En este año el gobierno de Colombia recibió dos importantes reconocimientos internacionales derivados de su compromiso con impulsar una profunda transformación energética. Por un lado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) escogió a Colombia como uno de los siete países llamados a liderar el Diálogo Global sobre Transición Energética en los eventos del Diálogo de Alto Nivel sobre Energía, los cuales se llevarán a cabo en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2021. Por otro lado, en la Asamblea General de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) se escogió a Colombia como miembro principal de su Consejo en representación de América Latina. Estos dos hitos se suman a que, según el Índice de Transición Energética 2020 del Foro Económico Mundial, Colombia es el país que mayor progreso ha tenido en este tema en América Latina y el Caribe.
Estos reconocimientos no son una sorpresa. El país, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha impulsado una fuerte transformación del sector energético en sus dimensiones técnicas, regulatorias, de infraestructura y de mercado. Con esto, se espera dar respuesta a retos como la alta vulnerabilidad del sector ante fenómenos hidrometereológicos y los efectos del cambio climático, la persistente brecha de acceso a la energía eléctrica y la necesidad de modernizar instituciones y normas que no han sido actualizadas desde mediados de la década de los noventa.
Un hito muy importante para catalizar los logros en el sector fue la organización de la Misión de Transformación Energética, en la cual veinte expertos nacionales y extranjeros realizaron recomendaciones de política pública a partir del análisis de las mejores prácticas internacionales y las más recientes investigaciones académicas. Entre los temas analizados se destacan la configuración del mercado eléctrico, la promoción de la descentralización y la digitalización de la energía eléctrica, el cierre de la brecha de acceso y la reformulación de los subsidios del sector. El Ministerio de Minas y Energía sacó a comentarios la hoja de ruta para la implementación de las recomendaciones de los expertos que será adoptada en marzo de este año.
Uso de nuevas tecnologías y de fuentes energéticas
Sumado a lo anterior, el Gobierno de Colombia y el BID han unido esfuerzos para materializar proyectos y estudios en algunos de los temas más críticos de la transición energética. Se destacan el diseño y la ejecución de dos subastas de contratos a largo plazo en 2019, a través de las cuales se buscó asegurar la contratación y, por ende, el flujo de ingresos, a los proyectos de generación renovable. Esto al mismo tiempo contribuye al cumplimiento de los nuevos compromisos de Colombia bajo el Acuerdo de París (NDC) que fueron remitidos a Naciones Unidas el pasado 30 de diciembre. Colombia aumentó de manera considerable su ambición climática en 2020, pasando de una meta de 20% en reducción de las emisiones proyectadas a 2030 (escenario business-as-usual -BAU-) fijada en 2015, a una meta de -51% con respecto al BAU.
El ingreso masivo de estas nuevas tecnologías de generación al sistema colombiano impone desafíos en la confiabilidad del sistema eléctrico. Actualmente se está evaluando la complementariedad del recurso eólico en la zona norte del país dada la infraestructura de transmisión existente. Asimismo, se están evaluando opciones metodológicas para asignar eficientemente la capacidad de transporte a los nuevos proyectos de generación que la requieran.
Además de avanzar agresivamente en la adopción de soluciones de generación solar y eólica, se está considerando la promoción de otras fuentes de energía renovable como la geotermia. Durante los últimos años, se han elaborado evaluaciones de potencial de geotermia y se han implementado propuestas regulatorias para promover su adopción. Asimismo, se están haciendo los análisis para consolidar la Estrategia Nacional del hidrógeno en Colombia, que será el primer paso para que el país produzca y utilice esta opción energética de forma masiva.
Los pasos de Colombia para la transición energética
El compromiso de promover las fuentes no convencionales de energía renovable se ha extendido a las zonas rurales también. A través de operaciones en la Región Pacífico y en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el Gobierno de Colombia y el BID han impulsado la modernización de la infraestructura de generación eléctrica para introducir tecnologías más limpias y aumentar la cobertura eléctrica. En el Pacífico colombiano se están ejecutando proyectos para conectar a cerca de 20,000 nuevos hogares (casi 100,000 personas). En el Archipiélago, además, este apoyo será fundamental para la reconstrucción de la generación eléctrica perdida después del reciente paso del Huracán Iota por las islas. Implementar soluciones energéticas sostenibles representa un reto muy importante y se espera que estos esfuerzos permitan alcanzar el acceso universal a la electricidad al 2030 suministrando el servicio de energía eléctrica al 3% de la población que aún no cuenta con este.
Además del compromiso con el despliegue masivo de las fuentes no convencionales de energía renovable, el Gobierno de Colombia y el BID están trabajando de manera paralela en otras iniciativas pertinentes a la agenda de transición energética. Por un lado, existen ambiciosos esfuerzos para promover la movilidad eléctrica y solucionar los retos técnicos, regulatorios y de mercado que han sido recientemente identificados. Entre estos, se destaca el diseño de una herramienta para apoyar a las entidades públicas en su proceso de sustitución vehicular para adquirir vehículos de cero y bajas emisiones. Por otro lado, se espera que en los próximos años se implementen políticas para promover la descentralización y la digitalización del sector. Igualmente, el BID está apoyando al Gobierno de Colombia en la preparación e implementación de las hojas de ruta del hidrógeno y geotermia.
Los reconocimientos recibidos por Colombia son el resultado de ambiciosos esfuerzos que facilitarán la modernización del sector eléctrico, la provisión del servicio a quienes aún no lo tienen y la entrada masiva de las fuentes no convencionales de energía renovable. Se anticipa que, a 2022, el país pasará de tener menos del 1% de su matriz energética basada fuentes renovables no convencionales a cerca del 12%. Para el BID ha sido un privilegio poder acompañar al Gobierno de Colombia en este esfuerzo y espera que el trabajo conjunto continúe durante los próximos años para aprovechar el potencial que tiene Colombia para consolidarse como un ejemplo de transición energética a nivel mundial.
Luis Alberto Huertas Chanduvi says
Es muy prioritario lo que esta realizando COLOMBIA, ejemplo de ALC en energias renovables no convencionales, y la disminucion del CO2, utilizando energia electrica, reducira y contribuira a disminucion del CO2 al medio ambiente, y asi disminuir el calentamiento global de la tierra, en la cual todos los paises de America Latina, deben seguir y apoyar con sus proyectos, en la cual el BID, debe incentivar a paises latinos de renovar sus energias tradicionales, con politicas publicas y tener una meta hacia el año 2030.