Por segundo año, este 21 de septiembre se organiza en Xela (Quetzaltenango, Guatemala) “el día mundial sin auto” (DMSA). Esta iniciativa partió como una manera para desincentivar el uso del vehículo, ya que cada día aumenta su uso y su impacto sobre el medio ambiente. En dicha jornada se hace un llamado a los ciudadanos para que dejen el carro guardado durante un día y prueben otros medios de desplazamiento alternativos.
La idea tuvo lugar hace muchos años, cuando algunas ciudades (principalmente europeas) adoptaron el tercer domingo de septiembre como fecha para para crear conciencia sobre el uso del carro. Incluso algunas ciudades declaran una semana completa a la movilidad sostenible, con actividades relacionadas a este tema. Actualmente muchas ciudades latinoamericanas celebran el DMSA, y algunas como Bogotá y Medellín en Colombia han institucionalizado esta fecha tras aprobarse la medida por medio de un referéndum.
En Xela, para el DMSA buscamos coincidir con algunos objetivos trazados por otras ciudades: hacer ver a los ciudadanos que existen otras formas de transporte al vehículo particular; estudiar qué pasa y cómo funciona el transporte público de la ciudad y ver los diferentes comportamientos de la sociedad; e incentivar el uso de transportes eficientes y sostenibles como la bicicleta y caminar por las calles del centro y los parques de la ciudad. La idea es que los ciudadanos no piensen que el DMSA es una actividad de “dejar guardado el carro” salir a caminar o pasear en bici y ya se acabó, sino que también se trata de tener una postura y una perspectiva diferente de la ciudad que queremos para el futuro.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo el uso de bicicletas es uno de los medios de transporte urbano más sostenibles. Salvo caminar, es el medio que requiere menos recursos naturales y produce menos desechos que cualquier otro. A su vez, puede contribuir a una mejora en la salud, reducir costos, ahorrar tiempo y fortalecer vínculos sociales.De acuerdo con Biciudades 2013, un estudio regional del uso de la bicicleta como medio de transporte en América Latina y el Caribe, “más y más ciudades están estimulando al ciclismo para mejorar la calidad de vida.”
Ante tantas necesidades de habitabilidad básica, el apoyo al uso de la bicicleta es un tema de prioridad baja para nuestros gobiernos municipales, pero existen esfuerzos en marcha ante la poca infraestructura y poca oportunidad de impulsar la bici como un medio de transporte. Dentro de los proyectos e infraestructuras que necesita la ciudad está la construcción de ciclovías permanentes y recreativas, programas de bicicletas compartidas y préstamo de bicicletas, programas de educación y fomento del uso de la bici y sobre todo impulsar la movilidad como una política pública municipal, con regulaciones para el tránsito en el área urbana.
Nuestras ciudades necesitan introducir el concepto de movilidad sostenible en la reflexión y en la acción para abordar los desplazamientos de la población desde una perspectiva que da prioridad a los seres humanos sobre los vehículos motorizados y su infraestructura. Además, en Xela debemos experimentar una considerable modificación en sus dimensiones estética, física y funcional a través de la recuperación de espacio público para peatones, la construcción de ciclovías y la implantación de un nuevo sistema de autobuses.
Los esfuerzos para convertir a las ciudades en un lugar más propicio para el uso de bicicletas provienen, principalmente, de la propia comunidad y de los colectivos de bicicletas, tal y como está sucediendo en algunas ciudades latinoamericanas. Por ejemplo, Biciudad es un movimiento que impulsa el uso de la bicicleta y organiza el DMSA en varias ciudades: en Ciudad de Guatemala, Tecún Umán, Puerto Barrios y San Salvador. Bicicletada Managua organiza en varias ciudades de Nicaragua, como León, Granada y Managua. En Xela existen varios colectivos que impulsan la iniciativa DMSA: Sacándole Brillo a Xela, Movimiento Skate Boarding, Nueva Acrópolis, Bicicasa Xela, The Bike House, Xela en Bici, Activémonos por Xela y otros.
El futuro de nuestras ciudades debe apuntar a un cambio en el modelo de movilidad, hacia los modos de transporte alternativos: transporte público, bicicleta y a pie. De no hacerlo, el riesgo que corremos en Xela, es que se convierta en una ciudad invadida de vehículos, que los ciudadanos caminen cada vez menos, pierdan la identidad de su ciudad y conozcan cada vez menos sus parques, calles y avenidas, ya que la vivencia y la vitalidad de la ciudad se da cuando las personas transitan a pie.
Luis Fernando Castillo es arquitecto, urbanista, profesor de arquitectura y consultor de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo basado en Quetzaltenango, Guatemala.
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