* Co-escrito por María Loreto Biehl y Cecilia Diaz Campos
Posiblemente pocos se cuestionen el valor de ampliar las oportunidades de los niños para acceder a espacios de recreación, deporte y cultura, un segundo idioma o tecnologías. Todos queremos esto para nuestros hijos. Muchos queremos también una educación moderna que les permita ser creativos y críticos, además de capaces de navegar – y ojalá de transformar – un mundo donde lo único constante es el cambio. Las exigencias de nuestra sociedad hacen que la expectativa sea, cada vez más, que esas habilidades y conocimientos necesarios para triunfar en la vida sean desarrollados durante el tiempo que nuestros hijos permanecen en la escuela.
Hoy en día, la jornada escolar de la mayoría de los sistemas públicos latinoamericanos dura cuatro horas diarias, pero la opción de ampliarla se plasmó en las Metas Educativas 2021, elaboradas en 2008 y acordadas por todos los ministros de educación de la región. En este marco, muchos países han incluido en sus estrategias la expansión de la jornada escolar para así mejorar la calidad y, sobre todo, la equidad educativa.
Entonces, caben varias preguntas: ¿Qué implica para las escuelas y los estudiantes ampliar el tiempo escolar? ¿Más horas en el aula mejoran efectivamente los resultados educativos y los aprendizajes? A la luz del recién finalizado Programa de Jornada Extendida de Río Negro, Argentina, apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre el 2008 y el 2014, comparto algunas reflexiones.
Modalidades
Las modalidades de extensión de jornada son diversas. El objetivo, el tiempo de extensión, el grupo etario al cual se dirigen y la definición de su obligatoriedad y de las metodologías de enseñanza pueden variar significativamente.
Por ejemplo, en Río Negro, la jornada se extendió de 4 a 8 horas, es obligatoria para toda la primaria y el tiempo extra se invierte en talleres de inglés, tecnologías, artes y en refuerzo curricular. Inclusive en Río Negro hay dos modalidades adicionales de ampliación de tiempo escolar: la jornada completa que son también 8 horas, pero reproduce el currículo de la jornada simple y la “hora más” que brinda un espacio de refuerzo escolar. Otras provincias de Argentina han optado por la ampliación a 6 horas diarias dirigidas a cuarto, quinto y sexto grados, con el objetivo de facilitar la transición a secundaria o de incluir un segundo idioma.
Al margen de la modalidad, la mayoría de los estudios disponibles asocian la ampliación del tiempo de instrucción con el desempeño estudiantil. En particular, cuando se trata de poblaciones vulnerables y cuando el tiempo se ocupa en actividades de interacción directa entre el docente y el alumno, y también si se acompaña de modificaciones en la gestión y en las prácticas de enseñanza. Es decir, el éxito de la jornada escolar extendida depende de cómo se utiliza el tiempo adicional.
Riesgo y potencial
La extensión de jornada puede presentar ciertos “peligros”. Dada la complejidad de organizar jornadas de mayor carga horaria, se corre el riesgo de focalizar las acciones en los temas más visibles como la mejora de los espacios físicos o la implementación de talleres o clases adicionales de forma aislada. Aunque son necesarias, estas actividades pueden dejar en segundo plano el potencial de optimizar las metodologías de enseñanza durante toda la jornada escolar.
Aunque en Río Negro aún no contamos con resultados en términos de aprendizajes, medidos con pruebas estandarizadas, las tendencias son prometedoras. Por ejemplo, entre 2007 y 2012, en las escuelas urbanas con jornada extendida, se registró un aumento de la tasa de promoción de 19,1% comparado con un aumento del 10,4% en las escuelas de jornada simple.
Además, el camino recorrido permite identificar algunos elementos claves. Entre ellos, una resolución Ministerial que, desde el 2013, regula la extensión del tiempo escolar y aborda las problemáticas que enfrentaron los pioneros, facilitado el camino para las nuevas escuelas. Por otra parte, se institucionalizaron los espacios semanales para el planeamiento educativo. Hoy, es clara la necesidad de incorporar acompañamiento para transitar a una nueva forma de gestión escolar, tanto administrativa como pedagógica.
