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Este artículo es parte de una serie acerca del trabajo de ICES en el norte de Haití. Recientemente, la región ha acogido a nuevos proyectos de desarrollo, como el Parque Industrial de Caracol (PIC), que buscan fomentar el crecimiento económico y que aceleran el proceso de urbanización. En este contexto, el reto para la planificación, incluyendo la formalización de asentamientos, la provisión de infraestructura básica, la reducción de riesgo y vulnerabilidad, y la conservación ambiental, es impulsar proyectos ancla como el PIC al tiempo que se asegura el derecho a ciudades sostenibles y a la capacidad de los haitianos para definir la forma y visión urbana futura.
¿Cómo se relaciona el transporte con el desarrollo urbano en el norte de Haití? Veamos como lo percibe Donald, un joven predicador del Cabo Haitiano que de vez en cuando trabaja como chofer. Recientemente, él me contó su sueño: comprarse un minibús y servir a la gente que vive a lo largo de la Route National 6, la carretera principal de la región. Donald presentó el problema con agilidad matemática. Durante hora pico en Cabo Haitiano resultaría fácil llenar una van para 20 personas. Por 50 gurdas haitianas (US$1,15), unos doce pasajeros se bajarían 30 minutos después en el Parque Industrial de Caracol, lo cual representa una ganancia de $14. El resto de personas irían seguramente a Ouanaminthe (también conocida como Juana Méndez), ciudad junto a la frontera dominicana. El viaje tomaría otros 50 minutos y costaría 65 gurdas, sumando una ganancia adicional de $12. Donald me aseguró que el cálculo es conservador, ya que sería fácil recoger a mucha más gente a lo largo de la vía, especialmente estudiantes del campus UHE cerca de Limonade. Además, un minibús es más atractivo que un viejo tap-tap y más seguro que una moto de alquiler (aunque si más lento). Lamentablemente, Donald dice que con dificultad podrá ahorrar lo suficiente y que no hay opciones de crédito para la compra de vehículos. Ha decidido ahorrar para instalar su propio pap padap, un kiosco móvil de recarga de saldo para celulares. Basta con pagar una entrada para que empresas de telefonía local le otorguen un crédito por el resto del capital necesario. Y, según contó, los costos iniciales y de operaciones son mucho comparablemente más bajos que un servicio de buses.
La historia de Donald refleja una de las relaciones fundamentales en temas de planificación urbana: los lugares donde uno vive y trabaja, y cómo se traslada de un lugar a otro, tienen un impacto directo sobre la densidad y ubicación de los asentamientos urbanos, además de crear importantes consecuencias ambientales, sociales y económicas. El viaje diario desde el Cabo Haitiano, la gran urbe regional, hacia destinos arrimados a la RN6, es bastante caro y reduce de manera significativa el salario diario. Esto podría crear un incentivo económico para mudarse a lugares cercanos al trabajo o a la universidad, desde donde se puede caminar o viajar en bicicleta, así como hacen hoy muchos empleados del PIC. Sin embargo, el acceso a la tierra y a la vivienda asequible es sumamente limitado; además, por este tipo de mudanza a menudo se sacrifica el acceso a servicios y comercios que existen en pueblos de mayor densidad. De cualquier modo, en la práctica, mucho haitianos no tienen poder de elección: el transporte privado e informal es muy caro, la mudanza a nuevas zonas urbanas difícil. El resultado de esta dinámica podría ser la aparición y expansión de asentamientos informales.
La movilidad es esencial para conseguir un desarrollo urbano sostenible en el norte de Haití, sobre todo si se considera que, a medida que proyectos como el PIC crecen, también aumenta la demanda por un mejor sistema de transporte y por núcleos urbanos saludables (ya sean nuevos o existentes) que fomente un uso mixto y denso del espacio urbano. Para alcanzar el objetivo general de ICES en Haití—ayudar a elaborar estrategias de desarrollo urbano locales, manteniendo una visión regional—debemos entender claramente cuáles son los patrones de movilidad locales y regionales, y cómo se proyectan dentro de escenarios de crecimiento urbano futuro. Actualmente, ICES está por empezar una encuesta de origen-destino, la cual permitirá recoger datos cuantitativos confiables sobre patrones de viajes y determinar necesidades futuras. Esta encuesta representa la base técnica para el diseño de un plan de movilidad regional, insumo imprescindible para guiar propuestas de desarrollo urbano y para implementar opciones de transporte más variadas y asequibles para las poblaciones del norte de Haití. Toda intervención a nivel urbano, desde ciclo vías que podrían conectar a Caracol con el PIC y la RN6, hasta el lanzamiento de la incubadora del BID para pequeñas empresas (la cual podría ayudar a emprendedores como Donald), deben fomentar la relación simbiótica que existe entre el transporte y el desarrollo urbano.
Marco Antonio Gamarra La Barrera dice
Este tipo de esfuerzos son apoyados por organismos como el BID, la CAF y el BM.
Nos toca hacer Un análisis prospectivo que proponga soluciones a la realidad futura de nuestras ciudades…
Patricio Zambrano Barragan dice
Hola Marco,
Muchas gracias por leernos y por tu comentario.
Como refleja la conclusión del post, lo que estamos haciendo es justamente un análisis de posibilidades y necesidades de movilidad, en conjunto con planificadores y la sociedad civil de Haití. El énfasis es en la asequibilidad de dichas opciones, así como también en su sostenibilidad y respuesta a condiciones locales–de ahí la oportunidad de potencializar el uso de bicicletas, que es regular en el Norte de Haití.
Saludos,
Patricio