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Curundú emerge, se conecta y se convierte en un modelo de ciudad sostenible. Es así como los finalistas del concurso BID UrbanLab conciben el futuro de este barrio de la Ciudad de Panamá, el cual a pesar de ser afectado por diversos problemas como la pobreza, la basura y el deterioro del espacio construido, goza de enorme potencial para hacer crecer su economía y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. El espacio público, el capital humano y la localización estratégica del barrio, son los valores locales que dieron vida a las tres propuestas que mejor materializan las posibilidades imaginadas para Curundú, al menos en el contexto de la primera edición del BID UrbanLab.
Tras un proceso de seis meses, el lunes pasado los líderes de los tres equipos finalistas viajaron a Washington DC para presentar sus propuestas ante un jurado internacional encabezado por el alcalde de Panamá, José Blandón. Aunque el objetivo formal de la sesión era elegir a la propuesta ganadora, la ocasión abrió espacio para mucho más: conocer a las caras detrás de los proyectos, sostener un diálogo sobre sus decisiones de diseño, pensar en mecanismos de implementación y, sobretodo, exhibir el enorme talento que tiene la juventud de América Latina y el Caribe, la cual se encuentra ansiosa de contribuir a una visión compartida de sostenibilidad en las ciudades.
Las exposiciones develaron el formidable esfuerzo que cada uno de los participantes realizó para identificar y comprender las realidades del sitio de intervención, incluso a un nivel personal. Por ejemplo, nos enteramos que antes de elaborar su propuesta, los integrantes de “Curundú: modelo de ciudad sostenible” viajaron por cuenta propia desde la ciudad peruana de Huancayo hasta Panamá. Más de tres mil kilómetros les separaban de Doña Inés—un personaje local que les alertó de la inseguridad que vive Curundú—y de una experiencia que sirvió al equipo para dimensionar la importancia de lograr que personas como ella se sientan orgullosas de su barrio.
Jhimmy Trinidad y Wilder Condor, integrantes del equipo de Huancayo, expusieron su propuesta de densificación en Curundú
Por su parte, el equipo que presentó “Curundú ¡Conecta!” descubrió que si bien Curundú enfrenta retos como una tasa de desempleo del 49%, también goza de un capital social latente, expresado en el 75% de la población que manifiesta interés en formar parte de organizaciones comunitarias y deportivas. Para ellos, el fortalecimiento de capacidades puede catalizar el emprendimiento y la construcción de valioso recurso humano en el barrio. El equipo de la Universidad de San Carlos de Guatemala efectivamente “conectó”, pues apreció que muchas de las problemáticas de Curundú sostienen paralelismos con los retos de su ciudad natal de Quetzaltenango.
Maximiliano Flores y Ligia Ruiz, del equipo de Guatemala, responden a la pregunta de Carlos Mojica, jurado especialista en transporte y movilidad
Finalmente, los jóvenes de la Universidad de Panamá nos transmitieron sus recuerdos de Curundú, remontándose a los tiempos en los que las puertas del emblemático estadio Juan Demóstenes Arosemena continuaban abiertas. Mediante análisis y visitas frecuentes al barrio, este equipo dimensionó las profundas implicaciones que tienen las conexiones ausentes entre el barrio y el resto de la ciudad. Tras la exposición y defensa de su principal argumento, “Curundú Emerge” obtuvo el mayor número de votos positivos por parte del jurado, ganando con ello el concurso BID UrbanLab 2015.
La principal intervención física de la propuesta ganadora consiste en la eliminación del viaducto de la Avenida Frangispani y el soterramiento de la Avenida Nacional. En este sentido, “Curundú Emerge” fue perspicaz en su identificación de la avenida como una grieta que ha sido determinante en el aislamiento y abandono que vive el barrio; el flujo de automóviles a alta velocidad no sólo interrumpe la integración de Curundú con el resto de la ciudad, sino que además merma su habitabilidad al inhibir el flujo seguro de las personas. A diferencia de los demás equipos participantes, “Curundú Emerge” articuló una solución física a esta problemática, que sustentó con su conocimiento de los patrones de circulación. El equipo además destacó por la destreza con la que manejó la sesión de preguntas y respuestas, revelando la proactividad con la que los integrantes investigaron el contexto del barrio y vincularon sus estrategias de implementación a programas sociales y gubernamentales existentes.
Sin duda, los millones de dólares que el equipo estimó para la medida despertaron polémica entre el jurado, quien cuestionó: ¿por qué invertir tanto dinero en Curundú, y no en otro lugar? A esto, los jóvenes respondieron que la localización estratégica del barrio hace que las obras y programas facilitados tengan la capacidad de reverberar hacia una población que supera por mucho a los tres mil habitantes que actualmente viven en el barrio. Ustedes, ¿qué opinan?
El Vicepresidente de Países Alexandre Meira da Rosa (izq.), José Ng, y el Alcalde José Blandón, acompañan a Diana Xié, quien agradece al resto de los integrantes del equipo que desarrolló la propuesta “Curundú Emerge”
Si bien es cierto que la factibilidad de “Curundú emerge” aún está por determinarse, la propuesta es reflejo de la apuesta que el propio concurso BID UrbanLab hace por miradas frescas y ambiciosas ante los problemas urbanos que ya conocemos bien en América Latina y el Caribe. Es testimonio del vector de fuerza joven en nuestra región, con capacidad para frenar la inercia que a veces limita nuestra visión de futuro para las ciudades.
Un laboratorio urbano para la región
Nosotros concebimos BID UrbanLab como un espacio único en su disposición para admitir el ensayo y el error, y para abrir el diseño urbano a una audacia innovadora bien fundamentada–no por ello exenta de ingenuidades. El compromiso de la ICES es llevar a estos jóvenes a colaborar directamente con la Alcaldía y expertos técnicos, de forma que puedan delinear una propuesta técnicamente aterrizada y consultada con la comunidad de Curundú.
La competencia fue sumamente cerrada: tan solo un voto nos separó de un empate. No obstante, en esta fase del concurso, hablar de primer, segundo y tercer lugar pierde sentido y relevancia, pues todos los asistentes fuimos testigos del singular valor que cada una de las tres propuestas puso sobre la mesa. Es en ese espíritu que el Alcalde José Isabel Blandón ha invitado a los tres equipos finalistas a Panamá, para que de manera colaborativa, experimenten con sus ideas y de la mano con la comunidad, planteen un proyecto que catalice la transformación de Curundú. Con este proceso pretendemos demostrar que en las ciudades, al igual que en las universidades, necesitamos laboratorios que nos brinden cada vez más oportunidades de creatividad y de experimentación.
max orellana dice
Ha sido una gran satisfaction participar en este I concurso del BID, nos ha permitido confrontar alternativas de solucion en una realidad muy similar a la nuestra y acercarnos a nuestros hermanos de Panama en el intento de buscar resolver los problemas de un barrio emergente y lleno de potencialidades como es Curundu. Gracias por la oportunidad y apertura.