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Jeff Risom es director del Instituto de Gehl, una iniciativa dentro de la internacionalmente reconocida firma de arquitectura danesa Gehl Architects, que ha tenido un papel fundamental en la transformación de paisajes urbanos en lugares de referencia mundial.
Este artículo forma parte de una serie de entrevistas conducidas en el marco del evento #PreguntaAlAlcalde organizado por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) el 5 de septiembre de 2014.
ICES: ¿Cuáles son los principales retos que encontró en la aplicación de la filosofía de Gehl Architects?, y ¿qué esperas conseguir en ciudades como Xalapa?
Cuando trabajamos en América Latina en general, y concretamente en ciudades de tamaño intermedio como Xalapa (México), encontramos algunas cosas increíblemente inspiradoras y maravillosas, y también algunos desafíos. Lo que vemos en el lado positivo es una vida pública increíblemente vibrante, una cultura que está realmente abierta a adoptar nuevos tipos de pensamiento urbano. Pero, al mismo tiempo, hay retos importantes como la falta de capacidad para imaginar otro tipo de futuro para la ciudad. Hay simplemente una ausencia de buenas referencias, tanto en esta ciudad como en los alrededores. Es difícil tratar de conseguir que la gente se imagine una nueva realidad sin haberla visto antes.
A partir de algunos proyectos temporales y otro tipo de intervenciones más tangibles, nuestro trabajo trata de ayudar a que la gente imagine cómo deberían ser sus calles y espacios públicos, y básicamente eleven sus expectativas. Lo que hemos visto en Mar del Plata (Argentina) y otros lugares es que, a partir del momento en el que la gente tiene este espacio tangible y concreto para hablar y dialogar con sus políticos, se generan ideas estupendas y se imaginan grandes metas para que este espacio sea aún mejor. Pero creo que el verdadero reto es ser capaz de poner algo en el suelo para dar a la gente la oportunidad de experimentar un tipo diferente de ambiente en la calle y en la ciudad.
ICES: ¿Cuál es la mejor manera de promover la cultura de la bicicleta?
En Gehl Architects, cuando pensamos en la promoción de la cultura de la bicicleta de lo que hablamos es de acercarse a ella precisamente como una cultura. Se trata de personas, decisiones y elecciones. Tenemos que apelar a la naturaleza intrínseca de las personas de querer tomar el camino más fácil, rápido y conveniente como parte del día de trabajo. Así que es realmente nuestra responsabilidad ofrecer comodidad y seguridad mediante la infraestructura para bicicletas.
Tenemos que pensar en el hardware o en la infraestructura que necesitamos construir, que tiene que ser robusta, tiene que estar separada e indicar un compromiso sustancial con el ciclismo. Pero también tenemos que pensar en el software, la cultura, la comodidad de las personas, la seguridad, la comprensión de algunas de las barreras que impiden que las personas se suban a la bici, y luego encararlas mediante campañas y otras formas de diseño. Pero no podemos pensar que es simplemente un problema de ingeniería. En realidad es una cuestión de cultura, una cuestión sociológica, de decisiones y comportamiento más que cualquier tipo de obra de ingeniería.
ICES: ¿Cuál es la contribución más importante que la iniciativa tiene para las ciudades emergentes en América Latina y el Caribe?
Ha sido un verdadero placer ser parte de este programa durante los últimos dos años. Es emocionante ver cómo el Banco usa este programa para ampliar sus capacidades y salir hacia nuevas áreas. El año pasado nos centramos mucho en la infraestructura, en las grandes inversiones que se necesitan hacer. Y este año además estamos tratando más problemas de gobernabilidad y educación. Es un reto para instituciones como el Banco formar parte de intervenciones como éstas ya que son más intangibles y un poco más difíciles de medir. Pero creo que es maravilloso que el Banco esté realmente comprometido con la gente, la cultura, y el aspecto social de las ciudades, así como con la infraestructura, la energía y el agua, etc.
Tener ese punto de vista ayuda a las ciudades de tamaño intermedio a priorizar lo que es más importante y realmente empezar a pensar tanto en la infraestructura como en sus ciudadanos, empezar a reconectar, a pensar en la participación y en el compromiso. Y quizá el Banco pueda crear capacidades para ayudar a las instituciones de las ciudades a priorizar, tomando como ejemplo las mejores prácticas de otras partes del mundo—su aprendizaje y conocimiento—para luego aplicarlo a cada ciudad, cultura y lugar. Y creo que esa combinación de experiencia y sensibilidad a la cultura única de la ciudad es realmente fuerte.
Ve la entrevista completa aquí.
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