
La posición de Obama respecto de la educación infantil está cambiando. Es su deseo que “centros preescolares de alta calidad estén disponibles para todos los niños en Estados Unidos”. Esta posición ha ganado apoyo en varios estados donde se ha venido sosteniendo que la desigualdad en la educación se origina a muy temprana edad. El renovado énfasis que el presidente ha puesto en este tema podría deberse a la apremiante necesidad de cerrar la brecha existente entre niños privilegiados y niños pobres, de la que ya hemos discutido anteriormente en este blog.
En 2011 el gobierno de Obama desembolsó 633 millones de dólares en subsidios competitivos para que los estados desarrollaran programas preescolares de excelencia. Solo nueve estados se hicieron acreedores a dichos subsidios. Durante el año escolar 2010-2011, el 28% de los niños de 4 años de edad y el 4% de los niños de 3 años fueron inscritos en programas preescolares financiados por el Estado ―los porcentajes de inscripción en escuelas privadas fueron 29% y 31%, respectivamente. Un informe del NIEER revela que solo cinco estados se han impuesto la meta de ofrecer cupos en programas preescolares a todos los niños de 4 años de edad. Además, actualmente 1,1 millones de estudiantes están inscritos en programas Head Start financiado por el gobierno federal y, no obstante, existen millones de niños que aún están fuera del sistema educativo. En los 10 estados que no financian la educación preescolar la mayoría de los niños tienen su primera experiencia educativa a los 6 o 7 años de edad.
Los investigadores han demostrado que los programas preescolares bien diseñados producen réditos mayores a lo invertido. James Heckman, ganador del Premio Nobel y economista de la Universidad de Chicago, concluyó que cada dólar invertido en el programa Perry ―un programa preescolar de alta calidad dirigido a niños desfavorecidos― produjo un rédito para la sociedad que oscilaba entre 7 y 12 dólares.
La evaluación del programa preescolar de la Escuela Primaria Perry en Michigan es muy conocida. Allí se incentiva a los niños de bajos recursos a planificar, iniciar y discutir sus actividades académicas con los maestros, quienes no solo les imparten clases durante la jornada escolar, sino que también les visitan en sus hogares para reforzar las lecciones y realizar actividades de estimulación con los padres. Años más tarde, los estudiantes de la Escuela Perry muestran menores índices de deserción escolar y de arrestos, mayores niveles de ingresos y menores tasas de embarazo en la adolescencia.
La administración de Obama ha sugerido que el gobierno federal trabaje con los estados, tanto para dotar de educación preescolar a todos los niños de 4 años de edad que provengan de familias de ingresos bajos o moderados, como para ampliar el programa Early Head Start. Tal vez uno de los aspectos más innovadores de la propuesta es que el gobierno federal entregará una cantidad igual a la que asigne cada estado a los centros preescolares públicos para abrir cupos destinados a aquellos niños de 4 años de edad cuyas familias perciban ingresos de hasta un 200% de la línea de pobreza. La propuesta también viene acompañada de un incentivo para incluir a las familias de clase media: el gobierno federal asignará fondos adicionales a fin de ampliar los cupos de educación preescolar pública para beneficiar a las familias de clase media que podrían pagar las matrículas de acuerdo a una escala diferenciada. Esta propuesta surgió gracias a que unos pocos estados han estado impulsando más enérgicamente la existencia de centros preescolares financiados por los contribuyentes.
A modo de ejemplo, cabe mencionar el caso de Alabama, donde solo el 6% de los niños están inscritos en centros preescolares financiados por el Estado. El gobernador ha pedido un aumento de 12,5 millones en el presupuesto para la educación preescolar y continuará incrementando dicho presupuesto para que en un periodo de 10 años todos los niños de 4 años de edad tengan cupo en una clase de nivel preescolar. Para recibir fondos públicos, un centro preescolar debe contratar maestros altamente calificados, mantener en menos de 20 el número de niños por clase y seguir el currículo aprobado por el Estado. Alabama recibió las mejores calificaciones gracias a sus estándares de calidad, y la buena noticia es que el gobierno de Obama ha propuesto estándares similares para el programa federal.
Como ha dicho Obama: “Sabemos que esto funciona. Así que hagámoslo y asegurémonos de que ninguno de nuestros niños empiece la carrera de la vida con desventaja. Demos una oportunidad a nuestros niños”. Ahora el desafío será lograr que el dinero de los contribuyentes sea canalizado hacia servicios de alta calidad. Los países de América Latina y el Caribe que están comprometidos con el progreso de la educación inicial deben mirar de cerca cómo se desarrolla la implementación de esta propuesta.
El articulo me parece muy bueno como la intención del mismo
Hace 12 años he estado buscando la mejor forma de guiar la educación infantil y he llegado a la conclusión que sí se puede conseguir que nuestros niños sean los profesionales del mañana.
Se necesita un cambio urgente en la forma como lo estamos haciendo, si queremos tener éxito.
En este momento estoy luchando con mucho sacrificio económico para empeaar el programa en Colombia y Estados Unidos y continuarlo en otros países. Confio tener apoyo para que mediante una educación infantil con moral y carácter podamos ayudar a que muchas familias salgan de la pobreza mediante la preparación profesional.
Este plan seria excelente implementarlo ahora mismo, en El Salvador, Guatemala y Honduras, para así evitar que mas niños se sigan exponiendo.
El programa les permitiría a los niños recibir educación bilingue monitoreada por sus padres y familiares desde Estados Unidos. Y que en vacaciones, fines de semana o días feriados pudieran obtener un permiso de visa para viajar en avión a visitar a sus seres queridos con el compromiso serio y responsable de regresar y seguir estudiando.
Estoy 100% seguro que vamos a tener éxito y de que nuestras próximas generaciones disfruten de sus éxitos con seguridad y libertad.
Atentamente,
Jamie Ciro