Escrito en colaboración con Barbara Pons Giner, profesora de diseño urbano, The George Washington University
Imposible, demasiado complicado, excesivamente costoso. Eso es lo que argumentan muchos responsables municipales cuando se les plantea la recuperación de un río urbano. Revertir la degradación de un rio (o un arroyo, quebrada, lago, frente marítimo…), recuperar la calidad de su agua y hacer disfrutables sus márgenes parecen tareas inabarcables después de décadas de abandono y mala gestión.
Asociaciones Público-Privadas en la recuperación de espacios ribereños
Por eso elegimos esta ciudad argentina para, en el marco de la Red de Ciudades ICES, desarrollar el encuentro internacional “Asociaciones Público-Privadas en la recuperación de Espacios Ribereños”, al que asistieron representantes de 26 ciudades y organismos de alcance nacional de 11 países de América Latina y El Caribe.
El taller, que tuvo lugar entre el 7 y el 9 de mayo de 2014, tuvo como objetivo generar en las ciudades de la región un mayor conocimiento sobre el potencial de la recuperación de ríos y frentes costeros en el reordenamiento del desarrollo urbano y el rescate de espacios públicos, haciendo especial énfasis en los mecanismos de cooperación público-privados que han servido como herramientas para recuperar y mantener tales espacios.
Algunas imágenes de las actividades del taller – Gentileza Municipalidad de Rosario
A lo largo de tres jornadas, los participantes pudieron ampliar el horizonte de conocimiento con un documental sobre experiencias de regeneración urbana en otros lugares del mundo, escuchar los casos de Rosario y Medellín de la mano de líderes municipales, técnicos municipales y desarrolladores privados, y recorrer en persona los espacios públicos recuperados en la ribera del rio Paraná. Hubo también lugar para el debate, en el que quedo de manifiesto el interés por este tipo de actuaciones (más información aquí).
Empecemos por el principio: el agua
La gran mayoría de las ciudades latinoamericanas (y del mundo) han nacido próximas a una masa de agua y su crecimiento siempre ha estado relacionado con ella. Pero el crecimiento acelerado de las urbes latinoamericanas desde la mitad del siglo pasado hizo que la mayoría de los cuerpos de agua se convirtieran en espacios poco accesibles y degradados ambiental y socialmente. Esta situación, además de causar problemas de salud pública o incrementar la exposición a fenómenos naturales, supone una pérdida de la identidad de la ciudad y el desperdicio de unos de los mayores activos de recreo y calidad de vida.
Uno de los muchos ejemplos de este fenómeno es la ciudad de Rosario, cuyo origen y desarrollo estuvo siempre condicionado por el rio Paraná, pero que creció durante décadas de espaldas a su rio. Los ciudadanos no podían acceder al agua, ya que unos muros separaban el espacio público de la ciudad de la zona costera, dedicada a usos mercantiles y productivos. Tras la negociación del traslado de la parte productiva portuaria al sur de la ciudad, la sucesión de intervenciones urbanísticas que la ciudad de Rosario emprendió en la franja costera del río Paraná representa uno de los proyectos más emblemáticos de la región sobre revalorización de frentes costeros y creación de espacios de uso público con escasos recursos fiscales. A partir de un ambicioso plan de desarrollo urbano, el borde costero en Rosario se erige hoy como eje articulador de espacios naturales y urbanos que incrementan la plusvalía urbana, promueven el reordenamiento del territorio y permiten la preservación paisajística y ambiental de su río. Y gracias a esta operación, Rosario incrementó en pocos años significativamente el número de m2 de espacio verde por habitante.
Dada la magnitud de recursos que requieren estas grandes transformaciones, resulta fundamental desarrollar modelos de concertación con el sector privado que le otorguen viabilidad financiera a estos proyectos. Las asociaciones público-privadas son herramientas que posibilitan a los gobiernos locales construir y mantener instalaciones y servicios que son de vocación pública y favorecen el desarrollo colectivo de la ciudad.
Recuperar el rio urbano es posible aquí y ahora
La mayoría de los representantes de las ciudades que participaron del taller continúan pensando que la tarea no es sencilla. Pero, tras la jornada de trabajo y debate en la que se expusieron los casos de Rosario y Medellín, manejan información e instrumentos para llevar esos deseos a la práctica, y en algunos años, ver esos sueños hechos realidad.
NO es un render (respuesta de Pablo Barese ante la entendible pregunta de un participante) – Gentileza Municipalidad de Rosario
cristina dice
En realidad un excelente trabajo, modelo instructivo a seguir aplicandolo de manera racional a las necesidades de cada ciudad. Particularmente Barranquilla hoy sufre las consecuencias de crecer y desarrollarse de espaldas y a costa, de sacrificar el Rio Magdalena, gran afluente de nuestro país (Colombia). generando toda clase de problemas urbanísticos, de salud pública, de tejido social, entre otros; y desperdiciando zonas gambientales de gran valor. A pesar de que se han iniciado planes de recuperación, aún falta disenar estratregias urbanísticas ambiciosas; que generen un verdadero cambio positivo a la urbe.
Martin Soulier dice
El principal objetivo del blog de ICES es diseminar experiencias que puedan servirles a otras ciudades, ya nos sentimos realizados si logramos generar la inquietud sobre la posibilidad de adaptación a nuevas ciudades de esquemas similares al de Rosario, gracias Cristina por el comentario. Ojala puedan encontrar en Barranquilla la receta que les permita volver a disfrutar el Río Magdalena en todo su esplendor!
Francisco Pardo Téllez dice
Rosario recupera una zona de su frente de agua al Paraná, río amplio y navegable, conexión logistica importante de su desarrollo, mientras en otras ciudades los pequeños hilos de agua que nacen en los cerros circundantes son entubados y enterrados bajo sus calles como es el caso de Bogotá y su cuenca oriental al río Bogotá.
Debemos dejar de darle la espalda al agua e incorporarla en el desarrollo y configuración de la ciudad.
Martin Soulier dice
Totalmente de acuerdo Francisco, dejemos de darle la espalda al agua! Gracias por su comentario. Algunas ciudades latinoamericanas ya están pensando en desentubar sus ríos y arroyos, estoy seguro que en unos años lograremos recuperar y disfrutar muchos cauces de agua.