Thomas Prehn fue director de MindLab, un laboratorio de innovación creado por el gobierno danés en 2002 para estimular la creatividad y el cambio cultural dentro de los ministerios públicos y mejorar la prestación de servicios públicos. Trabajando en distintas áreas políticas, como educación y empleo, MindLab se convirtió en pionero en su labor tanto en el desarrollo de proyectos específicos como en sus esfuerzos por estimular la inventiva y disposición a tomar riesgos de los funcionarios públicos. La misión de MindLab, que llegó a su fin el año pasado con la creación del bastante similar Disruption Task Force, ha tenido una enorme repercusión y ha inspirado muchas iniciativas similares de gobiernos en todo el mundo. Prehn habla en una entrevista en cámara para el BID sobre los desafíos de la aplicación de la economía del comportamiento en la formulación de políticas en un mundo en constante transformación.
¿Cómo pueden los gobiernos aprovechar la economía del comportamiento?
Creo que los instrumentos de la economía del comportamiento para los gobiernos tienen la posibilidad de crear una perspectiva más compleja de los desafíos a los que nos enfrentamos como responsables de las políticas. Porque las personas con que trabajamos, aunque nos gusta pensar en ellas como un todo, como el público, son muy diferentes y los retos a los que se enfrentan son muy diferentes. Alinear la elaboración de las políticas con eso es complejo, y creo que necesitamos una perspectiva más amplia y diferente que la mera investigación documental y las estadísticas.
¿Cómo puede la economía del comportamiento cambiar las políticas?
El potencial de la economía del comportamiento en términos de formulación de las políticas es, en primer lugar, crear perspectivas iniciales que cambiarán nuestra manera de pensar en los problemas de las políticas. Pero el mundo está cambiando constantemente, la sociedad está cambiando constantemente y las necesidades de las políticas tienen que seguir el cambio conductual en el público.
¿Qué obstáculos que hay que superar?
Creo que el principal problema para la elaboración de políticas en relación con las perspectivas conductuales es que introduce una complejidad que será muy difícil de manejar para los gobiernos porque éstos quieren este enfoque basado en evidencia. Aunque lo llamemos economía del comportamiento o perspectivas conductuales basadas en evidencia, la población en la que aplicamos estos tests sigue siendo muy pequeña. Aumentar su escala en un entorno complejo no está basado en evidencia. Realmente hay que aceptar la idea de que tenemos resultados no predictivos y habráque hacer ajustes continuos de las políticas necesarias. Ése sería sin duda uno de los mayores problemas para los responsables de las políticas y los políticos.
Leave a Reply