La cifra no es trivial: el 17% de los niños y las niñas del mundo vivían en zonas de conflicto a finales de 2020. La exposición a eventos traumáticos en los primeros años de vida puede generar que el sistema de respuesta al estrés esté activo de manera prolongada. Esto es conocido como estrés tóxico y afecta las trayectorias de vida de los niños. ¿Qué desafíos encontramos al promover el desarrollo infantil en contextos de violencia? ¿Qué claves hemos descubierto para garantizarlo? El proyecto Semillas de Apego arroja luz sobre el tema.
Se trata de un programa de acompañamiento psicosocial a cuidadores de niños en la primera infancia que viven en contextos de conflicto armado o desplazamiento. Actualmente es implementado por agentes comunitarios en cuatro regiones de Colombia afectadas por el conflicto armado o con alta acogida de población desplazada o migrante: Tumaco, Nariño; Jamundí, Valle del Cauca; y Barranquilla y Soledad, Atlántico.
Dada la experiencia del proyecto, les presentamos las tres claves para promover el desarrollo infantil en estos contextos.
1. Restaurar la salud mental de los cuidadores
La mayoría de los programas que promueven el desarrollo infantil temprano buscan que los cuidadores entiendan por qué es importante estimular a sus hijos e hijas y cómo hacerlo, pero dejan de lado cómo está el estado emocional del cuidador que también está afectado por el contexto.
Los problemas de salud mental generan entumecimiento emocional, que es la antítesis de las relaciones de apego seguro. En contextos de conflicto armado y desplazamiento la incidencia de problemas de salud mental es alta, por lo que Semillas de Apego propone generar espacios que permitan restaurar la salud mental de los cuidadores al:
- Identificar sus fortalezas personales.
- Reflexionar sobre su capacidad de asumir y responder a los roles que tienen en sus familias y en sus comunidades.
- Identificar experiencias benévolas de su niñez que les den fuerzas para enfrentar el día a día y la crianza de sus hijos e hijas.
- Reconocer el impacto que han tenido las experiencias violentas en su vida y su capacidad de resiliencia frente a esas situaciones.
2. Fortalecer el vínculo entre los cuidadores y los niños
Cuando los cuidadores reflexionan sobre sus experiencias de vida pueden identificar maneras de generar un apego seguro con sus hijos e hijas. Se trata de un apego que les brinde protección, seguridad, confianza y predictibilidad. En este proceso de reflexión, los participantes fortalecen sus capacidades para relacionarse con los niños con base en su etapa de desarrollo para responder mejor a sus necesidades. Por ejemplo, los participantes aprenden a identificar que cuando sus hijos dicen “No” o gritan, no es por hacerles la vida difícil a sus cuidadores, sino que son comportamientos que forman parte de su proceso de desarrollo de autonomía, especialmente de los dieciocho meses a los tres años.
3. Promover la construcción de equipos de crianza
La construcción de equipos de crianza (sean familiares, amigos, vecinos u otras personas de la comunidad) es importante para evitar que los cuidadores se desborden emocionalmente. Aquí es clave que los cuidadores identifiquen que hay otras personas involucradas en la crianza de sus hijos e hijas que generan tranquilidad y confianza, y que no están solos en el desafío de educar a sus niños.
En el contexto de conflicto armado y desplazamiento es necesario abordar el tema de la construcción de equipos de crianza de manera cercana, ya que se trata de entornos donde las relaciones y la confianza suelen ser frágiles. A través de las sesiones grupales organizadas por Semillas de Apego se fortalece la idea de que hay personas que pasan por desafíos similares y que los cuidadores no están solos en el proceso de involucrar a más actores en la crianza de sus niños.
Actualmente, el proyecto Semillas de Apego está trabajando en mecanismos de entrenamiento, monitoreo y supervisión a escala del programa, con base en conocimiento técnico y buenas prácticas identificadas por el BID. Adicionalmente, con apoyo de la red de proyectos del Fondo de Innovación para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT), se están desarrollando versiones mejoradas del modelo para lograr un mayor impacto a través de alianzas estratégicas, como la que se realizó con integrantes de Sesame Workshop, quienes compartieron materiales interactivos como herramienta para fortalecer el aprendizaje y el vínculo afectivo entre cuidadores y niños y niñas.
Para mantenerte conectado y conocer más de este innovador trabajo, te invitamos a que explores el Hub de Conocimiento en Desarrollo Infantil Temprano donde encontrarás detalles de este y otros proyectos, recursos e información muy útil en DIT.
Este proyecto fue financiado por el Fondo de Innovación para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) con la coordinación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el apoyo de la Fundación FEMSA, la Fundación María Cecilia Souto Vidigal, Open Society Foundations, Porticus y la Fundación Bernard van Leer. El Fondo continúa trabajando los próximos años con el firme propósito de innovar para lograr la calidad de los servicios de DIT.
Leave a Reply