Quienes trabajamos en temas de cambio climático y energía somos conscientes de que la Transición Energética requerirá de un esfuerzo inmenso para alcanzar las metas establecidas por los países y los compromisos del Acuerdo de París. También sabemos que ese esfuerzo requerirá de transformaciones, no solo de matrices energéticas, fuerza laboral, cambios en la economía, pero también de importantes transformaciones sociales.
Para que los países avancen en sus transiciones energéticas y en la descarbonización de sus economías, tanto hombres como mujeres deben poder participar activamente de la política, legislación, planificación, toma de decisiones, y además ser actores de cambio. Eso quiere decir, tener voz y voto en las mesas donde se toman decisiones, ser parte equitativa en la fuerza laboral (aún en 2022 esto continúa siendo un problema) y tener los mismos beneficios como usuarios, porque todavía hoy en día las niñas y mujeres están en gran desventaja frente a los hombres, sobre todo en zonas aisladas.
Los documentos sobre transición energética, planes de descarbonización, agendas y/o lineamientos energéticos de los países2 de la región describen los principales objetivos y la forma en la que las instituciones y entidades gubernamentales conducen la política energética. Estos recursos presentan una oportunidad para promover la igualdad de género en el sector de energía. Sin embargo, un análisis realizado por la División de Energía del BID muestra que la gran mayoría de los documentos de política energética de América Latina y el Caribe (a diciembre 2021) carecen de consideraciones de género y de propuestas concretas de acciones para incorporar más mujeres en los grandes planes energéticos de los países. En el total de los países analizados, la mención de planes y/o políticas de género son prácticamente inexistentes. Solo dos países tienen documentos específicos publicados en donde se desarrollan lineamientos de género para el sector energético.
La región está conformada por más de 30 países y menos de la mitad ha desarrollado y publicado documentos sobre transición energética. Cada vez más los países deberán acelerar el paso hacia esta transición para lograr los objetivos establecidos en el Acuerdo de París y los objetivos de desarrollo sostenible.
Estos documentos serán necesarios para comprometer a todos los actores de los países y medir los avances. Será esencial construir y alcanzar un entendimiento en la sociedad sobre cómo debe ser la fuerza laboral del futuro, y cómo las mujeres y los hombres pueden beneficiarse por igual de esta transición. Tenemos que partir de un mismo punto o al menos tener un mismo fin, lograr un común acuerdo, y avanzar mirando hacia adelante sin repetir los errores del pasado.
Promover la igualdad de género en los planes de transición energética nos acerca un paso más a un mañana sostenible. El compromiso del 8 de marzo de 2022 debería ser que para el próximo Dia Internacional de la Mujer de 2023 todos los países de la región tengan lineamientos de género para el sector energético.
Si simplemente pensamos en capacitar y mejorar las habilidades de la fuerza laboral existente, este esfuerzo será en una fuerza laboral predominantemente masculina, con brechas salariales entre hombres y mujeres y prácticas discriminatorias. Además, en un sector que incluirá cada vez más tecnología y digitalización y en donde habrá un déficit de profesionales, las mujeres pueden cubrir el superávit de trabajos ya que son más vulnerables a perder sus empleos como consecuencia de la automatización, pero esto es imposible si no cuentan con los conocimientos y las oportunidades necesarias.
Gobiernos, sector público, privado y la sociedad civil deberán trabajar juntos para que las mujeres tengan el rol que les corresponde en la transición energética y que no se comprometa la igualdad de género durante el proceso, sino que el proceso sea una oportunidad para promover una sociedad más justa. Debemos asegurar la igualdad de participación de las mujeres en la transición energética y la promoción profesional en las nuevas áreas que trae consigo.
Más allá de todos los esfuerzos, y de que en el BID estamos convencidos que este es un tema de todos (hombres y mujeres), bien podríamos seguir la sugerencia de Shirley Chisholm, la primera mujer Afroamericana elegida para el Congreso de los Estados Unidos, “If they don’t give you a seat at the table, bring in a folding chair”, “Si no te dan un asiento en la mesa, trae una silla plegable”.
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