Cada 9 de agosto, desde 1994, se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Por ello, hoy nos gustaría enaltecer el valor de la gran riqueza cultural, social, económica y sabiduría que aportan los pueblos originarios e indígenas a nuestra región, y a la vez, alertar sobre el riesgo que corren de volverse invisibles y funcionales, cumpliendo con los estereotipos designados, en nuestras ciudades.
Los pueblos indígenas: saberes, cultura y desigualdad
Los pueblos indígenas forman parte integral de la identidad, la cultura y la riqueza humana de América Latina y Caribe (ALC). La CEPAL estima que la población indígena ronda en 58 millones de personas, lo que supone el 9,8% del total de la población de ALC. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) su geolocalización es muy diversa a lo largo de la región, pues mientras para algunos países apenas cuentan con población indígena, para otros, supone una parte importante de su población total: Bolivia 62,2%, Guatemala 42% y Perú 24%, México 15,1%, Belice 13,7%, Panamá 12,3%, Nicaragua 8,9%, Honduras 7%, Ecuador 7%, Colombia 3,4% y Brasil 0,5%.
Naciones Unidas estima que, de los 826 pueblos indígenas existentes en ALC, 200 viven en aislamiento voluntario, 100 son transfronterizo y un número importante vive en entornos urbanos. Cuentan con una gran diversidad étnica, cultural y lingüística, según el BID, existen 420 lenguas indígenas en uso. Dentro de esta riqueza de saberes, destaca su cosmovisión, filosofía, matemáticas, arquitectura, ingeniería, producción, kipus (sistema de registro), símbolos, creencias, y su relación con la naturaleza. También poseen principios como: no robar (ama shwa), no mentir (ama llulla) y no ser ocioso (ama killa). Sin embargo, comparten una misma historia de imposición, desigualdad y desvalorización.
Pese a su riqueza cultural y de saberes, los pueblos indígenas continúan enfrentándose a barreras estructurales que limitan su plena inclusión social y económica. A pesar de que los pueblos indígenas representan el 9,8 % de la población total en la región, constituyen aproximadamente el 14 % de los pobres y el 17% de los extremadamente pobres de ALC. Esta situación pone de manifiesto una brecha que limita significativamente su participación en condiciones de igualdad en la sociedad.
Los pueblos indígenas urbanos del siglo XXI
La noción de ciudad no es ajena para varios de los pueblos indígenas. Cuando los europeos arribaron al continente se encontraron con ciudades sofisticadas en lo que hoy es México, Guatemala o Perú. Esta situación cambió dramáticamente durante la conquista, en la cual se tuvieron que replegar a las montañas o zonas rurales.
Actualmente, en ALC, la población indígena no solo se encuentra en las zonas rurales. Es más, pese a la creencia popular, según datos del Banco Mundial, la mitad de la población indígena de la región vive zona urbanas. Aunque los datos demuestran que, tradicionalmente, las comunidades rurales indígenas presentan mayor porcentaje de pobreza que las que habitan en las ciudades, esto no significa que no sigan expuestos a diversas formas y mecanismos de exclusión, que se profundizan en las urbes. A continuación, enumeramos algunos de los rasgos que describen el perfil de las poblaciones indígenas urbanas en nuestra región:
- La creciente urbanización de los pueblos indígenas en varios países de la región supone un alto riesgo de asimilación no intencionada en la medida que varios de los servicios públicos, como educación o salud, no están adecuados a su cultura o necesidades. Esta situación puede acentuar, por ejemplo, la pérdida de sus idiomas.
- El 36% de hogares indígenas que vive en las ciudades, 1 de cada 3 núcleos familiares vive en favelas, barrios populares o asentamientos informales en condiciones inadecuadas y sin acceso a servicios básicos
- La mayoría solo tiene acceso al sector informal de la economía, a empleos precarios y mal remunerados, con bajos ingresos
- La proporción de hogares dirigidos por mujeres está aumentando a un ritmo mayor que el de los dirigidos por hombres
- Debido a ser una minoría en las ciudades tienen un mayor riesgo de perder sus saberes, cosmovisión, idiomas, vestimenta, símbolos, tradiciones, relación con la naturaleza, e identidad
A pesar de que la evidencia resulta adversa, es importante reconocer el importante rol que tiene la población indígena en nuestra sociedad urbana del siglo XXI. Por ello, sería muy enriquecedor para nuestra sociedad, por ejemplo, aprender de su cosmovisión holística, o Alli kausai, Sumac kausai (quichua), cuya filosofía busca la vida armónica y trasciende de la sola satisfacción de necesidades y acceso a servicios y bienes.
¿Cómo pueden mejorarse las condiciones de vida de la población indígena en nuestras ciudades?
Resulta evidente que la situación de la población indígena en las zonas urbanas es una cuestión pendiente, y requiere ser abordada. ¿cómo podría llevarse a cabo?
Con un enfoque de equidad, justicia e igualdad a diferentes niveles. Para empezar, sería recomendable que en los propios marcos regulatorios donde se recogen los derechos de los pueblos indígenas, se hiciera referencia a las necesidades y problemas que tienen aquellos que viven en entornos urbano, reconociendo el pluralismo de saberes la capacidad de cada pueblo. Paralelamente, sería muy positivo que la cooperación internacional promoviese políticas orientadas a pueblos indígenas en entornos urbanos, pues generalmente suelen estar orientadas a aquellos que residen en entornos rurales. Y que los diferentes gobiernos de la región, los cuales, en su mayoría, también carecen de este enfoque a la hora de diseñar sus políticas asuman la integración de la diversidad. Algo similar sucede en la academia, pues todavía existe un vacío al respecto. Finalmente, no debemos pasar por alto el importante papel que juega la ciudadanía, a la cual le hace falta asumir de manera consciente su presencia, para generar procesos de integración intercultural. Asimismo, es importante sensibilizar y promover una convivencia más armónica en las ciudades, para desalentar el racismo y la discriminación consciente o inconsciente.
El derecho a la ciudad
El BID reconoce el incomparable e importante papel de los pueblos indígenas como participantes en el desarrollo de la región. Por esa razón, busca contribuir a crear las condiciones por las cuales puedan desarrollarse en armonía con el entorno urbano conforme a sus propias prioridades, saberes, prácticas y cosmovisión.
En consecuencia, en el marco del “Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, resulta necesario poner en valor la gran riqueza cultural y saberes que aportan estos pueblos a nuestras ciudades. Pero al mismo tiempo, resulta igualmente necesario alertar sobre los riesgos que corre la población indígena que habita en las zonas urbanas de nuestra región. Por ende, debería impulsarse, como parte de los derechos de los pueblos indígenas, el derecho a la ciudad, siendo sensibles a su cosmovisión sobre los bienes colectivos, identidades y concepción de bienestar.
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