En el ámbito administrativo, se debe tomar en cuenta la gestión de nuevos espacios como los comedores y la necesidad de coordinar un cuerpo de docentes más numeroso y diverso. En cuanto a la gestión de los aprendizajes, es necesario acompañar a las escuelas para que logren currículos integrados que tomen en cuenta la evidencia internacional sobre cómo aprenden los niños. También se debe buscar el balance adecuado entre actividades recreativas, artísticas y académicas para evitar el efecto “cansancio” y aprovechar al máximo el tiempo escolar.
En fin, a lo largo de estos años, Argentina ha aprendido lecciones valiosas sobre las cuales vale la pena profundizar y construir. Para contribuir con la discusión, quisiera finalizar esta nota invitándoles a leer Nuevos tiempos para la educación primaria: Lecciones sobre la extensión de la jornada escolar de UNICEF y CIPEC. Se trata de un libro que analiza las lecciones de los modelos de ampliación de jornada en Córdoba, Mendoza, Río Negro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Buenos Aires en Argentina. Además, la publicación presenta una buena síntesis de las políticas y estudios de extensión de jornada a nivel internacional. ¡Qué lo disfruten!
*Cecilia Dias Campos es pasante del programa Catedra BID, Argentina.
Tanda Extendida: La educación como motor de desarrollo.
Republica Dominicana en este momento dentro de sus políticas publicas de educación, se encuentra desarrollando un programa de tanda extendida que ha iniciado como un plan piloto que se ha ido expandiendo en todo el sistema educativo. Vale destacar que, uno de los aspectos mas dramáticos del impacto de esta política es que de 1,997,218 estudiantes inscritos en el sistema educativo estatal en el presente año escolar 2014-2015, 814,474 se encuentran en la tanda extendida, lo que claramente indica que se ha incorporado un 40 % del estudiantado publico. Todo lo anterior es con la finalidad de ampliar las horas de estudios de los niños.
Sin lugar a dudas, es una política pública que obtendrá sus resultados a largo plazo pero evidentemente es la única manera de construir una sociedad más educada, consciente y por consiguiente, mas productiva para el país y con mayor calidad de vida para ellos mismos.
Estos esfuerzos del Estado Dominicano no se están desarrollando de manera aislada, tampoco podríamos decir que es tarea fácil, pues la tanda extendida está siendo acompañada de una masiva construcción de aulas, al mismo tiempo se están revisando los protocolos de calidad de los alimentos escolares que ingieren los infantes, lo que quiere decir que resultaría contrario a la lógica tener los niños en la escuela y no elevar la calidad y cantidad de raciones alimenticias de la jornada educativa.
Por otra parte, la extensión del tiempo que permanecen los niños en los centros educativos debe ir de la mano con la ampliación de la oferta curricular, pues corremos el riesgo de encontrarnos ahora con un superavit de tiempo y un déficit de contenido. En este sentido, entiendo que debemos aprovechar este tiempo extra para agregar asignaturas como la educación cívica, música, teatro y gimnasia, así como otras disciplinas de la educación física y el arte.
En este orden, decía en un articulo que publiqué hace unos meses, titulado “Danilo Medina: El presidente de la Educación y la Alfabetización”, que Naturalmente, el mayor legado que la presente Administración dejará a las futuras generaciones de dominicanos y dominicanas lo constituirá la educación, sabiendo que no hay peor pobreza para un país que la ignorancia misma, y de esto está consciente el presidente que desarrolla un plan de educación a gran escala, que va desde lo básico a lo complejo, desde la infraestructura con la construcción de sus 10,000 aulas, hasta la capacitación del personal docente, que va desde el desayuno escolar hasta la tanda extendida, y que va desde lo particular a lo general y viceversa.
Finalmente, pienso que con la implementación de la tanda extendida en el sistema público dominicano se presenta un juego donde todos ganamos, ganan los niños que se educan, gana la nación que se desarrolla y hasta los padres ganan pudiendo retirar sus niños luego de la salida del trabajo.
Geovanny Vicente Romero.
Abogado. Politólogo. Académico.