Hace pocas semanas, asistí a dos eventos en Quito donde presentaban los resultados de Ser Estudiante y Ser Bachillerato, dos pruebas estandarizadas que sirven para medir los aprendizajes estudiantiles en el Ecuador. Ser Estudiante evalúa a niñas y niños de 4º, 7º y 10º de Educación General Básica del Ecuador, mientras que Ser Bachillerato se aplica al finalizar el último grado de secundaria. En las presentaciones, vi muchos periodistas interesados y gran motivación de parte del resto de los asistentes. De hecho, esta es la primera vez en la historia en que Ecuador dispone de datos tan abundantes y confiables sobre el nivel de aprendizaje de los estudiantes de casi todos los niveles educativos (solo faltaría primer grado de básica para saber con qué fundamentos los niños ecuatorianos inician el ciclo escolar obligatorio).
Al día siguiente de la liberación de los resultados, consulté la prensa muy temprano porque esperaba encontrar muchos datos y debates en los diarios, la radio y la televisión. También tenía la expectativa de escuchar comentarios en los pasillos de la oficina y en la calle. De verdad, confiaba en que habría una efervescencia comparable, quizás no con la del Mundial de Fútbol en Brasil, como lo comento en mi blog post anterior, pero sí similar a la que produce la publicación de los resultados de pruebas nacionales e internacionales en otros países.
Entonces, me dispuse a hacer la búsqueda en Internet y resultó que menos de 10 artículos reportaban algunos datos sobre los resultados de las pruebas nacionales de aprendizaje. Ninguno profundizaba en el análisis y menos alimentaban el debate público. El único mensaje que la prensa mostró fue que los resultados de “Ser Bachillerato” mejoraron en comparación con los del año anterior, cuando los datos y gráficas que producen el INEVAL (Instituto Nacional de Evaluación Educativa) dan para desagregar por materias, territorios, género, tipo de establecimiento, etc. como lo muestra el comunicado de prensa del Instituto Nacional de Evaluación (INEVAL).
Entonces, ¿a qué se debe esto? ¿Será que la calidad de la educación no les interesa a los ecuatorianos? ¡Esto es absolutamente imposible! El primer elemento de explicación es que en Ecuador, como en muchos países de la región, estamos todavía muy poco acostumbrados a apoyarnos en datos objetivos y estandarizados para evaluar la calidad del servicio educativo. Por ejemplo, en Ecuador, el tema de la asignación de estudiantes a cada escuela pública del país al inicio del año escolar (lo que la prensa llama “asignación de los cupos”) generará en los próximos días mucho más debate en Ecuador que el análisis de los datos de las pruebas de aprendizaje y sus implicaciones de política. Si bien es importante que cada alumno sea asignado a la escuela más cercana o a la que van sus hermanos, esto no tendrá nunca la relevancia que tienen los resultados de estas pruebas sobre su futuro desempeño escolar, sus oportunidades de desarrollo laboral o el crecimiento económico del país.
Como segundo elemento de explicación, hay que reconocer que en el caso del Ecuador (y de otros países), las políticas públicas y las instituciones gubernamentales se encuentran a veces un paso más adelante con respecto a los medios de comunicación, de la opinión pública y de una parte importante del mismo sistema educativo.
Por lo tanto, parece fundamental mezclar en la proporción justa los siguientes 3 ingredientes a fin de tener un debate educativo más suculento, opciones de políticas equilibradas y un plato principal de calidad:
- Producir más y mejores datos. El sistema ecuatoriano de medición y evaluación de la calidad de la educación se está convirtiendo en un modelo al nivel regional, tanto por el ritmo sin precedente de su construcción como por su alcance y metodología sistemática y rigurosa. Y, en consecuencia, se dispondrá de más datos a través de las pruebas nacionales subsiguientes y de las pruebas internacionales en las cuales Ecuador decidió participar (resultados de TERCE en diciembre 2014 y de PISA en 2016).
- Publicar los datos desagregados para promover su análisis. De hecho, con un sistema abierto de acceso a los datos (sin comprometer la confidencialidad de los mismos), se amplían las fuentes de análisis. Así, desde los investigadores independientes hasta las universidades, expertos que van desde lo nacional a lo internacional podrán utilizarlos con la finalidad de enriquecer los análisis de las mismas instituciones públicas.
