En mi último blog me he enfocado en algunos resultados recientes que muestran qué tanto pueden beneficiarse las niñas de los deportes de equipo en las escuelas, no sólo mientras se encuentran en la escuela, sino que inclusive el beneficio se extiende más allá de la jornada escolar. Una nueva investigación confirma esta afirmación, pero incluso va más lejos. En efecto, el estudio indaga si el ejercicio físico aumenta el rendimiento académico en general o si existe un “plus académico” adicional en cualquier tipo de actividad.
A partir del hecho sumamente obvio de que, para muchos niños, la atención disminuye conforme transcurre la jornada escolar, los investigadores de la Universidad de Roma se dedicaron a estudiar a algunos niños de entre 8 y 11 años de edad, saludables y normales, para determinar si el hecho de pasar algún tiempo lejos del rigor académico aumentaría o no su capacidad de atención y agudizaría, al mismo tiempo, su concentración en el aula. Los investigadores aplicaron una prueba de reconocimiento básico de las letras en estos niños y luego les dejaron participar en varios tipos diferentes de actividades por un período de 50 minutos. Algunas de estas actividades involucraban un estilo tradicional de enseñanza en las aulas, del tipo de pizarra y conferencia. Otras implicaban aprender ejercicios nuevos a través de una combinación de movimientos y escucha. Otros en cambio suponían el ejercicio de un constante movimiento a lo largo de una sesión de 50 minutos. Al final de cada una de ellas, se aplicó la misma prueba de reconocimiento. Los investigadores encontraron que cada una de estas actividades incrementaban los resultados de la prueba.
Pero, por un margen muy amplio, los resultados aumentaron todavía más después de 50 minutos de movimientos constantes. Es decir, en base a ejercicios de resistencia —como por ejemplo, correr, brincar, saltar. En lugar de dejar a los niños agotados —como generalmente uno puede pensar que sucede después de un evento de resistencia de este tipo—, estas actividades permitieron en cambio que los niños terminen más concentrados y activos en clases. Los resultados fueron menos espectaculares en aquellas actividades que requerían que los niños aprendan y dominen nuevas habilidades, lo que conduce a los investigadores a especular que, pidiéndoles a los niños a pensar y moverse al mismo tiempo, puede provocar un exceso de estrés en el cerebro.
Varias implicaciones interesantes surgen de esta investigación. Agregar deportes a la jornada escolar no debe ser un lujo de escuelas o estudiantes privilegiados. Existe un “plus académico” adicional que se obtiene al practicar algunos tipos de deportes, precisamente aquellos que se encuentran entre los más baratos que se pueden practicar. No requieren infraestructura o equipos especiales. Debemos dejar que los niños corran, salten, jueguen al fútbol, etc., con la mínima interrupción para ofrecer instrucciones detalladas o insistir en secuencias complicadas. Mientras las escuelas de la región se orienten hacia una incorporación más formal de la educación física en el horario escolar, pareciera que hay poca necesidad de quedar atascados en los detalles del plan de estudios o de la infraestructura física. Simplemente, programe un tiempo fuera del programa de estudios, y hágalo con los recursos que se encuentren a disposición de la escuela. Esta vez, estar lejos de las tareas escolares probablemente genere mayores beneficios positivos que se expresarán mejor cuando los niños se encuentren realmente abocados a cumplir con sus propias tareas.
Enlaces
Reynolds, Gretchen. “For Better Grades, Try Gym Class” New York Times 10 de agosto, 2011.
Gallotta MC, Guidetti L, Franciosi E, Emerenziani GP, Bonavolonta V, and Baldari C. (2011). “Effects of Varying Type of Exertion on Children’s Attention Capacity.” Medicine and Science in Sports and Exercise.
pedro dice
Una imagen vale más que mil palabras. Con el ejemplo aprende más el estudiante ya que lo visual se capta con mayor atención,por ello el movimiento del cuerpo y su forma los atrae mucho más,ya que todo entra por los ojos