facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias, así como las iniciativas de colaboración para abordar retos comunes y aprovechar la experiencia compartida en IA. El establecimiento de normas éticas comunes, el intercambio de buenas prácticas y el fomento de la cooperación internacional pueden ayudar a abordar desafíos como la gobernanza de los datos, los derechos de propiedad intelectual y la transparencia algorítmica.
Invertir en IA para generar impacto social. Fomentar la aplicación de la IA para abordar desafíos sociales, como los de la educación, la salud, la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza, entre otros. Apoyar soluciones impulsadas por la IA que tengan un impacto positivo en las comunidades marginadas, mejoren los servicios públicos y promuevan el desarrollo inclusivo. La Inteligencia Artificial tiene el potencial de revolucionar las economías, mejorando la productividad, impulsando la innovación y creando nuevas oportunidades. Para aprovechar plenamente el poder transformador de la IA para América Latina y el Caribe, los formuladores de políticas públicas, las empresas y las sociedades deben abordar de forma proactiva los desafíos relacionados con la ética, la adaptación de la mano de obra, la ciberseguridad y la colaboración mundial. De este modo, pueden dar forma a un futuro en el que la IA sirva de catalizador para un crecimiento económico integrador, al tiempo que defiende los valores humanos y salvaguarda el bienestar de la sociedad.
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