- Producir instrumentos para facilitar el involucramiento de la sociedad civil. Para seguir abriendo el camino como líderes del proceso de mejoramiento de la calidad de la educación, las autoridades del sistema educativo necesitan producir formatos que faciliten la lectura y diseminación de los resultados por parte de los actores del sistema (directores de escuela, docentes, etc.), de los medios de comunicación y de la opinión pública para que así estos puedan informar la toma de decisiones y, más importante aún, guiar los cambios en las escuelas y en la enseñanza.
Para contribuir con este último ingrediente, el BID pronto organizará, en coordinación con el INEVAL y el Ministerio de Educación, un intercambio de experiencias con Brasil para identificar cómo el estado central, los estados federales, los municipios y la sociedad civil utilizan los resultados de sus pruebas nacionales para generar debate público y mejorar las políticas públicas e, in fine, mejorar la calidad de la educación.
¿Y tú? ¿Crees que en tu país se mezclan estos tres ingredientes? ¿O le falta sazón al debate educativo?
José Guillermo Brito Albuja dice
No es lo mismo contar con datos abundantes y que estos sean confiables.
Todo el “sistema” de evaluación realizado por el Ministerio de Educación y su dependencia el INEVAL es un círculo cerrado que se “socializa” cuando todo está ya decidido y consumado.
Solo para referirme a las denominadas pruebas “ser bachiller” el tipo de prueba de datos e informaciones, con escasas exigencias de pensamiento y resolución de problemas, con unos estándares construidos no sobre el piso, sino debajo de él, en el sótano para que, precisamente, los resultados anuncien un mejoramiento de la educación de Ecuador.
Baste comparar estos resultados con los que se vienen obteniendo para el ingreso a las universidades y con la promoción muy baja, en los primeros cursos,que se ha logrado en las universidades emblemáticas como Yachay.
Esto genera desconfianza, desgano y desmotivación.
La realidad es otra la propaganda también.
Pablo Silva Basantes dice
Saludo la iniciativa de propiciar una gran reflexión nacional e internacional en torno a la calidad de la educación. También reconozco la labor del Ineval, que en poco tiempo ha generado mucha información interesante respecto a la evaluación educativa.
Lo que no me parece adecuado es que se evalúe a los estudiantes ecuatorianos con una métrica nacional y no con una métrica internacional, provocando confusión en el análisis e interpretación de los resultados y sobre todo dando la impresión de que estamos muy bien; como por ejemplo el promedio de la prueba Ser Bachiller 2014, que sobrepasa los 820 puntos sobre 1000, según el índice Ieval. Este promedio nacional, comparado con el promedio de pruebas internacionales como Pisa 2012, donde los países con más altos promedios no llegan a 700 puntos sobre 1000. Me gustaría poner en el debate este asunto.
Es necesario reflexionar muy seriamente sobre la verdadera calidad de la educación.
Att.
Pablo Silva Basantes.
Julien Hautier dice
Estimado José, Estimado Pablo,
Es absolutamente cierto que necesitamos más datos sobre la calidad de la educación en Ecuador y más datos comparables. Y la buena noticia es que parece que vamos en este sentido. De hecho, se espera que las pruebas Ser se repiten regularmente en el tiempo de tal manera a tener datos comparables y tendencias. Ahora es cierto que debemos contar con los mejores psicometristas para disponer de pruebas comparables en el tiempo. También lo que nos va ayudar mucho en el análisis son las pruebas internacionales. De mi diálogo con las autoridades educativas del país, entiendo que tendremos resultados de las pruebas TERCE en diciembre de este año. Y en el 2015, Ecuador entrará a la prueba PISA como lo comento en un blogpost previo https://blogs.iadb.org/educacion/2014/02/06/a-meter-goles-en-brasil-y-en-pisa/
En breve, me parece que se ha superado un etapa difícil que es la del inicio. Empezar a tener datos de calidad sobre los aprendizajes de los niños del país. Ahora para que esto genere un antecedente tal que no haya marcha atrás, es importante que el debate educativo se nutra de estos datos, los discuta, los pelee, etc. Gracias por apoyar en este sentido, a que la pelota siga rodando!